011. 7 de noviembre del 2017. coffe garden

1.8K 213 22
                                    

Arrugó los paños de papel y los lanzó a la basura, arrojó más papel para disimular aquellos y lavó bien su cara para eliminar cualquier rastro de sudor y refrescarse. Sorbió su nariz dándose cuenta de la realidad, más no dijo nada. Su mamá la recibió con un desayuno espectacular, un banquete hecho por ella. Hace mucho la mesa no se veía tan llena, hace tiempo que su madre no se daba el placer de cocinar tanta comida. ¿Cómo podría arruinarle el desayuno? Pero tarde o temprano se daría cuenta, tarde o temprano le diría que estaba volviendo a enfermarse. Era cuestión de tiempo para que dejara de toser sangre y comenzar a verla en otras partes, que su delgadez se haga más evidente.

Cuando probó la cucharada de arroz con estofado de kimchi quiso llorar del dolor, porque sabe que podría ser la última vez que pruebe algo así. Su madre la analizaba de arriba abajo, intentando descifrar la expresión en su rostro. ¿Cómo decirle que se sentía enferma de nuevo aquellos ojos brillantes que la despiertan todos los días, a esos ojos que la ven con tanta ilusión? ¿Por qué tendría que quitarle la felicidad a su madre?

—¿Está un poco salado, verdad?—Preguntó—Aigo, lo lamento mi niña, tenía tiempo sin cocinar tan esmeradamente.

—Está perfecto mamá—Sonrió.

Esa mañana comió como nunca, pidió el día libre en su trabajo para poder descansar y reponerse. Sentía que se estaba rompiendo por dentro, que algo la hacía añicos y apretaba parte de sus órganos. No pudo atender la llamada de Jimin, tampoco las de Anna, las de nadie. Solamente quería descansar y deshacerse del dolor en sus entrañas. Necesitaba ir a un médico, porque aunque ya sabía lo que era tenía la esperanza de que se pudiese hacer algo. No podía rendirse, esta vez no lo haría y lucharía de nuevo, y de nuevo.

Para decirle a su madre fue tremendamente difícil, verla llorar y maldecirse por lo mismo no fue fácil, pero no tenía fuerzas para llorar ella también. Sólo miró a su madre romperse una vez más. Al otro día fueron al hospital, su madre nunca soltó su mano y tampoco borró la sonrisa. Ella también estaba esperanzada, también estaba en busca de una solución. Luego de una larga espera, de exámenes y otros estudios entraron de nuevo con el doctor. La mirada no era muy buena, Hwamin lo entendió en un segundo.

—No hay nada que podamos hacer—Sentenció aquel médico, cortando cualquier esperanza.

Cuando llegaron a casa su madre fue a su habitación y se durmió con la ropa puesta, ni siquiera tomó la molestia en quitársela. La observó desde el pie de la cama, pensando todo lo que ha sucedido en pocos meses. Acarició los pies de su madre brindándole calor, para que el frío no la consumiera y amaneciera enferma de gripe. Ahora que de verdad se iría, ¿Estaría tranquila? ¿Vivirá mejor?

No le dieron la opción de batallar, sólo que estuviese tranquila y esperara a que todo transcurriera a su curso. Se despediría de todos en estos meses que le restan, aunque mantenía el pensamiento de que tal vez dure un poco más de tiempo. Ver a su madre dormir la calmó, lloró en silencio agradeciéndole todo el tiempo que estuvo con ella, por jamás rendirse. Fue a su habitación y se recostó mirando el techo, su celular vibraba como loco. Tenía cientos de mensajes de su mejor amiga, de Jimin e incluso de algunos de los demás chicos diciendo que Jimin estaba vuelto loco intentando contactarla. No tenía ánimos para hablar, si escuchaba su voz rompería en llanto. Pero lo haría, trataría de no llorar.

Contestó los mensajes y luego de unos minutos llamó a su chico quien enseguida contestó. Al escuchar el suspiro de alivio de Jimin rió. La diferencia de hora no parecían importarles, hablaban sin parar y reían de las anécdotas de Jimin o las de ella. Omitió todo lo que estaba pasando en estos momentos porque no era adecuado, él estaba muy feliz, riendo y animado hablando de cómo la estaba pasando al otro lado del mundo. De todo lo que ha visto y lo que faltaba por ver, ella sólo amargaría su gira si le contaba. Decidió esperar a que estuviera aquí, no soportaría escuchar a Jimin llorar o lamentarse por su situación y no poder abrazarlo o consolarlo.

—Aterrizaremos en Busan, así que planeó quedarme unos días en casa de mis padres—Comentó—Hace mucho no los veo y quisiera ver a mi hermanito.

—¿Hace cuanto no los ves?

—Desde el año pasado—Susurró—Pero, estaba pensando en que podrías ir allá, a Busan, quiero que conozcas a mis padres.

—¿Eh?

—Sí, digo, no lo sé. Yo conozco a tu mamá, además mis padres saben de ti y de que eres mi novia, mueren por conocerte y saber un poco más.

—¿Qué pasa si no les caigo bien?

—Si le caíste bien a Yoongi hyung no te tienes que preocupar mucho por eso—Rió.

—Lo pensaré—Dijo—Ya sabes, ayudo a mamá en la casa y no quiero dejarla sola.

—Entonces vengan las dos—Sugirió—Créeme, a mamá no le importará.

—¿Enserio?

—Sí. Tú mamá y la mía aman cocinar, listo. Son amigas por siempre y para siempre blah blah.

—Haces que las cosas suenen tan fáciles—Sonrió.

—¡Lo son! Además tú madre necesita salir, viajar y conocer otras cosas que no sean tu casa y su trabajo. Les vendría bien a las dos pasar un tiempo juntas en otro ambiente.

—De acuerdo—Suspiró—Hablaré con ella.

—¿Qué tienes? ¿Estás muy cansada?

Jimin se preocupó enseguida, notó que su ánimo bajó conforme iban hablando. Cuando vió la hora se dio cuenta de que en Corea era de madrugada.

—Lo siento, no me fijé en la hora. Es mejor que descanses y hablamos luego.

—Sabes que no me importa, además duramos mucho tiempo sin hablar.

—Lo sé, ¿Tuviste mucho trabajo?

—Sí, algo así. Es sólo que me siento cansada, eso es todo.

—¿Enserio estás bien?

—Sí, enserio Jimin.

☾☾☾

El frío de noviembre se colaba en sus huesos y escondió sus manos en los bolsillos del abrigo. Salió del local donde solía trabajar con suma tristeza, se despidió de los pocos amigos que hizo y emprendió su camino. Buscó consuelo en su amiga Anna, que en cuanto llegó a su casa la envolvió en un efusivo abrazo y se soltó en llantos e hizo que el corazón de Hwamin se terminara de romper. Pasó la tarde entera con su mejor amiga, a pesar de hablar casi todos los días y salir uno que otro fue com si hubiese pasado décadas y décadas. Anna le comentaba acerca de su relación con Jungkook, que iba de maravilla. Ella también iría a Busan en cuanto él llegase pero a otra parte, hicieron muchos planes juntos. Siempre negaron su relación en un principio por ciertas restricciones que tenían los artistas, pero luego de una larga charla con su jefe y de realizar acuerdos Jungkook pudo lograr que aceptaran la relación. Nunca le preguntó a Jimin como fue todo su proceso, un día la llamó y dijo que le diría al jefe de su empresa, pero él no dijo nada y sinceramente le dio miedo preguntar. Aunque tal vez todo salió bien porque pudo ir a Japón y quedarse en el hotel sin problemas.

Hwamin también hizo planes con Jimin, muchos de hecho. Querían viajar juntos a otros lugares del país y conocer un poco mas, ir a otros países. Pero todo quedará suspendido en el aire, nada avanzaría. No celebrarían aniversarios, tampoco sus cumpleaños tal y como siempre hablaban.

Querido Diario.

Hoy me senté en un pequeño café que encontré viajando horas en el bus. Es lindo, lleno de plantas y árboles. Es algo solitario, pero el café sabe bien, no me sentí sola. Hoy pude hacer todo lo que me propuse con algo de fuerza de voluntad, amanecí con menos dolor pero aún estaba ahí, aún me hace daño.
Cuando bebí el café me puse a pensar en todos los lugares que quiero visitar con Jimin, este será agregado a la lista. Tengo la esperanza de que cuando llegue a Corea podamos pasar tiempo juntos y salir un rato, solo un momento.
Cuando bebí el café pensé en todo lo que pasamos juntos, nunca pensé que Jimin fuese una persona tan espontánea. Siempre tiene algo que hacer, un lugar que visitar, que recorrer. Nunca me cansó, nunca me aburro. No me da tiempo a pensar en otra cosa, él siempre mantiene mi mente ocupada con sus ocurrencias, con sus hallazgos.
Cuando bebí el cafe estaba melancólica, añorando muchos recuerdos. Cuando bebí el café, no me quise ir.
Le dije que me esperara, y ahora me
tengo que ir. Pero yo no quiero, no quiero irme ahora.

Simple fan [ pjm ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora