- Que bonita la noche, la luna, las estrellas...
- Estas enamorada de la noche.
- Con toda mi alma. Creo que, seria capaz de pasar toda la noche aquí sentada, desde que sale la luna hasta que se esconde. Observándola.
- ¿Y por que no lo hacemos?
- Estas loco.
- ¿Qué lo impide?
Y allí nos quedemos. Solos. La noche. La luna. Las estrellas. Perdidos en medio de la nada.
- Tenemos que repetirlo mas noches.
- Cuando quieras. No hace falta que me preguntes.
¿Qué tendrán las estrellas para cautivarte así? ¿Para que ame la noche tanto como la amo?
Pasaban las horas tan rápidas que poco faltaba para que amaneciera.
- Sabes, creo que esta es la segunda noche mágica que he pasado en mi vida hasta ahora.
-¿Y la primera?
- Cuando te conocí.
Sonreí y un extraño escalofrió recorrió todo mi cuerpo.
- ¿Por que me dices esas cosas?
- ¿Que pasa? ¿No te gusta?
- Claro que me gusta, pero... no entiendo porque eres así con migo. Nadie se porta con migo como tu lo haces.
- Porque nadie a visto en tus ojos lo que yo veo.
- ¿Y que ves?
- Dolor. Soledad. Amor. Mucho amor. Tu amas con tu mirada, hablas con tu mirada. No hace falta que digas una palabra para saber lo que piensas, lo que sientes.
- Ah! ¿si? ¿Y que siento ahora mismo?
- ¿Ahora mismo? Ahora mismo te sientes libre al estar aquí con tu luna, con tus estrellas. Estas tranquila pero a la vez nerviosa. Y creo que ese nerviosismo te lo provoco yo.
- ¿Tu? ¿Ponerme nerviosa a mi?
- Solo tengo que mirarte a los ojos para saber en la manera en que me miras, y se que tienes miedo. Miedo de dejarte querer. De confiar en mi y que te haga daño. Se que no lo has pasado bien. Que te han hecho mucho daño. Y haces bien en no fiarte de la gente ahora. Pero, mírame a los ojos. Mírame. Dime si de verdad no ves sinceridad en mis ojos. Dime si de verdad crees que te miento cuanto te digo que te quiero. Que estoy aquí si te encuentras mal. Créeme que no te miento cuando te digo que quiero tenerte a mi lado. Pasar el resto de mi vida contigo. Déjame intentarlo. Déjame que intente dar amor a tu corazón, déjame quererte. Intentémoslo. Veamos juntos las estrellas abrazados noche tras noche, hasta que te canses. Deja que vea tus ojos nada mas despertarme todos los días de mi vida. Y que siga mirando esa pequeña boquita cada vez que pronuncias una palabra. Déjame quererte. Déjame intentar que vuelvas a creer en el amor.
