Parte 21

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Gracias Elizabeth- C este capitulo te lo dedico a ti (preparate porque lo que se viene promete...)


Capítulo 21

Celina

Estaba terminando de poner la mesa en la galería cubierta, ya tenía la comida en proceso y me faltaban algunos detalles del postre. Me había levantado temprano para preparar la fiesta de Susana porque en realidad no había podido dormir. Ver a Layla feliz me había hecho replantearme un montón de cosas sobre mi futuro. Me permití ponerme triste porque sabía que muy pronto probablemente volvería a mi vida y pensar en no volver a Mariano me provocaba un dolor intenso en el pecho. Mentiría si no reconociera que tenía un poco de envidia, todos a mí alrededor estaban siendo felices y yo seguía siendo la chica con sobrepeso que estaba sola. Me obligue a sacar esos malos pensamientos de mi cabeza ya que mis seres queridos no se merecían mi rencor. Mientras esperaba para sacar una preparación que tenía en el horno, me senté en el borde de la piscina absorbiendo el sol del verano. Así como una revelación recordé que Raúl, el dueño de la panadería donde trabajaba, le había ofrecido a mi abuela muchas veces comprarle la casa.  No sólo porque estaba cerca de la panadería sino porque quedaba a dos cuadras de la casa de su hermana, la mamá de Layla. Sola en la tranquilidad del parque me pregunte si realmente podía dar ese paso si realmente estaba preparada para cambiar totalmente mi vida. El lunes tenía que rendir las dos materias que me faltaban para recibirme, la profesora Ciero se había comunicado conmigo el Viernes antes de ir al Alquimista y como estaba tan pendiente de mi mejor amiga y su historia de amor no le había dado la importancia que se merecía.  Sentada aquí en una casa que no me pertenecía, con una familia que no era la mía y con un hombre que nunca me vería más allá del agradecimiento por haberle salvado la vida decidí que tenía que cambiar.

- Hola Don Raúl, habla Celina, si gracias a Dios estoy bien, perdone que lo llame temprano pero tengo una oferta que hacerle...

Cuando corte la comunicación estaba tan feliz que sentía que mi pecho iba a explotar. Me reí sola como una loca, me recosté sobre el césped y seguí riendo con los ojos cerrados. Podía ver a mi abuela feliz sonriendo frente a mí y de repente sentí a través de mis parpados una sombra y su voz ronca por el sueño me hizo abrir los ojos. Mariano parado enfrente de mí solo con sus pantalones cortos grises, los que usaba para correr, descalzo, se rascaba el pecho perezosamente. Su cara y su pelo desordenado evidenciaban que recién había salido de la cama.

« um!!!! La cama de Mariano...con Mariano en ella um...Celina reacciona te está hablando...»

Veía que su boca se movía pero mis ojos no se despegaban del movimiento de su mano sobre su pecho imberbe, sus abdominales y esa línea de pelo que se escondía bajo el elástico del pantalón.

-¿me escuchaste Celina? Me pregunto con una media sonrisa que me derritió

- ¿q...qué? Tartamudee - ¿qué me preguntaste?

-¿qué tomaste, nena? Estas tirada en el parque riéndote como una loca.  Me miras como si quisieras untarme chocolate y comerme...por supuesto no me estoy quejando pero no sos vos –me dijo con aire altanero

Sabía que me estaba sonrojando pero no quería darle el gusto de confirmar sus sospechas ya que yo realmente me lo estaba comiendo con los ojos.

-si será modesto Doctor Pelliza untarlo...ja! Que ocurrencia- dije mientras me sentaba. El seguía de pie frente a mi bloqueando la luz del sol. Negó con la cabeza y se puso serio, mirándome de arriba hacia abajo. Su mirada me provoco tanto deseo que le conteste para desviar su atención – por primera vez en mucho tiempo tengo esperanza- dije muy seria mirando mis dedos de los pies. Cuando no dijo nada levante mis ojos y él miraba hacia la galería donde estaba la mesa lista para el festejo.

"El envase perfecto" #ovniawards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora