3. Es solo un amigo

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Me dirigí al cuarto del chico.

—¿Puedo pasar? — llamé con los nudillos antes de entrar

—Pasa.

—Oye Peter lo siento, yo no quise... Puse en peligro tu vida y la misión, he sido muy irresponsable por mi parte.

—No pasa nada, de todas formas fue mi decisión dejar que fueras, así que en parte también es mi culpa.

—¿Y que piensas decirle a tus padres cuando vean tu cara llena de moratones?

—Oh, yo no tengo padres. Ellos murieron. Vivo con mi tía.

—Joder, lo siento. No paro de cagarla contigo.— Peter rió.

—Que va, me caes bien. Creo que seremos Buenos compañeros de misiones. Como Natasha y Clint.

—El día que me parezca mínimamente en algo a la agente Romanoff será uno de los mejores días de mi vida. Con eso te lo digo todo. — ambos rieron.

—¿Hacemos el trabajo? — la chica le miró confusa.

—¿El trabajo?

—Si, el de biología. No me digas que te habías olvidado.

—No, pero... Me refiero. No quiero molestarte, creo que ya has hecho suficiente por mi hoy.

—Me gustan las Ciencias, tampoco creo que sea tanta molestia.

—El mundo necesita más personas como tú, Peter Parker.

—No creo. Yo también tengo mis cosas.— se rascó la nuca.— Bueno, ¿de que es el trabajo?

—Las características de las células.

—Creo que eso se le dará mejor al capitán. — reí.

Hicimos el trabajo y regresé a casa teletransportándome al mismo callejón al que había acudido cuando quise ir a casa de Thomas. Su casa y la mía estaban cerca, y no quería arriesgarme a aparecer en otro callejón por si había alguien.

—Se puede saber donde estabas? — mi madre me esperaba en la puerta, y mi padre estaba detrás sentado en un sillón de salón. — Son las nueve de la noche.

—Y las ocho en Canarias. — contesté para intentar escabullirme a mi habitación.

—Helena Lucinda Graves. — me detuve. Si mi nombre completo se pronunciaba, podía esperarme de todo.— La norma es a las ocho en casa.

—Tuve que hacer los deberes que me mandó el Señor Stark. Estuve en casa de Thomas, él me estuvo ayudando.

—Podías haberlos acabado aquí.

—Tenía que hacer un trabajo de biología. — me excusé de nuevo.

—Sube a tu cuarto.— comencé a subir las escaleras. — No te he visto venir por donde vienés siempre. — era atea. Pero recé a Dios para que no empezara un interrogatorio en ese momento.

—Tomé un nuevo atajo.

—¿Con el que llegas una hora más tarde?

—Mamá, estoy cansada. Déjame ir a dormir, por favor. — le supliqué. No tenía ninguna coartada.

—Está bien. Pero que no se vuelva a repetir.— dijo y subí los escalones que me faltaban.

—Anna, ¿no creerás que... — le escuché decir a mi padre. Intenté escuchar su conversación sin que me viesen.

—Pero Stark está detrás de esto. — continuó mi padre.

—Le han becado con un programa de estudios. — defendió mi madre.

—¿A Lena? No se ha inscrito en nada.

—Es Tony Stark, no hace falta que se inscriba en nada para que la encuentre.

—Por eso mismo.

—No te alarmes, Hank. Podría ser una simple coincidencia. Solo ha llegado una hora tarde.

—Espero que solo sea eso. De verdad que lo espero. — comenzó a subir escalones y Lena se apresuró para entrar en su cuarto.

Sospechaban algo. Pero eso no significa que tengan que saber que tengo poderes. ¿Entonces por qué si no asociarian a Tony Stark con que he llegado tarde? Pues porque en teoría he estado haciendo deberes suyos.

No entendía del todo aquella conversación, pero quise dormirme y descansar. Ya la había cagado muchas veces en un mismo día como para seguir despierta.

[. . .]

—¿Seguro que estás bien? — me preguntó Thomas al día siguiente en clase por enésima vez.

—Te estoy diciendo que si. No voy a cambiar de respuesta, Tom.

—Es que apareciste con el cuello herido y con prisa. Y bueno, eres muy torpe pero nunca sueles tener prisa para nada. Y lo de que te caíste por las escaleras suena falso de la ostia. Perdona pero no te creo, Lena. — chasqueé la lengua. Y él me miró preocupado. — ¿Tus padres te pegan?

Le miré extrañada. — Por Dios Thomas claro que no. De verdad, yo...

—¿Por qué discutís? — Newton se entrometió en nuestra discusión.

—No te importa, Clayton. Vete. — Thomas estaba preocupado, y puede que tuviese motivos. ¿Pero que quería que le dijese? ¿Que había estado de misión con Spider-Man?

—¿Es por ese chico?—dijo Newton y yo le miré confusa.

—¿Que chico? — preguntamos Thomas y yo a la vez.

—Ese con el que te fuiste ayer al salir de clase.— ¿En serio? ¿Tuvo que verme? ¿TENÍA QUE DECIRLO? — No va a este Instituto.

—¿De que chico estamos hablando? — Thomas rió incrédulo. —¿Sales con alguien?

—No. Es solo un amigo.

—¿Y de que lo conoces?

—Es una larga historia.

—¿Por qué no habías dicho nada?

—Es solo un amigo, no vi necesario...

—Pensaba que me lo contabas todo.

—Y así es... Solo qué...

—Ayer estuviste con él, ¿verdad?

—Si, pero...

—¿Él te hizo lo del cuello?

—No, claro que no.

—No me importa que tengas más amigos. ¿Pero que me dejes tirado? Vete a la mierda, Lena. — se fue enfadado.

—Joder, Newt. ¿No tenías nada mejor que decir?

—Se llama Peter Parker, ¿verdad?

—¿Cómo sabes eso?

—Suele participar en el Decatlón académico de su Instituto. El año pasado participó contra nuestro Instituto. ¿Tienes algo con él?

—Es un amigo, Newt. Un amigo. — repetí de nuevo.

—No no, si no es a mi a quien tienes que convencer.— rió ante esto último y yo le sonreí sarcástica.

𝑵𝑬𝑽𝑬𝑹 • 𝙋𝙚𝙩𝙚𝙧 𝙋𝙖𝙧𝙠𝙚𝙧Where stories live. Discover now