Ojalá hubiera podido.

Sin embargo me quedé y lo besé igual, con todo lo que sentía por él saliendo por cada poro de mi piel, todo parecía más caliente y luminoso, murmuró mi nombre entre nuestros labios y me besó de nuevo, su lengua entró en mi boca, acarició mi paladar y tentó a la mía, como si necesitara que también ahí nos tocáramos, su mano en mi espalda bajó mucho más hasta encontrar la orilla de mi falda mientras que la que permanecía en mi rostro bajó marcando a fuego un camino hacia mi pecho.

Me tensé solo un momento, antes de que él moviera su palma, con la presión justa para hacerme temblar, hice un ruido agudo contra su boca, él sonrió bajando, dejando mis labios y encontrando mi cuello. Parecía que nada más importaba que seguir sintiendo todas esas sensaciones y que no podía tener suficiente, acaricié su cabello y sus hombros, deseando poder quitarle la camisa que llevaba, pero no lo hice, sólo me concentré en el calor de su piel que traspasaba a tela.

Su beso se volvió más exigente y sus manos más furtivas, las sentía en todos lados, una de ellas bajo mi blusa acariciando mí estómago alocando a las lombrices, la otra estaba tocando mi ropa interior.

— Harry — murmuré entre un gemido y una advertencia, él negó besándome y su mano se alejó sólo un poco de mis muslos y decidió que ambas estaban mejor contra mis pechos, aquello se sentía tan extraño, decadente y casi perfecto que no pude encontrar las palabras para decirle que se detuviera, casi sin darme cuenta mi blusa estaba en el piso y solamente la delgada tela del sostén separaba su piel de la mía.

— Harry — advertí de nuevo cuando él se había quedado estático mirándome, fue demasiado tarde, en un movimiento, él bajó las copas para poder dejar mis pechos libres; me estremecí de miedo, ansiedad y expectación, sus labios murmuraron algo que no pude distinguir y sus manos acariciaron mi piel casi con extremo cuidado, mis piernas se sentían de gelatina, miré como su boca se acercaba a ellos, debía detenerlo pero estaba paralizada.

—Nina — susurró antes de besar el valle entre mis pechos, cerré los ojos mordiéndome los labios, debí haber perdido la noción del tiempo por un segundo, pues me sobresaltó cuando me abrazó de nuevo y nos hizo girar hacia la cama.

El contraste entre el suave colchón a mi espalda y su cuerpo sobre el mío era tan diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes.

Sus manos recorrían mis piernas mientras me miraba intensamente.

—Tócame Nin, por favor — murmuró mientras me besaba de nuevo, enredé las manos en su cabello pero a pesar de su sonido de aceptación aquello no parecía ser suficiente, así que bajé a su camisa y sin darme cuenta comencé a desabrochar los botones, iba casi a terminar cuando se rió ante mi estremecimiento cuando rozó con la punta de sus dedos la tela en mi entrepierna.

—Desde que llegaste yo también he pensado en por qué no lo hemos hecho —, susurró con una sonrisa casi infantil, como si estuviera feliz con decirlo, pero aquello sólo me recordó todo por lo que yo había decidido terminar con él, dejarlo libre, liberarlo de su carga, quise detenerlo pero solo logré arquear mi espalda cuando sus dedos acariciaron mi sexo húmedo apartando la tela, sentía demasiado calor, no podía pensar con claridad, me quitó la ropa interior mientras yo formaba puños con los extremos de su camisa.

—Harry — jadeé mientras el introducía un dedo en mí y luego dos. Mi cerebro gritaba detente, mi corazón lloraba sigue.

—Nina dime que sí, déjame — pidió, aunque sin esperar respuesta pues volvió a besarme y separó mis piernas con las suyas, sentí su erección a pesar de no poder verla, su cuerpo caliente rozando el mío.

—Harry, yo...— murmuré contra sus labios con los ojos vidriosos. ¿Sigue o detente?

Jamás lo hubiera podido decidir, él tampoco me dejó.

Comenzó a entrar en mí, lento, con el rostro tenso y la mirada fija en mis ojos, me tensé mordiéndome los labios y aferrándome a sus hombros.

—Relájate, por favor Nin, déjame amarte — murmuró mientras las lágrimas salían de mis ojos y mi mente se rendía ante el corazón.

Sólo por estos minutos, dejaría que él me amara a su manera.

El dolor entre mis piernas llegó casi repentinamente y así se fue, dejando sólo una extraña e incómoda sensación, me besó de nuevo, solo fugazmente y enterró el rostro en mi cuello.

—Tócame Nin — pidió contra mi piel mientras yo pasaba mis manos por su espalda abrazándolo.

—Bésame — sollocé mientras él maldecía y unía nuestros labios, saliendo de mí y entrando de nuevo, lentamente, la sensación no era placentera ni dolorosa, más bien extraña, pero sus labios pronto me impidieron que pusiera atención a sus movimientos, besó mis labios, mi cuello y mis pechos, lamió mis pezones y los chupó, haciéndome arquearla espalda, mientras una de sus manos enmarcaba mi rostro la otra desapareció entre nuestros cuerpos.

—Vamos Nin, déjate llevar hermosa — susurró mientras su dedos encontraba mí clítoris, pulsante y necesitado, fueron como choques eléctricos, gemí y me retorcí mientras él comenzaba a moverse más rápido, de pronto mis caderas acompasaban sus movimientos, sólo por un segundo todo desapreció, solamente quedó su calor y una sensación de dicha en mi pecho un segundo antes de oírlo gruñir mi nombre y separarse para no eyacular dentro de mí.

—Sentí como la cama se movía cuando él se acostó a mi lado. Los párpados me pesaban tanto que sólo pude abrazarme a mi misma justo antes de que él me atrajera a su pecho, el calor de su cuerpo y sentir su respiración me hizo cerrar los ojos, a pesar de mis disminuidas ganas de alejarme ya...

Otra oportunidad (Harry Styles) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora