Trató de levantarse, pero tenía sus manos y piernas atadas a la silla, intento zafarse, pero la soga era demasiado gruesa para poder encontrar un hueco entre ellas. Ya llevaba rato sentado ahí cuando escucho unos pasos bajar y lo vió a él, el causante de que estuviera ahí. Lo vio bajando con una bolsa, en ella se escuchaba como metales se pegaban entre si, eso solo le hacía tener una idea de lo que era: "herramientas". Ahora más que nunca quería escaparse, se movía de un lado a otro tratando de conseguirlo.

-¡Déjame salir!– Gritó Yoongi enojado, aunque hubiera sido en vano.

-Así que ya despertaste. – caminó Jimin hacía su mesa, vaciando lo que contenía la bolsa en una bandeja.

-¿¡Qué quieres de mí!? – seguía gritando Yoongi, desesperado para que le contestará el contrario, quería saber cómo había terminado aquí.

-Me alegra que hayas preguntado.—  llevando la bandeja a otra mesa que se encontraba cerca de donde se hallaba Yoongi. –Pero antes...–Le dió una gran cachetada dejando a Yoongi sin palabras, mientras le empezaba a salir sangre de sus labios. – No me vuelvas a gritar si es que quieres seguir completo. – Agarró la sangre que desprendía de los labios del contrario y la acerca a su nariz para percibir su olor. –¿No te encanta el olor de la sangre?

Yoongi seguí sin moverse después de la cachetada que había recibido, sólo sentía que le ardía toda el área que había recibido el golpe.

- ¡Mírame a los ojos cuando te hable! – Exclamó Jimin enojado sujetando la barbilla de Yoongi y moviéndola para que lo viera a los ojos.

-S-sí.– Dijo con miedo.

-Sabes, la puerta del sótano siempre ha estado cerrada. – decía mientras iba por una silla para sentarse en frente de él. – Pero curiosamente hoy no fue así. –rió.– y te ha tocado a ti.–Apuntó a Yoongi con un pequeño cuchillo que había agarrado de la bandeja que estaba a su lado.–Al único chico que se le ocurrió que sería una buena idea bajar.– cambió su expresión a una enojada.- Al único lugar que se le había dicho que no.–rozando con su cuchillo la nariz de Yoongi.– ¿No es gracioso? –se empezó a reír.

Tenía razón, ¿Por qué no le había hecho caso? Tal vez si le hubiera escuchado mejor, si sólo hubiera caminado de largo y no haberse detenido en frente de esa maldita puerta, tal vez aun estaría a salvo.

-Pero no importa, así será más fácil sacar lo que quiero de ti. –se levantó de su silla.

-¿Qu-e cosa?.– Tragó saliva, no sabía que esperar como respuesta, cada segundo lo invadía más el miedo.

-Tú tienes algo...–Comenzó a caminar lentamente alrededor de él. – Algo que me sería útil y tú sabes que es. – Puso una de sus manos en su hombro, haciendo que Yoongi se asustara. –lo que has estado ocultando desde hace tiempo.

-N-no sé de qué hablas. – Dijo tartamudeando, aun trataba de tranquilizarse, pero le era casi imposible.

-Oh, ya veo, entonces no hay problema. –Se puso en frente de él sonriéndole dulcemente, Yoongi solo lo miraba confundido ¿Eso era todo?

Vio a Jimin darse la vuelta, mirando la bandeja con todas esas herramientas, como si estuviera buscando la indicada, o tal vez era justamente lo que estaba haciendo. Agarró una de las tantas herramientas que tenía y se acercó a Yoongi, esperando que lo desatara, pero en vez de eso sintió como le habían atravesado ligeramente la parte dorsal, solo se escuchó un grito de parte de él.

-Si no me quieres decir por las buenas. – hundió un poco más el cuchillo, que era más grande que el anterior que tenía, el que ahora se encontraba atravesando su blanca piel. – Me dirás por las malas. -Sonrió.

 LOCO SIN DELIRIO ♠Yoonmin♠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora