Capítulo 14- Un domingo tranquilo en casa.

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Su reloj natural le indicó que ya era hora de levantarse. Julie abrió los ojos y se encontró con que el sol iluminaba cada rincón de la habitación, por lo que pudo notar era cerca de medio día. Soltó un gran bostezó y se volvió a recargar en su almohada.

—Buenos días, Julie —escuchó ella la ronca voz de Liam. Se oyó más potente al estar su oído pegado a su pecho.

Una gran sonrisa apareció en el rostro de Julie al darse cuenta de cómo estaba. Abrazaba el abdomen de Liam y su cabeza estaba recargada cómodamente en su pecho. Liam la abrazaba por la espalda, recorriéndola de arriba y abajo.

Se recargó en uno de sus codos y volteó a verlo, aún con la gran sonrisa en su rostro.

—Hola, ¿qué tal dormiste? —le respondió.

—Nada mal, creo que esa última copa de vino tinto me ayudó a dormir —Liam le regresó la sonrisa.

La sonrisa de Julie se amplió ante el comentario de Liam, todo debido a que los recuerdos de la noche anterior se hicieron presentes.

Tras el mágico beso que se dieron, siguieron caminando por el hermoso jardín por unos segundos más antes de que el frío les comenzó a calar hasta los huesos. Se tomaban de la mano y había besos ocasionales entre frase y frase. Entraron de nueva cuenta al salón solo para despedirse de Louis y Paula y recoger las cosas que habían dejado sobre la mesa, entre ellas la copa de vino que Liam había olvidado.

—Creo que alguien tiene hambre —le dijo Liam al escuchar el estruendo proveniente del estómago de Julie.

— ¿Desayunamos? —le sonrió como solo una niña pequeña haría.

Julie se sentó sobre la cama, lista para irse a poner algo más cómodo. Antes de ir al baño, se acercó a Liam y le plantó un beso sobre sus carnosos labios. Ella pensaba que duraría menos de dos segundos, pero Liam la tomó con delicadeza por la nuca y no la dejó ir por varios segundos. Sus labios se conectaron y danzaron a unísono con alegría y dulzura. Los labios de Liam aún tenían impregnado un ligero sabor a alcohol, en otros casos Julie hubiera parado el beso en seco, pero tratándose de Liam no pensaba hacerlo. Le gustaba ese sabor en él.

—Tenía que hacerlo, no preguntes —le dijo Liam con media sonrisa después del beso.

Julie se limitó a sonreír antes de salir de la cama y tomar unas cuantas prendas. Se volvió a Liam y le dedicó otra enamorada sonrisa antes de correr hacia el baño.

Liam veía enternecido la escena. Era increíble lo mucho que su relación había cambiado en tan solo pocas horas, y más contando que gran parte se la habían pasado acurrucados el uno contra el otro.

De un salto salió de la cama y se colocó un hoodie negro que encontró a los pies de la cama. Caminó descalzo hasta la cocina y puso la tetera a hervir, conectó la tostadora e introdujo dos trozos de pan. Terminado aquello, se dejó caer en el sofá y prendió la televisión, buscando un buen canal que ver. Al final se decidió por dejar un canal de música.

No prestaba atención a los vídeos que pasaban en el canal, su mente estaba en otro lugar, o mejor dicho… con otra persona. No dejaba de sorprenderse por el giro que se habían dado las cosas.

Julie es mía, ¡es mi chica! ¿Cómo pudiste ser tan cabezotas, Payne? Vale, te gusta y mucho, ya la besaste, ¿pero la amas? ¿Estás enamorado de ella? No puedes simplemente llegar, besarla e ilusionarla; no seas un maldito patán”, pensaba Liam mientras se rascaba la cabeza, en busca de una explicación a todos los sentimientos que había dentro de él. “¡Claro que estoy enamorado de ella! ¿Cómo fui capaz de dudar por mis sentimientos hacia ella?”, se reprendió. Una tonta sonrisa asomó en su rostro.

Caso Parker || L.P ||Where stories live. Discover now