Desesperado

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He estado casi dos días sin salir del estudio. Escribo sin parar; y es que cuando la inspiración llega es mejor no dejarla ir. Apenas despego la vista de la pantalla y mi dedos vuelan sobre el teclado como si tuvieran vida propia.
Él ha asomado la nariz por aquí varias veces y creo que me ha hablado un par de ellas, le respondo apenas con un murmullo ininteligible y vuelve a cerrar la puerta.

Un par de horas después, entra abruptamente y se planta frente a mi.
-Creó que ya has escrito suficiente- dice cerrando la tapa de la máquina.
Lo miro sorprendida y enfadada, una mirada muy parecida a la que me manda desde el otro lado del escritorio, el cual rodea salvando el espacio entre nosotros.
Me toma por las muñecas para que me levanté del sillón y una vez de pie, sus manos suben mi falda y bajan mis pantaletas con rapidez haciéndolas caer por los tobillos. La expresión de su rostro es de pura masculinidad. Me cirne por la cintura levantándome y sentándome sobre la dura superficie del mueble. Dándome una prueba más de lo fuerte que es. Cómo un niño presumido sonríe de medio lado, satisfecho ante lo que acaba de hacer.
Su boca reclama la mía apasionadamente, mordisquea mi labio inferior causandome dolor pero pasa la lengua por el mismo lugar amortiguandolo. Sus besos me excitan y provocan que mi respiración se agite. Sus manos abiertas suben por mis piernas iniciando un camino hasta mi femineidad, sus dedos acarician la hendidura entre ellas, mi cuerpo es sacudido por espasmos de placer, aparta su mano cuando me ha hecho termanr aferrada a sus  hombros, pero aún quiero más y me restregó en él, en su erección haciéndolo gemir, busco con desesperación desabotonar sus pantalones y cuando lo logro introduzco la mano para tomar su miembro endurecido, el exhala y se queda quieto cuando comienzo a acariciarlo con suavidad.
-Ooooooh- dice en un suspiro largo y cepilla sus labios con la punta de la lengua, sonriendo complacido para después volver a reclamar mi boca.
Baja una de sus manos a mi intimidad y con el dedo pulgar acaricia dulcemente esa pequeña parte que provoca que yo pierda el control y lo acaricio al mismo ritmo que él a mi.
-Así. No pares- le susurro al oído y desconozco el sonido de mi propia voz.
Jungkook introduce un par de dedos en mi y arqueo la espalda en respuesta aferrándome a sus hombros. Se aparta, me hace bajar del escritorio, me gira haciéndome quedar de espaldas a él, escucho el sonido de sus pantalones caer y un segundo después lo siento entrar en mi. Doblo completamente el cuerpo sobre el mueble mientras sus embestidas fuertes y rápidas, me anuncian que esta llegando al clímax, pero antes de eso, se detiene.
-No... Por favor -le suplico y en respuesta me da la vuelta, sube uno de mis pies al sillón y acto seguido esta metiendo la cara dentro de mi falda, me aferro a la orilla del escritorio para no caer, hecho la espalda hacia atrás disfrutando de la caricia de su lengua mientras espasmos propios del orgasmo recorren mi cuerpo.
Kook se sienta en el sillón y me hace pasar las rodillas a los costados, bajo muy despacio sobre su miembro erecto y el echa la cabeza hacia tras. Muevo las caderas de atrás hacia adelante con ritmo, sus manos están aferradas a mis caderas.
-¡Oh! Di-ablos...-murmura y se levanta del sillón conmigo a cuestas y sin salir de mi, vuelve a colocarme sobre el escritorio y el movimiento de sus caderas se vuelve frenético.
Ambos alcanzamos el clímax y al sentir su última embestida me aferro a su espalda rodeándolo con brazos y piernas. Nos quedamos en esa posición por un rato mientras nuestra respiración vuelve a normalizarse.
Jungkook tiene la frente cubierta por una finísima capa de sudor y las puntas de su cabello también es tan humedecidas. Cuando se aparta de mi, me besa de nuevo pero esta vez con dulzura ya no con la desesperación de hace un momento.
Sonríe de manera infantil, como un niño que ha logrado lo que quería.
-¿Estas bien? - me dice.
-N-no... No estoy bien... Ahora quiero dormir- Jungkook se carcajea y tomandome en brazos me lleva hasta la habitación depositandome en la cama.
-Han sido dos días. Estaba desesperado y ahora que te he sacado de tu estudio no te dejare en paz.

Jungkook me cumple la amenaza.

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