וLOST ON YOU•× - [[Rickyl]] - M-preg

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—Beth, relájate... Es Carol— Parecía que Daryl le hablaba a la pared, pero en realidad era a la rubia, que se había escondido tras la puerta con un cuchillo, dispuesta a clavárselo en el cráneo a cualquiera que apareciera con intenciones de hacerle daño a "la madre primeriza" o a ella. Pero agradeció con toda su alma que fuera la mujer de no tan avanzada edad la que apareciera por aquella puerta tan bien custodiada.

Dejó caer el cuchillo, y sin más se lanzó a abrazar a la mayor, sollozando. Ahí fue que Daryl se dio cuenta de que la chica seguía siendo una cría.

Suspiró y volvió a mecer a sus niños, los cuales ya estaban medio adormecidos... Y se prometió internamente que en cuanto amaneciera iría -con o sin ayuda- a buscar leche en polvo y pañales, además de algo de ropa y una cangurera, que sería lo más seguro para ellos. Si no encontraba lo último, seguramente usaría esa "estúpida mochila vieja y roída" -tal y como la llamaba él- para cargar a sus retoños sin peligro de que fueran un aperitivo para zombies.

—Pero... Estais los dos bien...— Dijo Carol, aún sin salir del shock de ver a los dos jóvenes adultos vivos, cuando ellos ya les daban por muertos. Rió levemente, y soltando a Beth -no sin antes darle un pequeño beso en la frente a modo maternal- se acercó a Daryl y acarició su cabello, mirando a los bebés. —Son muy hermosos Daryl...— Le sonrió como sólo ella podía hacerlo, mientras le acariciaba el cabello, y dejaba que el niño le apretara levemente su dedo índice.

El mencionado se sorprendió por aquello. ¿Acaso ella sabía...? No, no podía ser.

—Carol, ¿cómo sabes que...?

—Yo lo ví todo— Le interrumpió, sonriéndole levemente, mostrándole su apoyo. No quiso mencionarlo más, porque en el tiempo después de aquello y antes de que se fuera, notó el dolor en sus ojos. Tampoco preguntaría como es que pudo embarazarse siendo hombre, porque eso le daba igual.

—Entiendo...— Sólo la sonrió, suspirando levemente. Beth miraba la tierna escena desde un poco más atrás, con algunas lágrimas acumuladas en sus ojos aún. —Debo decirte que si llegaste aquí por una expedición de búsqueda o algo así, no quiero que él ni nadie más sepa que estoy aquí...

—Lo sé... Lo supuse nada más ver que estás viviendo aquí... Pero de verdad que no es una expedición, ni nada parecido.— Ella tomó asiento en una silla algo roída, de madera, que había por allí a un lado. —Os contaré lo que pasó desde que no estais con el grupo.