Capitulo 1

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     Había un gran alboroto en el estacionamiento de la preparatoria. Era hora de almuerzo y había una gran concentración de estudiantes en un círculo mientras que se escuchaban todo tipos de ánimos.

—    ¡Dale, Stone!— gritaban unos estudiantes a un chico alto, de feroces y seductores ojos cafés, y un cuerpo bien en forma.

    Llevaba en uniforme de la escuela algo desarreglado gracias a la pelea en la que se encontraba. Peleaba contra otros cinco chicos que tenían igualmente el uniforme desarreglado.

—    ¡No te perdonare esto, maldito! — dijo uno de los muchachos—. Ella es mi novia, ¿Cómo pudiste besarla en la fiesta?— se veía realmente enfadado el chico.

—    A ella no pareció importarle— dijo mientras se encogía de hombros, restándole importancia al asunto.

—    De esta no te salvas.

—    ¿Y trajiste a todos tus amiguitos para que te ayuden contra una sola persona?— le pregunto con sorna el chico al que todos coreaban—. ¡Vaya!, que valiente.

—    Estas muerto.

—    ¡Vamos David!, no te dejes— decían con júbilo las animadoras de la escuela, mientras que agitaban sus manos.  

     Inmediatamente, todos se le abalanzaron encina. David esquivo ágilmente el primer golpe, pero no reacciono a tiempo para evitar el segundo golpe, producto de uno de los amigos del chico que armo todo el alboroto. Por el rabillo del ojo, David vio como dos se le acercaban por la espalda y lanzo una eficaz patada giratoria dándole a uno, pero el otro logro atraparlo con un abrazo de oso.

   Los que se encontraban frente a él aprovecharon para usarlo como saco de boxeo, mientras que David se doblaba ante cada puñetazo que recibía en el estómago y en el rostro. Logro zafarse del abrazo de oso y le hizo un combo de artes marciales a su raptor, dejándolo en el suelo todo adolorido.

—    Bien, solo quedan cuatro— comento David mirando fijamente a los oponentes restante. Tenía la mejilla derecha rota, al igual que su labio inferior y la nariz le sangraba un poco, pero afortunadamente no le habían dado en uno de sus ojos ya que no se los permitió.

   Se fue a la ofensiva directamente y, con la rodilla logro sacarle el aire de los pulmones a uno, dejándolo tirado en el suelo. Los otros tres retrocedieron unos pasos. Cuando David estaba por pasar al que acababa de tirar en el piso se paró en seco y le coloco el pie en el estómago y le frotaba el pie en él.

—    ¿Por qué retroceden?— pregunto curioso David—. Pensé que este era mi fin, pero parece otro día más en esta aburrida escuela.

   Esto pareció cabrear aún más a los tres que quedaban y le empezaron a atacar. David esquivo con gracia a dos y bloqueo una patada del tercero, para luego darle un rodillazo en la boca del estómago dejándolo momentáneamente si aire. Estaba a punto de terminar con los otros dos cuando, la voz del director se hizo resonar de entre los estudiantes.

—    Señor, Stone— rugió prácticamente el director—. Acompáñeme a la oficina, ahora— ordeno más que molesto.

  El muchacho solo suspiro con cansancio y obedeció a las órdenes del director, pero no sin antes guiñarle el ojo a unas cuantas estudiantes que se encontraban de espectadoras.

—    Espere aquí un momento— le ordeno el director mientras señalaba una de las sillas en su oficina para luego salir.

   Habían pasado cinco años desde aquel día. Se fue metiendo en peleas constantemente hasta que construyo una reputación. Era el chico malo de la escuela. Con notas un poco más alta que la mediocre, era uno de los últimos de su clase. Siempre metido en peleas.

Dulce KarmaWhere stories live. Discover now