Dulce Karma

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Dulce Karma

Prologo

AÑO 2008

Dos adolescentes se encontraban sentados frente a un lago riendo mientras bromeaban entre ellos y mirando el atardecer en el lago. Ambos de 12 años de edad y siempre estaban juntos en todo. Vecinos, mejores amigos, compañeros de clases y compañeros de artes marciales.

Eso es lo que eran David Stone, un muchacho escuálido de pelo negro, ojos cafés y un poco bajo de estatura para su edad.

Junto a él se encontraba Natasha Alexander, una bella joven de pelo liso azabache, profundos ojos negros y más alta que David. Ella siempre se burlaba del tamaño de su mejor amigo, diciendo que él debía de ser más grande para que la protegiese, pero que siempre era todo lo contrario.

A pesar de que ambos practicaban artes marciales, David era de ese tipo de personas que eran extremadamente tímidos e incapaces de dañar siquiera a una mosca.

- Esto me trae muchos recuerdos- comento David, mirando hacia el atardecer sobre el lago.

- Si- estuvo de acuerdo Natasha-. Cuando teníamos seis, siempre te caías en el mismo sitio- comento con burla la muchacha.

- Era culpa de esa estúpida rama- farfullo David- ¿Por qué siempre se metía en mi camino?

- Tú nunca la veías, así que no le eches la culpa- le reprendió su amiga-. De todas maneras, ¿Por qué me trajiste aquí?

- Bueno...es que tengo algo que decirte- le respondió nerviosamente el chico.

- Hemos estado muchas veces aquí y solos, no entiendo por qué estás tan nervioso- observo Natasha.

- N-no estoy...nervioso- tartamudeo.

- Estas tartamudeando- le acuso la chica-. Y hemos sido vecinos desde siempre.

- Me conoces muy bien- murmuro David.

- Es mi deber, eres mi mejor amigo después de todo- le dijo con orgullo la chica-. ¿Qué quieres decirme?- le pregunto ahora con curiosidad. Sabía que David se ponía muy a menudo nervioso, pero no cuando estaba con ella.

- Hemos pasados muchas cosas juntos- empezó a decir David.

- Sí, eso lo sé muy bien- le interrumpió Natasha.

- Bueno...desde hace un tiempo he empezado a sentir algo por una chica- admitió el chico.

- ¡Oh, David! Eso es maravilloso- dijo muy contenta Natasha-. ¿Y quién es la afortunada?- le pregunto burlona con una sonrisa en su cara, sintiéndose feliz por su amigo.

- Mi...mejor amiga. Eres tu Natasha- confeso David mirando fijamente los ojos de Natasha.

La sonrisa de Natasha se borró en ipso facto, desviando su mirada de la del chico.

- David- comento con un extraño tono de voz-. M-me...alegro por ti, enserio...pero yo... no siento lo mismo, lo siento.

David sintió como el piso se le derrumbaba bajo sus pies, se había convencido de confesarle a su mejor amiga desde hace mucho, pero no había encontrado el valor suficiente para hacerlo hasta ahora.

- Tú eres más como un hermano para mí. Eres mi mejor amigo, y no te veo más que eso...lo siento, en verdad- se disculpó nuevamente-. Y-yo... yo ya amo....a otra persona- se dio media vuelta y se marchó lentamente de ahí, dejando completamente desolado al David.

- Yo también lo siento- murmuro el chico viendo cómo se marchaba su mejor amiga-. Fui un tonto al creer que algo como esto me pasaría. No soy más que el chico débil del que todo el mundo se burla.

Supo en ese mismo instante que su amistad se había acabado, y todo era culpa suya. Ya no había más nada que hacer, ella tendría su vida alejada de él. Y David sabía que ella lo negaría, pero que sin embargo, ella se terminaría de alejar de él en algún momento.

Dulce KarmaWhere stories live. Discover now