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Su rostro se le pondria serio de repente, y él te miraría con absoluta conmoción. "No hiciste eso", diría por lo bajo, sacudiendo la cabeza lentamente. Se levantaría, saldría de la habitación y se dirigiría a la puerta, lo que hizo que tu rostro de repente se pusiera serio. No esperabas que lo tomara tan en serio. Lo siguias de cerca detrás para disculparte y hacer pucheros, lágrimas amenazan con derramarse. Se detendriía, se daría la vuelta y luego reía diciendo que sólo estaba bromeando. Obviamente le pegaste fuerte en el pecho por asustarte :-)
