《EL TRASPASAR DE LA OSCURIDAD》

#1:Takahiro

Todo esta oscuro,no quiero despertar,ya que si despierto la oscuridad esta en todos lados.
Abrí los ojos y lo primero que veo es el lado de mi cama vacía,como mi habitación, mi casa,mi vida y mas mi corazón,sin ningún sentimiento que me haga sentir el calor de una familia,el dolor de caer en la vida, bueno quizás el dolor ya lo sentí mucho, que hasta me acostumbre y ya no siento ningún dolor,tropecé para caer a un abismo.
Mi nombre es Takahiro Moriuchi,aunque muy pronto seré Takahiro Morita,gracias al abandono de mi padre hace dos años,hasta a hace algunos meses le pidió el divorcio a mi madre,ella en estos dos años se volvió una persona alcohólica.
Tengo 16 años.
No soy hijo único,tengo dos hermanos,que están de acuerdo con el abandono de mi padre y con sus decisiones,ellos se irán a vivir con el,ya que no quieren tener que aguantar a mi madre,ya que a causa del alcohol,se pone histérica y no nos dirige la palabra.

¿Seria mejor si me voy con mi padre?

No,no lo sería ya que mi padre no quiere tener nada que ver conmigo ya que duda que sea su hijo,es el por eso la separación de mis padres,mi madre no hace nada mas que ignorarme y cuando puede restregar en mi cara que fue mi culpa que el la haga dejado.
No todo fue siempre así,mi madre era muy cariñosa con nosotros,pero con lo de mi padre hizo que perdiera la cordura.
Mi padre es un empresario dueño de las famosas empresas "TokyOori",mis hermanos serán sus herederos para ceder el puesto a la presidencia,una razón mas para que mis padres me odien,yo no sueño con ser un empresario que siempre este revisando documentos y ir a juntas. Mi madre me odia por ello,ya que si por lo menos pudiera ceder la presidencia y hacer un buen cuidado de ella y hacer que tenga mas negociación con otros países,mi padre estaría mas o menos feliz y eso le conviene a mi madre para que puede regresar con ella.

Me levanto de mi cama al escuchar que la puerta principal azotara. Eso ya es normal cada día de mi vida,voy hacia el escritorio para agarrar mi móvil y checar la hora.

- " mmm...15 minutos para las 8"-balbuceo tallandome los ojos.

Después de dejar el móvil de nuevo en el escritorio,fui directo al baño,empecé por quitarme la ropa y después meterme a la ducha.
Esas gotas de agua de la regadera pasaban por mi cuerpo desalineado,con algunos moretones hechos por algunos golpes de mi madre, padre y gente que mandaba mi padre a golpearme hasta dejarme totalmente inconsciente, solo por el hecho de no acatar las ordenes de no salir , ya que se avergonzaban de tener a un hijo que no les respetara y estuviera por ahí de vagó, que no fuera digno de llevar el apellido Moriuchi.
Ya no me importa lo que me sucediera ya no me podía pasar nada peor,al menos la muerte,pero esa ya vía llegado hace tiempo,me sentía muerto, no tenia un sueño,una razón por la cual vivir, no hay,no existe.

Salí del baño con una tualla amarrada en mi cintura, con mi cabello húmedo,pero no tan seco como para no dejar caer algunas gotas de agua,con una mirada perdida en el abismo en el que estaba sometido,fui directo a su armario para sacar alguna vestimenta.
Minutos después de sacar la vestimenta y vestirme,fui directo a el escritorio que se encontraba en mi cuarto por un cuaderno un poco desgastado,pensando en ir hacia aquel lugar,en el que por momentos podía obtener tranquilidad en su vida.
Nunca desayunaba,ya que no tenia ganas,ni se me antojaba.
Siempre agarraba algo leve,como una fruta.
Salí de mi casa,o podría decir cárcel,aquella que solo podía salir unas pocas horas.
Con mis audífonos puestos,con canciones que iban de acuerdo a mi estado de animo,con una manzana roja en la mano con una mordida,escogí poner la canción " Perfect " de Simple Plan,para ir caminando entre algunas calles,comiendo aquella manzana tan roja como la sangre,hasta llegar al lugar,donde por solo algunos momentos mis cadenas se aflojaban ,aunque sea, un poco podía ver un punto de luz desde ese tan oscuro abismo en el que me encontraba, yo sabia que no podía salir,que era mi condena,mi vida,mi  castigo permanecer en ese abismo.