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Estaba cansado, la luz del ordenador estaba nublando su vista, tal vez estar gran parte del día y ahora, de la tarde en aquel estudio terminando de escribir algunos versos para nuevas canciones no había sido la mejor idea. 

Su mano alcanzó la taza de café que hace unos momentos se había preparado y bebió, sintiendo como el liquido quemaba a través de su garganta, justo como a él le gustaba. 

Se recostó en la silla de cuero mientras llevaba la taza de nuevo a sus labios, pero el golpeteo en la puerta lo detuvo.

—Adelante—Habló alto para que lo escuchasen.

La cabellera castaña de Jin se asomó desde afuera, inspeccionando. Una vez adentro, abanico su cara con sus manos.

—¿Cómo es que aún no te has derretido? ¡Hace demasiada calor aquí!—Jadeo casi irritado.

YoonGi arqueó una de sus cejas, mientras dejaba la taza en cima del mueble, otra vez.

—¿Qué sucede?—Preguntó con un poco de desinterés.

—¡Oh, si! Casi lo olvido—Rió y un brillo apareció en sus ojos—Namjoon y yo iremos... por ahí. Asegúrate de que todos, incluyéndote, vuelvan a casa temprano y no se sobre esfuercen.

YoonGi fingía escucharlo mientras miraba la pantalla buscando una palabra para terminar el verso. Y de pronto, una imagen se coló en su retina, parecía ser un chico, uno muy bonito.

YoonGi asintió mientras veía la silueta de Jin abrir la puerta.

—¡Jin!—El nombrado se volteó, esperando—¿Puedes llamar a Jimin? Necesito ayuda con una canción. 

Jin asintió—De acuerdo, le diré. ¡Abríguense y no se queden sin cenar!

—Si, mamá—YoonGi rodó los ojos cuando escuchó a Jin gritarle "¡Te oí!"

YoonGi adoptó de nuevo aquella floja posición en la que estaba antes y cerró sus ojos. ¿Desde cuándo Jimin se había robado tanto su atención? Quería decir, siempre lo había encontrado atractivo, y lindo. Su voz chillona y aquellos rosados mofletes le enloquecían. 

Pero nunca más que eso. No como ahora. 

Antes solo lo encontraba lindo y destacaba muchas de sus cualidades, pero, ahora sentía la extraña necesidad de poder sentirlo. Aquellos lindos pucheros pasaron a ser labios carnosos que deseaba mordisquear y saborear, y aquella voz chillona que tenía, pasó a ser palabras de amor dedicadas a él que tanto anhelaba poder oír. 


❀❀❀❀❀❀❀

Llevaba un par de minutos oyéndole, pero no pudo prestar atención a lo que decía. Maldición, aquellos rosados belfos le llamaban para ser tomados por su boca en este instante. Jimin vestía un lindo suéter rosa pastel, y unos jeans negros demasiado ajustados. Estaba ahí de pie, junto a su silla, luciendo...

Jodidamente bonito.

—Por eso, si lo vemos de esa manera y por la reacción que puedan tener nuestras lindas army's, la palabra que más le quedarí-

—Cállate, Jimin.

—¿Qué? Pero si usted me pregunt-mhp~

Jimin abrió sus ojos de par en par cuando sintió los labios de su hyung moverse sobre los suyos con ansias, sintió como su lengua delineaba su boca y luego intentaba meterse dentro de ella, pero antes de que eso sucediera, se alejó. 

¡Alguien detenga a ese ladrón! 🌈YoonMin🌈Where stories live. Discover now