Sin poder impedirlo, mis ojos comienzan a aguarse.

Ya lo estaba olvidando.

Ya lo estaba superando.

¡Ya no quiero verlo más!

- Daisy.- escucharle decir mi nombre me cabreó, hizo que la sangre me hirviera. Niego sin poder apartar la mirada de sus claros ojos.

- Vete. No te quiero ver.- mis palabras salen con rabia, rencor, dolor...

Sus ojos se cierran haciendo que el aire entre por mis pulmones de forma violenta.

Parece tranquilo, mucho más de lo normal.

Su cabello está más largo. Su cara está un poco cambiada. Su cuerpo está mucho más tonificado desde la última vez que lo vi.

- Cambié.- mis ojos se abren al escuchar esa única palabra.- Y lo hice por ti.

- Nunca hiciste nada por mi Aaron, tampoco lo harías ahora.

Me asusto al verlo levantarse de la silla con rapidez quedando frente a mi. Elevo un poco mi cabeza para poder mirarlo a los ojos.

Giro mi cabeza hacia los lados viendo que Vania no está a mi lado.

Chica lista.

- Lo hice, puedo demostrartelo.- me suplica. ¿Me suplica?

- ¿Hay algún problema?- la voz de Dany hace que mis nervios aumenten. Lo miro sin saber qué decir.- Daisy, ¿Te está molestando?- las lágrimas no tardan en aparecer.

Me abrazo a mi misma y retrocedo separándome de él.

Me duele.

Todo lo vivido vuelve a mi cabeza en cuestión de segundos.

- Vete Aaron.

- Daisy.- la voz de Dany sale con un tono preocupado.- ¿Él tiene dos hermanos?- asiento con la cabeza confundida.- Owen y Gyula.- vuelvo a asentir.

- Dany...- su rostro se pone blanco. Coge y expulsa aire muy rápido.

- ¿Qué pasa?- Natali aparece detrás de su pareja.

Todo va bien, hasta que sus ojos se posan en los de Aaron. Su rostro, al igual que el de Dany, se vuelve blanco. Comienza a mirar hacia todos lados asustada.

- ¿Mamá?- miro ladeando la cabeza a Aaron.

¿Mamá?

Y ahora es cuando todo cuadra. Natali nunca llegó a contarme al completo su trágico pasado, y ahí es cuando saltaba toda esta parte. Pero yo sí le conté todo el mío, omitiendo todos los nombres, incluido el de él.

A decir verdad, los hermosos ojos de Vania son iguales a los de su hermano, al igual que el color de su pelo.

- ¿Cómo..? ¿Tú...? Tu debes estar muerta...- susurra para él, pero todos conseguimos escucharlo.- Te vi...- hace muecas con su boca. Sus labios tiemblan dándonos a entender que llorará.

Natali llora descontroladamente sin poder decir una simple palabra. Vania se abraza a mis piernas al ver a todos tan anonadados.

Dany le susurra algo en el oído que solo ella ha podido escuchar, a lo que responde asintiendo.

Las manos de Aaron se cierran y se abren mostrándonos su ira, sus ganas de golpear algo, o a alguien...pero hace todo lo contrario, se gira agachando la cabeza y comienza a caminar para salir del local. Miro a la pareja abrazados mirándolo, al igual que Vania.

Aparto las pequeñas manos de Vania y le sonrío sin mostrar mis dientes. Le señalo con la mirada a sus padres y ella se aleja de mi y se abraza a su madre de la misma forma.

Es increíble que solo se haya ido. El Aaron que conocí nos habría amenazado, golpeado todo lo que estuviera a su lado, y nos miraría con ese rostro neutro tan peculiar.

Salgo del bar corriendo al encontrarlo un poco lejos. Corro en su dirección con fuerza y en poco me encuentro tras él. Cojo su mano haciendo que pare de caminar.

No se gira, no habla, solo se mantiene quieto mirando hacia delante.

- Lo sabias y no fuiste capaz de decirmelo...

**********

Holiiiii. Aquí les dejo el nuevo capítulo. Espero que les haya gustado.

¡¡Besos!!💋💋

Demonio guardián Donde viven las historias. Descúbrelo ahora