Capítulo 15- Soffrire

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La noche era oscura y corría una pequeña brisa. No era fría y dura como las de invierno, pero tampoco era cálida y densa como las de verano. Los suburbios se veían movidos y en la ciudad había mucha gente, lo normal.

Un grupo de hombres, quizá cuatro o cinco si no me falla la memoria se encontraban reunidos en un galpón abandonado, se veía como si estuviesen hablando de algo importante. Entre ellos resaltaba uno de cabello oscuro pero corpulento, algo alto, que tenia una mirada extraña, como perdida pero que a su vez había algo en ella. Era extraño de describir, como es de extraño de describir a alguna persona. 

Empezaron a discutir, cada vez más fuerte, había un sonido que parecía un zumbido a los oídos de Mia y algunas chicas que se encontraban ahí. Su cuerpo parecía de un metal muy pesado, parecía plomo, sus brazos se sentían densos y su cabeza daba vueltas, de la noche anterior solo recordaba lo mismo que hacia dos meses; solo recordaba dolor. 

Una noche atrás había sido una de las peores que recordaba, si era posible superar las otras. Estaban en un hotel que parecía tan normal, hasta una familia podía ir a quedarse. Pero la realidad era otra, el hotel estaba abandonado hacían ya varios años. El dueño actual estaba metido en cosas no del todo legales, controlaba policías, incluso doctores; al igual que como Mia, habían muchas otras chicas en situaciones quizá peor que ella, pero ninguna se había metido en ese mundo como ella. 

Su novio, Alex...  ella sabía que el estaba en cosas peligrosas, pero no creía que pasaría de drogas, o de apuestas. Él le había hecho creer una noche que irían a una fiesta, y lo hicieron, solamente que la diversión solamente era ella para ellos. Llegaron a la casa de uno de los amigos de él, y había algo de música, pero no muy fuerte; ingresaron por un pasillo algo largo y poco iluminado, cuando notó que Alex puso sus manos en sus hombros, cosa a la que no le dio mucha importancia. Cuando entraron en un living estaban estos cuatro chicos, se los veía drogados, y había drogas en toda la mesa del living, también alcohol, pero lo que le hizo entrar en conciencia y tratar de correr fue ver a dos chicas en el suelo inconscientes y el grito de una tercera desde la habitación. 

Cuando intentó correr ya era tarde, Alex la tenía tomada por los hombros y con su olor  impregnado por sus fosas nasales sintió un golpe seco, en la nunca, que le hizo tener frío desde la punta de sus pies hasta la punta de los dedos. Y a día de hoy sigo con ese frío. 

Cuando despertó luego de esa noche se encontraba en una habitacíon sucia, con pcoa ropa, y con un dolor muy fuerte, y recordó lo que le habian hecho la noche anterior. No aguanto las lagrimas y se largó a llorar, su novio no solo la había traicionado, había dejado que la violaran, que hagan con ella lo que quisieran... la usó como un trapo sucio. Durante la noche gritó, gritó tanto que su garganta también sangro, gritó tanto que se quedó sin voz y sin lágrimas. Pero nadie la había escuchado, nadie la iba a ayudar. 

Ese fue el ultimo día en el que recordó la noche, las estrellas, la vida... como lo que eran, recordó el perfume que tanto le gustaba y recordó a su amiga, esa que sabía que la iba a buscar pero que no iba a encontrar.  Ahora solo se tenía a ella, y quizá ni eso. Ahora tenía que intentar aguantar, porque sabía que si no lo hacia iba a ser peor que estar consciente. 

Volviendo a su realidad vio a Alex y a sus cuatro secuaces mas que amigos, la mirada del que era su novio estaba perdida como siempre, y su locura se notaba. Era una persona que manipulaba todo, lograba todo lo que quería.  Vió que comenzaba a acercarse, Mia tenia miedo, queria morir. 

-Ya no nos sirven princesas...- Comenzó diciendo, y al momento que lo escucho cerró los ojos, ya sabía lo que se aproximaba, era el final de todas. 

las pusieron a las 6 chicas en ilera, y sacaron un arma, Mia estaba perdida en su sufrimiento. Toda golpeada, con moretones, con cosas de demas personas, sucia, destruída... 

su silencio se vio interrumpido por un dolorcito en el pecho cuando escucho el primer disparo, era una chica rubia mucho menor que Mia, quiza de unos catorce años. Otra intento correr... esa sufrio hasta en la muerte. le dispararon en la cintura y luego en las piernas, y sus gritos eran desgarradores, nadie hizo nada. Pasaron dos chicas más, estas habían estado desde antes que ellas, quien sabe que cosas les habían hecho... dos disparos más. La ultima chica que estaba antes que Mia se acercó como pudo a Alez y puso la pistola en su boca... no sabia porque lo habia hecho pero que mas daba en ese momento, con suerte se pudo mover.

recarga la pistola

-Mia, Mia, Mia... es tu turno princesa- Dijo acercandose a ella mientras recargaba la pistola- Eras mi princesa y siempre lo seras, ¿lo sabes?- preguntó, pero Mia ya no estaba en ese lugar, esa chica ya no era Mia. Y por culpa de que no lo miro la abofeteó. -Dije que me mires princesa

con las pocas lagrimas que le quedaban lo miró por ultima vez, y vio a un hombre consumido, perdido, loco, con rabia de si mismo. Finalizando con su mirada se escuchó un disparo que impactó en el pecho de Mia, arrojandola hacia atras. 

casi inconsciente y sin saber cuanto tiempo habia pasado, casi como una señal, se escuchaban unas sirenas sonar, parecían tan lejanas... y sentía tan en el fondo que no iban a venir hacía este lugar. 

¿Sería este el fin de Mia? que extraño era pensar en eso sabiendo que su fin había llegado hacía ya tiempo, la primera vez que la tocaron, que la drogaron, que la violaron. No era posible que quedase algo en Mia, algo para salvar. 


Peligrosa obsesión [+16]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora