CAPÍTULO 4

30 5 0
                                    

Bajo las escaleras con una sonrisa triunfante, me encanta joderle. Admito que es mi mayor hábito, por no decir que es el único. 

A pesar de tener unos tacones ligeramente altos, bajo las escaleras más rápido que nunca. La verdad que no es por tener ansias de quedar con algún chico, no es por estar con él... Es solo que se que le fastidia que salga con ese concretamente, siempre le ha caído mal y aunque no lo diga se que si un día lo llevo a mi casa, moriría en el acto. Siempre me ha dicho que hay algo en su mirada, en su sonrisa que le trae mala espina y aunque no quiera darle importancia se que tiene razón, más de la que debería.

Alzo la vista y por suerte veo a un taxi, levanto la mano de forma exasperada y por suerte se para; aquí todo los taxistas pasan de nosotros, es algo ilógico ya que viven de nosotros.

Ian me manda un mensaje con su típico Te estoy esperando, no tardes. Un beso, Ian. No sé porqué pero se me quitaron completamente las ganas de salir con él, no me apetece sus chistes malos, ni su sonrisa picarona que me dice las ganas que tiene de tenerme bajo sus sábanas, yo siempre sonrío y le pico el ojo, ya que me encanta provocar, hacer que se mueran de deseo por mí y eso hace que me sienta más valorada, más protegida en mi pequeña burbuja.

-Pare aquí mismo- saco la cartera y le doy veinte dólares- salgo como puedo y antes de cerrar la puerta, con una sonrisa le digo al taxista- gracias- cierro la puerta y casi me doy de bruces contra el suelo, si no fuera por un pecho grande y fuerte.

-Señorita cuidado por donde va, podría haberse matado- alzo la vista y me encuentro con unos preciosos ojos verdes.

-Lo siento mucho- digo sin apartar ni por un segundo los ojos de sus labios... Parecen tan apetecibles... ¿Ylenia que haces pensando en eso ahora mismo?. De repente me pongo a caminar deprisa, muy deprisa. No sé porque pero estoy nerviosa, me suena de algo pero no sé de que... ¿Del gimnasio? ¿Del trabajo?  Solo se que siento como se me empieza a erizar el bello de la nuca, y eso significa una cosa y esa cosa es de todo menos buena.

Cuando se me eriza, es que estoy en peligro, que estoy con alguien que no debería de estar, y me doy cuenta que tengo razón cuando entro en el restaurante y todo está vacío.

¿Qué hace un lugar como este, por lo aparentemente tan lujoso vacío?- arrugo la frente y de nuevo siento como se me eriza el vello de la nuca, pero esta vez lo siento mucho más intenso.

Me acerco lentamente a la barra al ver a la espalda de Ian, está musculoso, más que la última vez que lo vi... Pero le noto algo extraño, está muy tenso, lo noto por como suspira.

Cuando se da la vuelta me quedo pálida, tiene los ojos rojos por el alcohol y por seguramente otras sustancias; que hacen que las pupilas se dilaten y se pongan los ojos rojos.

-Me alegro de que vengas- trago saliva al percibir su tono amenazante.

-¿Te pasa algo?- digo dando pequeños pasos hacia atrás, pero lo peor de todo es cuando al dar el primero choco de nuevo con un pecho duro y fuerte.

-Ya sabes como soy, y sabes como odio a Miller- asiento y digo un apenas ''si'' que no sé si lo logra escuchar, pero por su mirada dura noto que sí.

-Y sabes que ante todo está mi hermana, mi familia. Y sabes que podría matar a cualquiera que se meta delante de ella- da un paso hacia mí y se acerca a mi oído amenazante, cargado de ira- y también soy capaz de matar a algo muy preciado para él ¿Lo sabes no?- vuelvo a asentir y noto como mi corazón late desbocado, nunca he tenido tanto miedo en mi vida.

-Eh... Luis se como es él, se que respecto a las mujeres está con todas, pero ¿qué culpa tengo yo?-me cruzo de brazos y arrugo el ceño, quiero aparentar enfado aunque en verdad, nunca antes haya experimentado tanto miedo.

Me tiemblan las manos, cuando Luis saca un cuchillo y me lo pasa por el cuello, cierro los ojos fuertemente. Tengo sudores fríos y no puedo pensar nada con claridad, solo quiero poder sobrevivir y poder salir de esto, si se puede con ningún rasguño.

-Me da igual lo que digas, solo quiero vengarme y tú me vas a ayudar- pone la vista en el chico que está en mi espalda- Héctor, tráeme medio vaso de ron, de mi favorito y no tardes- oigo al chico decir que sí y oigo sus pisadas fuertes y duras.

-Vas a ser que sufra, me vas hacer caso o tú pagarás sus consecuencias- Héctor le trae lo que le pidió y cuando le da un largo trago, me dice en un tono alto y firme- Decide que no tengo todo el día.

-Eh... No sé que decir....- me toco el pelo nerviosa ¿Qué coño le van a ser a Miller?- Haber Ian, ¿Por qué coño me metes en esta mierda? Yo que vine aquí, para tener una cita- digo esto poniendo comillas a ambos con los dedos- y pasarlo bien, como lo hemos echo siempre.

Se toca el pelo y de repente lo tengo a centímetros, me mira la boca y agacha la cabeza- Joder, lo siento mucho Ylenia, de verdad- me toca coge ambas manos y se las pasa por la boca- pero ya sabes como siempre me ha puesto Miller con sus tonterías.

Asiento y le abrazo, se que tiene que ser duro estar en su situación, pero ¿por qué la cargó contra mí?

-Lo siento mucho nena, pero es que me saca de quicio y sabes como soy cuando se trata de mi familia, sabes que mi familia está ante todo. No quiero que le pase nada, no quiero que pasen por lo que yo he pasado en todos estos años, entiéndeme por favor princesa- miro sus ojos y veo arrepentimiento, por un lado me alegro por el miedo que me ha echo pasar este hombre vestido de caballero.

-Solo te digo algo Ian- señalo con un dedo su semblante serio y le digo mientras arrugo la frente- No vuelvas a llamarme, a escribirme. No vuelvas a decirme ni a insinuarme de acostarte conmigo. No vuelvas a acercarte a mí- Veo en su cara confusión, veo miedo. Pero en estos momentos me da igual como se sienta- Hoy me haz dejado claro quien eres en realidad, he visto que te importo una mierda, solo quieres estar por encima de Miller y piensas que por ''conquistarme'' él sufrirá- Me río y le robo de las manos el ron, me meto ese horrible líquido oscuro todo en la boca y cuando consigo tragármelo, le digo con voz directa- Ojalá fuese así. Ojalá que se muera de celos al verme con otro chico, al ver que ya paso de él- Desvío la mirada de la barra y dejo la copa en la mesa, me doy la vuelta y le miro a los ojos, me cruzo de brazos mientras suspiro y los ojos se me llenan de rabia, de rencor, de asco sobre todos los hombres de este planeta ¿No puede haber ninguno que me ame por mi persona, por lo que soy... no por los demás?- Ojalá que él me mire como a nadie. Ojalá me diga que le fascino, que simplemente quiere vivir el resto de su vida a mi lado, o que me diera la mano y me llevara a algún lugar solitario sin apenas nadie, y que allí podremos a ser lo que nunca hemos echo- Una lágrima baja lentamente por mi rostro, me acerco lo más rápido que puedo a la salida con el corazón echo cenizas.

-Ylenia- escucho en mi espalda, me giro y veo a Ian avanzando hacia mí, me quedo helada cuando me dice- ¿Estás enamorada hasta los huesos de Miller, verdad Ylenia?- Doy un paso atrás y me doy la vuelta, las lágrimas bajan sin cesar cuando sin mandar a mis labios a que hablen, tienen vida propia y dice en un tono muy profundo- Sí, Ian... Estoy enamorada hasta los huesos de Miller desde hace años.


Solo una semanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora