Capitulo 8.

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-Quédate aquí, ¿vale? Cualquier cosa grita mi nombre.

Dijo Camille a Blas después de dejarle un beso en la frente, se puso su uniforme y comenzó a atender mesas con total rapidez. El local no era pequeño, pero tampoco grande. Sus paredes estaban pintadas de un rojo oscuro tirando a negro, y el suelo era de madera. Era bastante acogedor a decir verdad y lo mejor, bastante calentito.

-Perdona. -Dijo un chico rubio, de normal estatura y con ojos verdosos.- Vengo aquí por el trabajo...

Camille se quedó en blanco, su jefa no le había dicho nada y ella no sabía que decir. Le miro intentando pensar algo que decir.

-Claro. -Dijo sonriente ella.- Pasa por aquí y en unos momentos vendrá la jefa.

Aquel chico pasó por enfrente donde estaba Blas el cual le miró.

Blas le miro fijamente, notaba algo raro en el, después le miro el rubio a el, este le guiñó el ojo.

¿Que había sido eso?

Se fijo determinadamente en una mancha que tenía justo al lado de su mejilla. Era como si le hubieran pintado una pequeña estrella pequeña.

A Blas le sonaba de haberla visto antes... pero en donde, quería saber el.

Observaba cada paso que daba, el necesitaba saber dónde había visto esa mancha, así que sin dudarlo se levantó de la silla y fue con paso seguro a por el rubio, a este le pilló de sorpresa ya que ahogó un grito.

-¿Esa mancha que es?

Dijo Blas directamente, el no se andaba con rodeos, iba al grano.

-Que sutil hijo... -Contestó el con cierta ironía, sorprendiendo a Blas.- Es una marca de nacimiento... A parte... ¿Quien eres?

Camille observó a los dos con atención después de oír esto ultimo.

-El es Blas.

Dijo ella mientras pasaba su brazo por el cuello del chico.

-Carlos.

Contestó el rubio.

Los dos se miraron fijamente, pero con cierto rencor.

Blas llevó a Camille hacia un lado de aquel bar, cerca del mostrador.

-¿Quien es ese tal Carlos?

Comentó Blas mientras le daba un rápido vistazo. Carlos estaba hablando con varios clientes mientras sonreía, a todo el mundo le podría parecer una sonrisa muy bonita y tierna, en cambio a Blas le parecía la sonrisa más malvada.

- Es el nuevo camarero... -Dijo Camille sonriendo a Carlos ya que había dirigido una mirada hacia ella.- ¿Por qué tanto interés en el?

Blas pensativo miro fijamente a Camille.

-No... No me da buena espina, es más... La cicatriz en forma de estrella que tiene en la mejilla la he visto en algún lado, y créeme, seguro que la he visto en algún lugar malo.

Camille no sabía que decirle, así que se limitó a sonreír.

-No te preocupes, siéntate, ahora te traigo algo de comer, ¿vale?

Blas suspiró rendido, pensó que era verdad, no tenía porque preocuparse.

▫️▫️▫️

La puerta de la casa de Camille se cerró fuertemente con gran furia haciendo casi temblar la casa, un grito hizo asustarla, ya estaba allí, su padre.

Even Angels (Blas Cantó.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora