Capítulo 1: El comienzo.

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Ugh, un día normal al igual que todos. Supuse y afirmé que el sol ya había salido cuando sus rayos (que por cierto,  entraban por mi ventana) me quemaban el rostro. Todos estaban despertando, bueno la verdad casi todos.

Helenn (mi madrastra) estaba en la cocina preparando el desayuno mientras Jost, mi padre,  bajaba las escaleras.

Como suele ser siempre, Ángel y Miguel se arreglaban para bajar, lo cual  se supone que también debería de estar haciendo pero ¿qué más da? al fin y al cabo son vacaciones. 

  -Buenos días familia.

Escuché decir a mi padre, y podría apostar toda mi mesada que lo dijo  con su radiante sonrisa en el rostro, como suele hacerlo siempre. 

-Buenos días. –Contestaron-.

Escuchaba todo desde mi habitación pero se podría decir que aún seguía en los brazos de Morfeo cuando mi espléndida siesta se vio interrumpida por alguien.

 -Hermanita ya levántate dice mamá que hoy irán a escoger tu peinado.

Sí, él siempre tan tierno como cualquier otro niño de su edad. 

-Dile que ahorita bajo, gracias.

Aún seguía más dormida que despierta así que mi voz estaba adormilada, sin embargo no fue pretexto alguno para no darle a mi hermano su beso rutinario de buenos días. 

Sí, sí, les tengo que explicar el por qué del peinado y eso. En unos cuantos días más, tendré mi fiesta de ''dulces dieciséis'' ¡qué horror! No puedo creer que mis padres quieran celebrarme ésa porquería, ¿por qué? No se han puesto a pensar que qué se celebra: si un año más o un año menos de vida. No es que sea antipática o insípida es sólo que en realidad no le veo el caso a esto. 

Después de que Miguel se  fue  de mi habitación; cerré la puerta, me levanté, duché y vestí con un mini-short de mezclilla, una polera blanca y cogí unos vans. Alisté mi bolso, con mi teléfono y modero dentro.

***

"Mi historia" (Novela juvenil / EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now