Capítulo 15 Perdidos

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Capítulo 15 Perdidos

El calor era insoportable. Un interminable y deshabitado desierto. Apenas corría una leve brisa de un viento cálido. El sol se hallaba en lo alto, quemándoles la piel. El horizonte se veía distorsionado por el calor. Llevaban vagando unas horas y Anna ya sentía la garganta seca.

- Maldito móvil...

Jake toqueteaba la pantalla del aparato. La pantalla brillaba en blanco. Parecía que los móviles se habían estropeado por alguna razón al pasar a través del Saeculi. 

- ¿No tienes algún hechizo de localización o algo por el estilo?

- Sí, pero no tengo cobertura...

Anna miró extrañada a Jake.

- ¿Acabas de decir cobertura?, ¿necesitas cobertura para lanzar hechizos?

- No ese tipo de cobertura- contestó con tono cansino.- Es como un flujo mágico que corre por el aire, el mar y la tierra. Este flujo es el que nos ayuda a recuperar nuestras reservas de energía más rápidamente, nos da fuerza y nos cura las heridas de manera mas rápida. Sin este no puedo "triangular" nuestra posición, es difícil de explicar. Este lugar debe de ser el menos mágico de la Tierra porque no detecto ni un ápice de vibración mágica...

- O sea que lo que me estás diciendo es que no solo estamos sin móvil y perdidos, si no que concretamente aquí somos más débiles y tenemos la misma resistencia que un humano normal.

Jake asintió lentamente.

- Genial. 

Ante ellos se dibujó la silueta de una enorme roca en la distancia. Era de color naranja con algunas vetas más claras que otras. Se podía apreciar la erosión del viento durante siglos. Se percató de una oquedad que había a unos metros de altura, sobre la mitad de la roca. Jake también pareció verla.

- Vamos, necesitaremos un lugar donde pasar la noche.

***

Jane Quilla sabía que el plan no funcionaría. Lo supo en cuanto vió la gran cantidad de monstruos que regurgitaba la entrada del pasillo. No podrían con tantos, al menos no podrían proteger los refugios. Anna se encontraba en la enfermería, había que evitar que llegasen hasta ella, eso era lo más importante.

Por eso se sorprendió cuando vio a Anna, un chico de pelo oscuro y a Jake, al cual había estado dando clases particulares hasta hacía menos de una semana, en medio del vestíbulo, tras una de las barricadas. Y más se sorprendió cuando el chico y Anna huyeron hacia el jardín, en dirección equivocada. Tendrían que haber subido las escaleras en dirección al despacho del Director.

Pero una vez empezada la batalla tuvo problemas propios de los que ocuparse. Siempre había tenido gran habilidad en el combate y pronto estuvo liderando el ataque. Tenía planeado ir en busca de Anna cuando terminase con el gigante que tenía enfrente, pero una vez hubo acabado con este, algo mucho peor se opuso en su camino al jardín. 

Salío rompiendo una ventana y planeó hasta ella con sus alas hechas de hueso. Un Timore. Fue directamente a por ella.

Si había algo que le gustaba a un Timore más que una persona asustada, es una valiente. Disfrutaban viendo como se derrumbaban. Se posó enfrente de ella y hasta los monstruos se apartaron, formando un círculo irregular alrededor de los dos.

Al principio, la criatura intentó engañarla con una ilusión, pero Jane la rompió antes de que pudiese intentar nada. Entonces su contrincante optó por las garras. La profesora sacó una daga que tenía enfundada en el cinturón. Entrechocaron los filos. Tras un par de choques la criatura se alejó y salió volando en dirección al segundo piso. 

El robo de la LuzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora