23. Orfanato y reencuentros.

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Aries admiraba atento como Virgo leía una historia a los niños del orfanato, tanto que hasta se parecía uno de ellos. Estaba embobado.

-¿Por qué eres tan perfecta, Vir? -preguntó Aries, cuando la chica terminó de leer y los niños se dispersaron.

-Cállate Ar, nadie es perfecto -rodó los ojos con una sonrisa en su rostro.

-Para mí tú lo eres -besó la comisura de sus labios rápidamente y sonrió.

No quería perderla nunca.

Las chicas habían insistido de ir a un hogar para llevar cosas y ayudar a las pequeñas criaturitas que allí vivían, esperando con ansias de que un alma caricativa los adopte.

Lo que los demás no sabían, era que ese orfanato era el mismo en el que habían vivido diez años de su vida los mellizos.

Libra no podía dejar de mirar a los niños de apróximadamente tres años que jugaban con los juguetes que les acababan de llegar. Algún día su hijo iba a ser igual de pequeño y juguetón que ellos.

-Son muy lindos ¿verdad? -habló Gemma con un brillo especial en sus ojos.

-Lo son -afirmó ella.

-Cada vez falta menos... -sonrió la melliza, refiriendose a la barriga de Libra, ya visible.

-Lo sé -la morocha acarició su estómago melancólica.

Admitía estar muy asustada por el proceso de parto y el dolor que le pudiera llegar a causar. Aunque no le importaba sufrir, pasaría lo que sea para tener ese ser de luz con ella.

(...)

Tauro y Piscis se encontraban cantando canciones a los infantes que se encontraban enfermos en uno de las habitaciones. No les importaba si luego cogían un resfriado o algo por el estilo, porque sabían que valió la pena al ver la sonrisa que los niños les brindaban.

Por otro lado, Acuario se encontraba en la biblioteca del gran lugar, buscando algo para distraerse debido a las últimas cosas que circulaban por su mente.

-¿Te encuentras bien? -salió Escorpio detrás de uno de los estantes, asustando a la rubia.

-¿Por qué no lo estaría? -contestó rápidamente.- Quiero decir... Sí, estoy bien -se corrigió.

-Me enteré que tu hermano volvió... -habló con curiosidad.

-Sí, renació de las cenizas -rió un poco.

El simple hecho de que su madre le haya mentido once años de su vida, le parecía totalmente retorcido. Quizas haya tenido un buen punto, pero eso no le daba la razón para hacer pasar a su hijo por muerto.

Todos los años llorando por su hermano, cuando en realidad estaba más cerca de lo que ella imaginaba.

-Sabes... Si necesitas a alguien con quien desahogarte y pedirle consejos, puedo ayudarte -el escorpión sonrió mostrando todo sus dientes.

(...)

-¿Todavía no has hablado con Tauro? -le preguntó Leo a Sagitario.

Estaban ambos en el jardín del orfanato, tomando un poco de aire.

-No -murmuró pasando las manos por sus ojos.

Estaba cansado, y todo lo que estaba pasando lo tenía sin dormir dos noches seguidas, y estaba tomando litros y litros de café. El día de ayer había tomado el valor de confesarle la situación a su madre, con ayuda de Leo, claramente. En vez de regañarlo por haber sido un irresponsable, (aunque en realidad el condón había fallado) empezó a buscar nombres en las típicas páginas de internet y le entregó un bolso repleto con ropa de bebé.

-Me enteré que mamá se ha puesto contenta -soltó naturalmente, dejando sorprendido al ojiazul.

Usualmente, Leo no solía llamar a la madre de Sagitario "mamá", sino que la llamaba por su nombre. Indudablemente, el rubio estaba lleno de sorpresas.

-Me pareció correcto empezar a llamarla por su rol en mi vida -agregó.- Pero si te molesta puedo...

-Esta bien, Leo. Me alegra que al fin lo hayas digerido -sonrió.

(...)

-No lo puedo creer... ¿Géminis? -preguntó una voz femenina al otro lado del pasillo, en donde Ofiuco y el platinado se encontraban conversando.

Géminis volteó al escuchar su nombre. Era una chica pelirroja de ojos grises muy bonita.

-¿Heather? ¿Eres tú? -preguntó con ciento tono de sorpresa, mirando a la chica con ojos muy abiertos.

Era ella, claramente. Su cabello y ojos eran inconfundibles, y su voz seguía igual de pacífica que cuando eran niños. Ella había sido su primer amor.

-Sí, tonto -afirmó.

La chica comenzó a correr hacia él, quien la estaba esperando con brazos abiertos.

A Germinia nunca le había gustado Heather, pero Géminis sospechaba que era por que era mucho más bonita que ella. Pero la realidad era que, no importa quién sea, siempre que estaban con ella se olvidaban de las personas a su alrededor, y eso era lo que a Gemma le molestaba. Todos quedaban hechizados con su cabellera colorada y penetrantes ojos ceniza, y se terminaban olvidando de ella, haciéndola a un lado. Y así era como se sentía Ofiuco en ese momento, apartado, incómodo, no encajaba allí.

(...)

-Entonces... ¿Eres el ex-hermano mellizo de Acuario muerto? -preguntó Cáncer sin darse cuenta de lo que realmente había dicho.

Se hizo una incomodidad en el ambiente, y la chica reaccionó a su error.

-Lo siento, a veces no controlo mis palabras -hizo una mueca.

Se encontraban sentados ambos en las escaleras del frente del orfanato.

-Esta bien, esperaba a que alguien se lo tome de forma graciosa, es decir, es algo gracioso que me hayan creido muerto... -rió levemente mirando a la rubia.

-Y algo perturbante... -agregó mirándolo con dulzura.

-Lo sé, mi madre es algo exagerada. Aunque no mintió lo del auto, pero fue algo que ella usó como estrategia para hacerle creer a Acuario que había fallecido. A varias semanas de recuperación ya estaba de una familia adoptiva, ella no podía gastar por dos, supongo -suspiró.

Cáncer lo miraba atenta mientras hablaba, estudiando cada detalle de su rostro.

Él siempre se repetía a sí mismo que tendría que haberse cruzado a su hermana antes para contarle la verdad, incluso si su madre biológica se lo impedía. Al fin y al cabo, la mayoría de su adolescencia la pasó con la cual consideraba su verdadera madre, Stella, su madre adoptiva.

-Mis tíos son como mis padres. Nunca conocí a mis padres... -confesó.- No necesito consuelos, es decir, sólo los conozco por fotos, pero no puedo decir nada concreto... -alzó los hombros.

-Me caes bien, C. Presiento que seremos muy buenos amigos... -le sonrió abiertamente Aiden.

-También tengo ese presentimiento, A.

Cáncer en multimedia.

Se me hace raro decirle Germinia a Gemma, pero hay que acostumbrarse.

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