Cap. 33

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–¡Shawn Mendes!– volví a gritar a todo pulmón.
La gente me miraba extrañada y susurraban cosas entre ellos, hasta que empezaron a separarse y pude ver a ese hermoso chico del que me enamore.

–La fiesta se acabo, todos fuera.– Dije y lo único que obtuve como respuesta fueron muchos abucheos, pero funcionó, todos se estaban marchando. Baje de la mesa caminando y camine hacia el. Me era extraño verlo en ese estado; tenía una leve barba, su cabello estaba despeinado, olía demasiado a alcohol y a cigarrillos y tenía bolsas debajo de los ojos.

¿Que te ah pasado amor?

–¿Que crees que estás haciendo?– Me miró extrañado –Mi fiesta aún no terminaba– idiota.

–¿En serio me preguntas a mi?– arqueé una ceja –Mírate, fiestas, alcohol, cigarrillos, prostitutas. ¿Qué crees que estás haciendo?– pregunte desesperada, el solo agacho la cabeza evitando el contacto visual.

–Mamá...– una lágrima se deslizó por su mejilla izquierda. –Mamá murió– rompió en llanto.

–Shawn, sé que es duro pero se fuerte. No por eso te vas a poner a hacer fiestas todo el tiempo.– Pausé –¿Te has fijado en cómo está Parker? Está muy delgado, ¿Acaso eres idiota?– ¿Me pasé? No, tiene que saberlo.

–Ayúdame ______– Me miró fijamente. Sus ojos estaban rojos. –Es la única forma en la que puedo sacar mis preocupaciones.

–¿La única forma?

–¡Oh mierda!– exclamó al ver el reloj que estaba en la pared. –Lo olvide por completo.

–¿Algo malo?

–Demasiado, una trabajadora social vendrá a inspeccionar la casa y a Parker.– Eso huele a problemas. –Tengo una tía viviendo en Corea del Sur, vendrá porque la contactaron para llevarse a Parker con ella. Pero yo no quiero que se lo lleven.

–Okay, calma. Iré a preparar algo para Parker, encárgate de recoger las botellas del piso.

Camine hacia la cocina y me dispuse a preparar algo con lo que encontré en el refrigerador. No tarde más de 5 minutos en hacerlo y llame a Parker.
Termine de comer y di una vuelta por toda la casa para ver si había algo que no estaba bien, y afortunadamente todo están más que perfecto.

–Ahora si cuéntame, ¿en serio hacer fiestas es la única forma de superar esto?– hable una vez ya sentada en el sofá de la sala con Shawn a mi lado. El solo volteo y me miró con melancolía.

–No lo sé. Tengo miedo.

–¿Miedo de que?– en ese momento me sentía como una psicóloga.

–Tengo miedo de que fallaré, no soy lo suficientemente fuerte para poder superarlo. La verdad creo que no me...– lo interrumpieron cuando el sonido del timbre sonó. –Es ella– ambos nos miramos nerviosos y sin saber que hacer. Pero tampoco me iba a quedar ahí paralizada, me paré y abrí la puerta con una gran sonrisa.

–Hola, buenas tardes. Soy la trabajadora social, Clementine Pennington ¿Se encuentra el señor Mendes?– dijo estrechando la mano con la mía.

–Eh...si, déjeme llamarlo, pase y tome asiento por favor.– mis nervios llegaban a tope. Era una con aspecto fuerte; lentes y traje muy formal, como de unos 30 años o menos, pero lo que me molesto fue su cargadisimo perfume. Soy muy sensible a los olores. En fin, camine apresuradamente a la habitación de Shawn para avisarle que ella ya estaba aquí. El vestía un conjunto casual pero un poco formal. Se veía hermoso de todas formas.

–______– se acercó a mi. –Te quiero, gracias.– susurró en mi oído y depósito un beso en mi mejilla.

Bajamos y Parker estaba charlando con la abogada, espero que no diga nada sobre las fiestas si no, adiós Parker.

Mi inesperado amor (Shawn Mendes y tu)Where stories live. Discover now