— ¿Tendría que hacerlo?

—Uhm, veamos. Fue tu abogado, dulce, amable, es atractivo, un buen hombre y te hacía sonreír ¿No son razones suficientes para preguntar por Jeremy?

La verdad es que estoy ansiosa por preguntar, solo que lucho contra ello. Me mantengo en silencio y Hilary suspira.

—Está bien, trabajando como siempre y ¿Sabes? Me ha preguntado por ti, no duda tanto sobre preguntar como otros—frunce el ceño—. Y tiene a cierta abogada intentando darle más que una ayuda del tipo legal.

Ante eso ella obtiene una reacción de mí y eso la hace sonreír.

—Estás mintiéndome, por eso sonríes.

—No, no miento. Amanda puede reconocer el excelente partido que Jeremy es. Sonrío porque es súper divertido ver la expresión de asco que hiciste.

—Sabía que a ella le gustaba él.

—Sabía que eso obtendría una reacción de ti, solo mírate. Estás que escupes fuego.

—No pases tanto tiempo con Doug, se te pegan sus mañas.

—Es mi esposo—se ríe—. Esto es tan divertido, ahora entiendo por qué a él le encanta fastidiar a los demás.

—Dale mis saludos a Jeremy—me limito a decir.

—Dáselos tú, no soy tu mensajera.

***

15 de marzo, 2014.

De acuerdo, no es normal releer todo un chat esperando algún mensaje nuevo que no sabes si quieres recibir. Hundo mis dedos a los laterales de mi cabeza sosteniéndola y tratando de ordenar mi mente.

No se supone que extrañe a cierto abogado coqueto.

No se supone que piense en él.

No se supone que me moleste e inquiete por no saber directamente de él.

Hay muchas cosas que no se suponen esté sintiendo.

Jeremy no solo se volvió mi abogado, se convirtió en alguien que veía al menos una vez a la semana, alguien que me hacía reír, sacar mi lado relajado y divertido.

Y Jeremy es el mismo hombre que me besó no solo una vez, sino que dos. Besos que me dejaron viendo el techo de mi habitación por horas y acariciando mis labios intentando sentir de nuevo el contacto.

Jeremy me gusta y el miedo está invadiéndome ante este hecho. No quiero que sea equivocado. No quiero sufrir más. No quiero extrañarlo ni necesitarlo.

Pero tampoco lo quiero lejos.

¡Mierda! solo quiero verlo al menos.

Y ahora estoy un sábado sola en mi apartamento, en pijama, pensando en él. Me da miedo aventurarme en una nueva relación, me da miedo sentir más que cariño hacia alguien, pero puedo conformarme con una sana amistad quizá o ¿solo verlo?

Mi teléfono vibra a mi lado y contengo mi respiración cuando veo el nombre de Jeremy. Ha sido casi exactamente un mes desde que hablamos por algo que no fuera un correo – solo ha sucedido dos veces – formales del tipo abogado-cliente. Libero mi respiración porque sería estúpido terminar desmayada por no respirar.

—Hola— mi voz es baja.

—Naomi—llevo una mano a mi garganta mientras se hace un largo silencio— ¿Cómo estás?

—Bien ¿Cómo estás tú?

—Bastante bien, disculpa que te llamé un sábado...

—No importa, es decir, antes no importaba.

Conquistando a Jeremy (BG.5 Libro #3.5)Where stories live. Discover now