Tú eres mi sueño hecho realidad

Nos vemos en sueños.

Junio 02.

—¿Una semana? —pregunta Adeline, sorprendida—. Eso es bueno, ¿no?

—Supongo —Jorge se encoge de hombros—. Quiero saber quién es ella.

—Dios, Jorge supéralo —bromea ella—. Es broma, la verdad es que yo también quiero conocer a la chica que me trajo a éste Jorge y agradecerle.

—Si no te conociera diría que antes no me querías —responde, mirándola con recelo, obviamente en broma.

—No puedo negar que ahora te quiero más que antes, amigo mío —ríe ella y voltea la mirada, para observar a Sara, una de sus compañeras de curso, acercarse a la mesa de ellos—. Ahí viene Sara, la que se muere por ti, me voy —alarga la última palabra echándose a correr, Jorge le da una mala mirada.

Voltea disimuladamente y en efecto, Sara se dirige a su mesa. La verdad es que la chica no le cae mal, es agradable y con linda personalidad, pero sólo la ve como un amiga. Él está enamorado de otra persona, irreal pero lo está.

—Hola Jorge —saluda ella alegremente, sentándose frente a él—. ¿Cómo va todo?

—Sara —sonríe él—. Muy bien, ¿y tú?

—Todo bien —responde ella—. El baile es en una semana, qué rápido... ¿ya tienes cita para ese día?

—La verdad es que en mis planes no está ir —confiesa él—. Pensaba invitar a Adeline, pero ella ya tiene cita.

—¿Adeline? ¿Te gusta Adeline?

Él ríe.

—No. Es mi mejor amiga y estamos juntos la mayor parte de tiempo, por eso la iba a invitar... es más, al baile de primavera fuimos juntos. Nada fuera de lo normal.

—Oh, entiendo... entonces no irás al baile —dice desilusionada, él asiente—. Qué mal... pero creo que tampoco asistiré.

—¿Por qué?

—Tampoco tengo cita... varios chicos me han invitado, pero sólo hay una persona con la que me gustaría ir.

Ahí es donde Jorge capta el mensaje subliminal que Sara le está enviando. Ella quiere ser su cita. Pero él no la va a invitar, por más de que sea linda y le caiga bien, no quiere invitarla.

—Oh, qué lastima —dice él, únicamente—. Sara, me tengo que ir... me olvidé que tengo que hacer algo antes de que empiece la clase, nos vemos luego, ¿sí?

Ella alza una ceja, y luego su rostro se apaga.

—¿No has captado? —le pregunta ella, cuando él se pone de pie—. Quisiera ser tu cita en el baile.

—Lo siento, Sara, pero no asistiré... ya tengo planes para esa noche.

Y antes de cambiar de decisión, él se va, sintiéndose culpable por dejar a la pobre chica con la palabra en la boca. Pero él ya está decidido, no irá al baile, y punto.

Se dirige al salón de química, el cuál está completamente vacío. Se acerca a la ventana por la cuál puede ver la salida del colegio. Suspira, pensando que en poco tiempo tendrá que abandonar ésto. Frunce el ceño, mientras recuerda que no sabe qué estudiará en la universidad. Se supone que ya lo tendría que haber pensado, pero aún no sabe qué elegir.

—Hola —escucha una voz a sus espaldas, él se voltea y ve a una chica, de estatura normal, su cabello lo tiene recogido, tiene unas gafas de sol y una bufanda que cubre su cuello y su boca. Jorge frunce el ceño al verla así.

—Hola —saluda él, lo que más bien sonó como una pregunta—. ¿Quién eres? ¿Por qué estás así cubierta? Estamos a 30 grados —bromea.

—Tengo problemas con el clima —responde ella, sin importancia.

—No respondiste mi otra pregunta.

—Soy... Alejandra, último año —se presenta, extendiendo su mano, él la agarra y arruga la frente... se le hace familiar esa piel. Alejandra la aparta rápidamente y él la mira, relajando el rostro—. ¿Y tú?

—¿Estás en último año? ¿Por qué nunca te había visto? Yo soy Jorge, último año también.

—Estoy en la otra sede, en la otra calle —él asiente—. El director me pidió un favor aquí y decidí quedarme... para ver con cuáles otras personas me graduaré.

—¿Puedes quitarte los lentes? —le pide él, sin pensarlo.

Ella ríe. —No —responde—. Ten —le extiende un papel y se lo entrega, para luego salir corriendo, él se sorprende y observa el pequeño papelito.

"Quizás, sólo quizás, estuve frente a ti y no te diste cuenta.

-M"

Jorge observa a la puerta y sin duda sale a correr, en busca de "Alejandra". Sale del salón y trata de encontrarla, pero es prácticamente imposible. Luego observa al director y se acerca rápidamente a él.

—¡Director! ¿Ha visto usted a Alejandra? ¿La chica de la otra sede? Usted le pidió que viniera y... ya no la encuentro, necesito saber donde está.

—No sé de quién me está hablando, joven Mendoza.

Jorge resopla, y sigue su búsqueda, preguntándole a todo el que se le cruzara si la había visto, describiéndola. Luego choca con alguien y la hace caer.

—¡Lo siento! De verdad no fue mi intención... Oh, eres tú Adeline —dice él al darse cuenta de que a la que había hecho caer era Adeline. Ella se levanta del suelo rodando los ojos—. Adeline, escúchame bien, la acabo de ver, a Martina... no sé en dónde rayos se metió ¡pero la vi!

—¡Hey, cálmate! ¿Cómo que la viste? ¿De qué estás hablando?

—Después te explico. Si ves a una chica con lentes oscuros y bufanda me llamas inmediatamente, hablo en serio.

Ella asiente sin entender a la perfección lo que su mejor amigo está diciendo. Él luego sale a correr para seguir buscándola. Pero es en vano.

Un chico que Jorge supone que es de sexto grado, lo mira y le entrega un papel, para luego irse. Jorge lee lo que dice.

"Nos vemos ésta noche... en tus sueños.

No me busques más, no pierdas tu tiempo.

-M"

Jorge resopla. No puede creer ésto.

—¿Qué pasó, Jorge? —pregunta entre jadeos Adeline llegando a su lado—. Corrí tanto buscando a la chica que creo que me quedé sin aire —ella respira exageradamente. Pero luego vuelve a su posición normal.

—Esa chica es un misterio, ¿sabes? Y a mí me encanta el misterio —Jorge sonríe—. Sabía que existe. Y ahora la tengo más cerca que nunca.

Y decidido, le entrega la nota a Adeline y se marcha camino a su casa, para acto seguido, dibujarla de nuevo, esta vez cómo la vio por primera vez en persona: con su rostro oculto.

Jorge se acuesta con confusión pero alegría al mismo tiempo, ansioso para ver a Martina en sus sueños después de tanto.

—Te amo, Martina.