Capítulo 14.

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Sans se había acomplejado de sobre manera al haber leído eso en el chat.

Callado como una tumba mientras veía estático la aplicación sin que nadie respondiera, tampoco algún visto, nada. Solamente la luz que impregnaba su aparato telefónico sobre sus cuencas.

Se había preguntado qué tal sería visitarla por ese castigo, hacia tiempo que no la veía en el bar y extrañaba hacerle bromas para escuchar sus berrinches infantiles, pero no sabía en donde vivía como para tal acto. Ni tampoco la razón del por qué en su alma hubo preocupación, tanto así, que hasta se le había olvidado como respirar por un segundo.

¿Por qué se había preguntado si podría ir a su hogar? Eso estaba más allá de sus actividades diarias, él apenas podía hacer fuerza de voluntad para levantarse de la cama. No lo comprendía.

Él debería de odiarla por el suceso de hace meses, no hablarle, ignorar sus mensajes, y aun así no podía. Era una sensación extraña que no quería dejarla vivir en su caja torácica, pero últimamente pasaba más tiempo en otro mundo pensando en ella y aquel incidente.

La fiesta improvisada de Undyne en el bar le permitió que hiciera la peor cosa imaginable según él. Tomar frente a un gran grupo de personas y dejarse llevar por los ánimos.
Lo recordaba muy bien como para que el efecto del alcohol hubiera sido potente.

La había visto sentada en la misma mesa que actualmente en los días donde hablaban a través del celular, tomando sin muchas vibraciones positivas, parecía ser que no deseaba estar ahí. Aún así él había ido a por ella, sonriendo y con un intenso rubor en sus mejillas. Se acercó y habló de cualquier tontería, sin intercambiar nombres, edades, solamente si deseaba bailar.

Así fue como estaban apegados en un rincón donde por la multitud nadie podía ver, unidos como si se hubieran conocido de hace tiempo, se sentía tan bien la sensación que había decidido bajo los efectos de la bebida romper aún más la distancia con un beso que se había tornado apasionado de un segundo a otro.

...

Salió de sus pensamientos agitado, se había quedado dormido más bien por recordar todos esos sucesos que deberían de haber sido borrados de su memoria hace un tiempo, Pero por más que intentaba ignorarlo, más reales eran los tactos y la música en su interior, provocando que su alma diera un vuelco por cada vez que añoraba el cabello de esa chica.

Ahora que estaba castigada no la había visto hace un tiempo, más o menos dos semanas, eso podría ser poco pero para que hubiera sido un castigo le hacía pensar cómo eran sus padres y su situación ya sea económica o familiar.

Se sentó en su colchón, pasando sus falanges por su rostro, tratando de eludir el tema que días habían estado carcomiendo su ser. Pero el leer su mensaje, esas palabras que hacia eso por él, que hablar con él era importante le había dejado anonadado, sin pupilas, totalmente nervioso.

Era una buena tarde para ir donde Grillby.

Mensajes imprudentes. [SansxLectora]Where stories live. Discover now