CAPÍTULO 31 ©

4.8K 325 39
                                    

Pongo la mano en el pomo de la puerta. Respiro hondo antes de entrar.

No se escucha nada.

Lo encuentro todo ordenado, en su lugar. Pero él no está dentro. Miro hacia la ventana encontrándola abierta. Me acerco y al escuchar el "pip" me giro encontrándolo muy cerca mía.

Doy un leve salto llevándome las manos al corazón. Noto como éste late a gran velocidad.

- Te agradecería que no me asustaras de nuevo.- digo fijando a la misma vez los ojos en los suyos totalmente abiertos.

- Necesito decirte algo.- se gira y se sienta en la cama.

Lo miro con el ceño fruncido. Mueve su mano dándome a entender de que me acerque.

Me quedo parada pensando en si hacerlo o no. No quiero volverme a sentir mal.

Aunque, debería hacerlo, porque si no lo hago, luego me llevaré los días y las noches pensando en qué quiso decirme.

Me acerco quedándome junto a él, de pie. Frota sus manos en sus pantalones con la mirada fija en el suelo.

- Hay un pequeño problema.- nuestras miradas se conectan. Mis cejas se encuentran alzadas sin entender nada.

Se levanta de forma rápida de la cama y comienza a andar por el cuarto con las manos en su cabeza.

El Aaron que estoy viendo ahora, nunca lo había visto. Siempre su mirada había sido fría, neutra, y hoy, es preocupada.

- ¿Qué pasa?- al escucharme, se gira y me mira tragando saliva con fuerza.

- Na... Nada.- niega moviendo la cabeza hacia los lados.

Vamos Aaron... Cuéntamelo.

La mayor parte del tiempo no lo entiendo. Me acaba de decir que hay un problema, y ahora me dice que no pasa nada...

- Sí pasa. Cuéntamelo.- niega de nuevo agachando la cabeza.

Vuelve a sentarse en la cama dejando caer su espalda en la suave colcha.

Me giro y me siento en una silla que se encuentra justo detrás mía. No lo vuelvo a mirar. Solo espero a que comience a hablar, cosa que no hace.

Escucho un leve sonido de su parte, dándome a entender de que está... Llorando.

- Aaron, ¿Qué pasa?- repito la misma pregunta que hice hace unos minutos atrás.

Me levanto y me tiendo a su lado en el cómodo colchón. Me coloco de lado encontrándolo con la mirada fija en el techo y una lágrima bajando por su mejilla.

Jamás lo había visto así. Éste no es el Aaron que conocí. Pero a decir verdad, lo prefiero así. No quiero volver a ver ese rostro neutro el cual no sé distinguir lo que siente.

- Volvió.- susurra cerrando los ojos.

- ¿Quién volvió Aaron? ¿Quién?- niega, niega y niega.- Con tu permiso, me voy.

Me levanto de la cama y camino a la puerta abriéndola, pero antes de que pueda salir, su mano me detiene.

Sonrío victoriosa...

- No te vayas.- dice muy bajo.

Sus ojos intentan buscar algo en los míos, pero ahora soy yo la que se muestra neutra. Quiero que él sienta lo mismo que yo cuando él se ponía así. Quiero que sienta el mismo daño que él me producía a mi.

Demonio guardián Where stories live. Discover now