—¡No! ¿Estás loca? ¡Yo no quiero hacerlo! —gritó Esme y luego se cubrió la boca por si la madre la escuchaba. Tefi rio divertida.

—¿Cómo que no? ¿Por qué? —preguntó—. ¿No me vas a decir que no sientes ganitas?

—No, es decir... puede ser, pero no lo quiero hacer. No todavía —murmuró—. Pero no es eso, es que él dice que tiene sus necesidades y que luego no me queje si va a buscar en otro lado.

—¿Qué? ¿Cómo? —preguntó Tefi indignada—. ¡No me lo creo! ¿Eso te dijo? —Esme asintió con la cabeza—. ¡Es un idiota! Si lo llega a hacer lo mato... es un... aghhh —zanjó molesta.

—Leo me dijo que si me ama debería esperarme. —Tefi la observó aún más indignada.

—¿Se lo contaste a Leo primero que a mí? —inquirió llevándose la mano a la boca.

—Ehm... bueno... sí, pero... Es que yo quería la opinión de un chico, no te enfades... —dijo mordiéndose el labio avergonzada.

—No. ¡Claro que estoy enojada! No puedo creerlo —respondió y negó con la cabeza—. ¡Me voy! —añadió con gestos exagerados.

—No, por favor... No te enojes —rogó Esme. Tefi se volteó a verla y rodó los ojos.

—Has faltado al código de amistad, Esmeralda Rosalía de la Fuente —dijo llevándose una mano al pecho como si le doliera—. Pero bueno, solo te perdono porque Leo es sexy —añadió—. Ahora dime que pateaste a Tony en las bolas cuando te dijo eso de que iba a ir a buscar a otro lado.

—¡Cómo crees! —dijo Esme llevándose la mano a la boca, Tefi rio.

—¡Bolas! ¡Bolas! —exclamó.

—Shhhh... —Intentó acallarla Esme.

—Ya, hablando en serio, lo que te dijo Leo es cierto... nadie debería obligarte, Esme, y no deberías sentirte presionada. Si el estúpido va a buscar a otro lado pues no te merece, amiga, y lo mandas a volar, pero ¡ya! —exclamó.

—Pero... ¿Y si tiene razón? Además, ¿cómo crees que yo puediera... —Bajó la vista silenciándose—. ¿Qué sucedería si cuando me sintiera lista a él no le gustara... ya sabes, mi cuerpo? —inquirió aceptando para su amiga su mayor temor.

—¡Por Dios, Esmeralda! —exclamó Tefi molesta—. ¿Cuándo piensas cambiar esa actitud? Eres hermosa, mujer, ¡aprende a valorarte! Y si él es tu novio se supone que le gustas, ¿no es así? Además, si te dijo que quería contigo es porque te desea. ¡Basta con eso! ¡Es en serio! Mírame —dijo y llamó a Esme para que levantara la vista—. Tienes todo lo que tienen las demás chicas, eres hermosa, todas quisiéramos tener ese color de pelo de forma natural, o esos ojos, Esme... Solo basta que te lo creas tú, y si a él le gustas estará feliz de poder tenerte. Ahora, si no quieres porque no estás lista, él debe esperar y no andar amenazando con ir a buscarse otra —añadió molesta. ¡Me pones nerviosa! —exclamó.

—Lo siento... yo... Gracias, Tefi —dijo la muchacha. Tefi se acercó y la abrazó.

—Eres hermosa por dentro y por fuera, Esme, de verdad que quiero que encuentres alguien que te valore y te haga feliz, pero, sobre todo, necesito que tú aprendas a quererte tanto como yo te quiero... aunque nadie podría quererte más que yo —bromeó besándola en la mejilla.

—¡Qué lindas! —dijo Coti al entrar a su habitación.

—¿Qué tal, Coti? —saludó Tefi.

—Bien, solo venía a decirte que Leo te estaba buscando —dijo la niña y miró a Esme. Tefi sonrió.

—¡Dile que venga aquí! —exclamó.

Ni tan bella ni tan bestia ©Where stories live. Discover now