Estación King's Cross

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Durante toda su existencia había escuchado incontables historias que partían de aquel sitio, de la plataforma 9¾ en King's Cross. Pero a su corta edad, era la primera vez que podía verlo con sus propios ojos. Y, aunque sabía que a partir de allí su vida iba a cambiar, el entusiasmo no parecía ser una de las emociones que corrían por el cuerpo de Hanyu Yuzuru.

Sus ojos, de un oscuro peltre, mostraban aburrimiento; algo totalmente contradictorio a los alborotados niños que se despedían de sus familias para poder abordar el expreso de Hogwarts.

Su madre, en frente suyo, recitaba por segunda vez todos los cuidados que debía tener en el castillo; mientras que deslizaba sus manos inquietas, acomodando su túnica y posteriormente su cabello como si se tratara de un niño pequeño. Aunque siendo el primer y único hijo del matrimonio, en cierta forma comprendía esa actitud sobreprotectora.

ㅡMañana estaremos esperando la lechuza que nos informe en qué casa has quedado. ¿Está bien?ㅡ

Era una sencilla frase, pero había sido suficiente para traerlo de nuevo a la realidad. Podía apreciar desde su lugar cómo su padre apoyaba las palabras de su mujer en silencio. Algo que no le sorprendía. Esa elegante mujer que seguía preocupada al verlo crecer había sido reconocida como el premio anual de Ravenclaw los últimos dos años en su estadía en Hogwarts. Mientras que su progenitor, actual mimbro del Cuerpo de Normas Internacionales de Comercio Mágico, había sido un sobresaliente prefecto desde tercer año en la casa de los Slytherin. Pero para Yuzuru no existía presión alguna. Él sabía que estaba perfectamente a la altura de ambos y los orgullecería.

ㅡLo haré, madre.ㅡ

La conversación había sido anulada por el anuncio de partida, seguido por el fuerte pitido del tren. Sus maletas ya habían sido despachadas, por lo que simplemente abrazó a su madre y saludado cortés a su padre antes de tomar un pequeño bolso de mano y colocarse en la pequeña fila que se había formado para abordar el transporte.

A pesar de tener tan solo once años, Yuzuru sobresalía entre los demás estudiantes de primero. No deseaba involucrarse entre ellos, por lo que no abrió sus labios para participar en las charlas infantiles que se desarrollaban a su alrededor. En su lugar, se dedicó a observar, reconociendo algunos rostros de familias amigas.

Pero ante sus ojos una persona en especial había tomado centro en su atención.

¿Edad? Era imposible estimarlo. Lo único que estaba seguro es que era más grande que él. Su contextura formada y rostro de rasgos definidos lo delataban. Estaba rodeado de una serie de estudiantes que parecían no querer callarse nunca.

Para su mala suerte, dicho muchacho aún portaba su túnica cotidiana, una que no correspondía al uniforme del colegio, lo que le imposibilitaba el saber a qué casa correspondía.

ㅡ¿Un león?ㅡ

Aquel susurro había sido para sí mismo. Aunque nunca antes hubiera estado en la escuela de hechicería, Yuzuru no era ningún ignorante al respecto. Había leído la historia de Hogwarts; conocía a la perfección los emblemas de cada fundador y las características de las personas que pertenecían allí. Pero sus deducciones quedaron esfumadas en cuanto le indicaron que debía ingresar, perdiendo de vista a aquel estudiante de brillante sonrisa.

Sin dejar que su curiosidad lo perturbara, pasó los vagones que se encontraban llenos de estudiantes y de un gran bullicio; seleccionando uno que hasta ese momento se encontraba vacío. Conforme con ello, sacó un libro de la historia de los sangres pura de su maleta y se acomodó con la espalda recta para dejarse sumergir en aquel mundo de letras. Inclusive no notó cómo otros estudiantes habían ingresado a su camarote unos minutos después, sentándose y hasta hablando entre ellos al notar que no perturbaban la concentración del peculiar Hanyu.

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⏰ Last updated: Feb 18, 2017 ⏰

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