Camila: ¡Lauren! ¡Lauren! ¡Lauren! ¡Lauren por favor escúchame! ¡Tienes que calmarte!

Lauren realmente lo intento. Estaba intentándolo, pero las voces seguían allí. Las estúpidas voces seguían allí.

Lauren: Diles que se callen -Pidió acercándose a ella, abrazándola fuertemente y escondiendo su rostro en su pecho, intentando volverse tan diminuta que ni aquellas voces entrarían a su cabeza-. Diles que se callen, por favor -Suplico temblando.
Camila: ¿A quienes, Lolo?

Era extraño como con solo escuchar ese apodo podía calmarse un poco.

Lauren: A las voces. Diles que se callen -Contesto entre débiles susurros.

Camila simplemente la abrazo aun más fuerte contra su pecho, acariciando su cabello y meciéndola lentamente.
Lauren cerro sus ojos, concentrándose en los latidos del corazón de la chica. Poco a poco, las voces fueron reemplazadas por aquel tranquilizador retumbar.
Cuándo pudo concentrarse, pudo darse cuenta de la hermosa melodía que la chica de la ventana estaba tarareando para ella. Era una simple canción de cuna, pero era lo suficientemente cautivadora como para hacerla desear escucharla toda su vida.
Se relajo lentamente, el compás del corazón de la chica y su dulce tarareo convirtiéndose en lo único que estaba escuchando.

Camila: ¿Mejor? -Pregunto débilmente, acariciando su cabello.

Lauren simplemente asintió.
Se sorprendió cuándo alguien más coloco unas manos sobre sus hombros.
Abrio los ojos.
Era Ally.

Ally: Te prepare algo de té, Lauren -Susurro dulcemente, acariciando sus brazos. Lauren sabía por qué lo hacía. Estaba buscando asegurarle que todo estaba bien-. Esta en la cocina, pero puedo traértelo si quieres...
Lauren: No... yo... yo iré a buscarlo -Aseguro levantándose lentamente del suelo, Camila siguiéndola. A pesar de que no había derramado ni una sola lágrima durante su ataque, la cabeza le dolía casi tanto como si lo hubiese hecho.
Ally: Saldré un rato, Camila. Quisiera esperar a la madre de Dinah afuera... En realidad, jamás me había alejado de mi bebe durante tanto tiempo.

Y a pesar de que, en parte, Lauren sabía que aquello era verdad supo, gracias a sus ojos cristalizados, que existían también otros motivos.

Camila: ¿Hace cuánto tiempo no te sucedía esto, Lo? -Pregunto mientras acariciaba sus brazos.
Lauren: Meses... Supongo que lo que sucedió hoy... Y no lo digo solo por lo de tu madre... Termino haciendo regresar el ataque con el doble de intensidad.
Camila: Supongo que... supongo que tendrás que contarle a tu psicólogo de esto.
Lauren: En realidad... Deje de verlo hace unos meses, cuándo los ataques terminaron. A Peter no le gustaba que vieran a su "novia" en lugares así. No querían que pensaran que estaba viviendo con una loca.

Las facciones de Camila de inmediato se deformaron.

Camila: Ese hombre es un estúpido..
Lauren: Lo se -Aseguro abrazando a Camila fuertemente.

La necesitaba. Necesitaba sentirla bajo sus brazos para saber que aquello era real. Necesitaba sentirla para asegurarse de que no seguía en casa de sus padres, con aquel idiota al lado de su cama.
Necesitaba sentirla para mantenerse en control.
Cuándo entraron a la cocina, Dinah y Normani estaban allí, cada una en extremos diferentes del lugar, mirándose con recelo. Sinuhe estaba lavando los platos de una cena que seguramente Camila no había probado, pues había estado demasiado ocupada sacándola de aquel infierno donde vivía.

Camila: ¿Qué sucede? -Pregunto curiosa al ver a sus amigas de esa forma, presionándose más sobre el cuerpo de Lauren, la chica más alta ajustando su agarre.
Dinah: ¡Es Normani! ¡Ella empezó todo!
Normani: ¡Tu querías una respuesta sincera!
Dinah: ¡Pero eso fue cruel, Normani!
Normani: ¡Fui cruel porque te amo!
Dinah: Pero...

La Chica de la VentanaOnde histórias criam vida. Descubra agora