Capítulo 12

3.1K 290 48
                                    

A la mañana siguiente, cuando Kageyama llegó de clases, vio a Hinata que estaba asomando por la ventana de su cuarto. Mirando al cielo sin ninguna expresión en particular, pero a Tobio le parecía solitario.

Entró a la casa, viendo una nota de su madre que llegaría tarde, como siempre, y preparó el almuerzo.

Para dos.

Cuando estuvo listo fue a su cuarto y, sin decirle o preguntarle a Hinata, lo tomó en sus brazos bajándolo al comedor sentándolo en una de las sillas de la mesa.

Colocó la mesa para comer, se sentó buscando la mirada de Hinata, pero esta estaba en la comida que había preparado.

— Co-como esta será la última vez que comerás aquí, preparé tu comida favorita — murmuró mientras veía al chico tomar el tenedor, pero sin hacer un movimiento hacia el plato—. Tu tía llegará cerca de las cinco, así que aún no hay prisas. Come tranquilo.

Las miradas de ambos se juntaron y sintieron frío. Hinata entreabrió sus labios, pero no se atrevió a decir nada.

Para él, lo mejor era irse con su tía, porque se sentía una carga. Para Tobio y su madre, se sentía un peso que no quería que llevaran consigo.

Hinata llevó un trozo de carne a su boca, sintiéndose nostálgico al momento de probarla, hacía mucho tiempo que no la comía. Su madre la hacía constantemente y Kageyama había aprendido a hacerla con ayuda de la mujer, por Hinata.

Sonrió sin darse cuenta, pero Kageyama, al percatarse de ese gesto, se sintió bien. Como si un calor agrio recorriera su pecho.

— Shouyou — llamó al menor, haciendo que este elevara la mirada, juntándola con sus ojos—. Te amo.

Dos palabras.

— Te amo.

Cinco letras.

— Te amo.

Y...

— Te amo, Shouyou — las lágrimas deslizaron débilmente por las mejillas del mayor, que trató de esconderlas con sus brazos.

Tan cálidas...

Hinata achicó los ojos, viendo sus piernas. Colocó sus manos en la mesa, sujetándose mientras se levantaba en silencio de la silla.

— Tobio...— lo llamó, haciendo que Kageyama lo mirara con sorpresa.

Hinata trató de dar un paso hacia él, pero apenas trató de darlo, tropezó, cayendo al suelo.

No pasó ni un segundo para que Kageyama lo tomara en sus brazos, dejándolo en el sillón mientras se aseguraba que Hinata no se dañara en algún lado.

Y, cuando Kageyama estaba a punto de decir algo, las manos de Hinata acunaron su rostro, obligándolo a mirarlo a los ojos.

— Tobio — susurró Hinata, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas—. Yo también te amo...te amo con todo mi corazón.

Kageyama asintió mientras lo abrazaba, delicadamente como si de porcelana se tratara.

— No quiero irme.

Kageyama achicó los ojos mientras asentía repetidas veces, dejando que las lágrimas salieron sin control.

— No quiero que te vayas.

Se miraron a los ojos, juntando sus labios.

Al separarse, se abrazaron hasta que calmarse.

— Volviste—dijo Kageyama cuando pudo mirarlo a los ojos, viendo aquel brillo que tanto anhelaba ver.

Hinata sonrió—. Perdón por la espera — susurró—. Regresé, Tobio.

F I N.

¿Por qué? | Haikyū!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora