—Mamá no nos deja meter chicos a la habitación —dijo Coti y Tefi bufó.

—Bien, vamos a los rosales, ¿quieres? —preguntó a Esme y ella asintió.

Un rato después se encontraron allí con Leo a quien Coti ya había avisado.

—Hola —saludó el muchacho.

—Hola —dijeron ellas—. ¿Qué cuentas? —inquirió Esme.

—Nada, estaba algo aburrido, acabo de llegar de trabajar —explicó.

—Bien... —respondió Esme y paseó entre sus flores mientras les susurraba algo a cada una.

—¡Me olvidé de contarles algo! —dijo Tefi y ambos le prestaron atención—. Hoy vinieron a la escuela unas personas encargadas de una agencia de viajes, están ofreciendo paquetes para los alumnos que terminan la escuela. Al final a los chicos les encantó la idea y formamos un equipo de trabajo, Matías es el presidente y su grupo son los que lo ayudan, por supuesto. —Agregó y rodó los ojos—. El caso es que haremos actividades para recaudar fondos y poder viajar todos a fin de año. ¡Será muy divertido! —exclamó. Esme y Leo se miraron y asintieron.

—Suena interesante —afirmó Esme.

—Bueno, chicos, yo los dejo. Mamá me necesita para ayudarla con algo —añadió Tefi y se despidió.

—¿Crees que pueda salir eso del viaje? —preguntó Esme.

—No lo sé ni me interesa, yo no voy a viajar con ellos —zanjó Leo.

—¿Por? —inquirió.

—Estoy trabajando para juntar dinero para poder... viajar por mi cuenta cuando termine el año, Esme. Quiero ir a probar suerte a otro país, quiero empezar la vida real y olvidarme de todo —dijo y miró a su alrededor. Esme asintió sintiendo el dolor en sus palabras—. Pero tú podrías ir —añadió en un intento de animarla.

—No, yo no quiero estar ni un solo día más con ellos —rio amargamente—, menos ir a un viaje donde tendría que aguantarlos las veinticuatro horas de seguido —añadió encogiéndose de hombros.

—Eso es cierto —respondió Leo encogiéndose de hombros.

Estaban en eso cuando Tony ingresó al jardín, hecho una fiera, con el rostro rojo del enfado y los puños cerrados.

—¡Así los quería encontrar! —dijo y ambos lo miraron perplejos.

—¿Qué...? —Esme iba a hablar, pero Tony se avalanzó contra Leo y casi le dio un golpe.

—¿Qué demonios te sucede? —preguntó Leo deteniéndolo.

—¡Vi la foto que se sacaron en el yate ese donde trabajas! —gritó enfadado—. ¡Jamás pensé que tú me harías algo así! —exclamó con la vista puesta en Esme. Ella abrió los ojos sorprendida.

—No hice nada —se excusó.

—¡Te dije que este solo querría eso de ti! —dijo Esme y Leo levantó las cejas asombrado tras aquella aclaración y por el cinismo de aquel chico que no le caía nada bien.

—Antonio —lo llamó por su nombre sin perder la calma—. Yo no hice nada, Esme no hizo nada, y tú estás aquí gritando sin sentido —añadió. Tony lo miró.

—Solo somos amigos, Tony —agregó Esme que estaba asustada y preocupada. Si se peleaban allí le traería problemas con su madre—. Por favor, créeme —añadió.

A regañadientes, Tony asintió, se dio media vuelta y salió sin decir nada más. Estaba enfadado porque a causa de esa foto había sido objeto de burla por sus compañeros de trabajo, Victor, el hermano de Luli se la había mostrado a todos.

 Estaba enfadado porque a causa de esa foto había sido objeto de burla por sus compañeros de trabajo, Victor, el hermano de Luli se la había mostrado a todos

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Ni tan bella ni tan bestia ©Where stories live. Discover now