Introducción

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_______'s Point Of View (POV):

Un día como cualquiera en Hogwarts. Me levanto y mis compañeras de cuarto aún no lo han hecho, son unas perezosas. Me alisto y me pongo mi uniforme, no tengo necesidad de peinarme ya que mi pelo es corto como el de un chico. Salgo y estás holgazanas aún duermen, que desgracia. Bajo por la sala común de Ravenclaw saludando a algunos estudiantes que están despiertos —para aclarar eran muy pocos y todos terminaban deberes, patético—, salgo directo al gran comedor encontrándome con otros estudiantes y saludándolos con una sonrisa y muy amablemente. Durante el camino por lo menos cinco chicos se me acercaron a invitarme a Hogsmeade, ingenuos. A todos les saque excusas y seguí mi camino.

Después de comer en compañía de chicas de mi casa que ya estaban allí me fui sola hacia la torre de astronomía, nunca hay alguien a esta hora así que es perfecto para disfrutar de un buen libro. Llegué a la torre y escuche algunos sollozos, suspiré cansada y me iba a ir, odio a las personas que lloran.

—¿Quién está ahí? —pregunta esa voz quebrada con un toque masculino.

—Soy _______ Larsson, ¿Quién eres tú? —fui subiendo las escaleras a paso lento, ya no podía hacer nada más que consolar al idiota este.

—No te importa, ya vete Ravenclaw —masculla con asco esa voz aún afectada por el llanto.

—Sobretodo, ya calla y- —iba a continuar pero abrí mis ojos ante la sorpresa, Scorpius Malfoy llorando.

—¿Y qué? —dijo cubriéndose el rostro.

—Y levántate, alza la cabeza, limpia esas lágrimas y sonríe con arrogancia —le dije mirándolo por encima de mi hombro, este repugnante intento de Hufflepuff.

—Como si fuera tan fácil —contesta con decepción.

Que patético es esto, ¿no le da vergüenza que lo vean llorar? Así sólo conseguirá que lo miren como un débil.

—No lo es, nunca dije que lo fuera. Quítate esas sucias manos y párate Malfoy que cada vez te vez más débil y vulnerable —lo regañé.

—¡Qué quieres que haga! —me grito descubriéndose su rostro y parándose de manera violenta.

—Quiero que me dejes leer en paz, ahora vete y te dejaré de molestar —no tenía ganas de discutir, yo quiero leer.

—Cla-claro, mil disculpas _____ no era mi intención incomodarte —pronuncio sonrojado y mirando al piso mientras más lágrimas se resbalaban de sus mejillas.

Me acerqué a el y le levante el mentón con delicadeza mientras le limpiaba sus lágrimas. Le sonreí y le guiñé un ojo.

—Sonrie, no importa cuán triste estés solo sonríe y asegúrate que si vas a llorar no te descubra nadie Malfoy ¿capisci? —le dije con orgullo y el asunto como niño chiquito con una sonrisa en su cara.

—Tienes razón, nos vemos luego _____ —pronuncio y se fue corriendo fuera de la torre.

No le respondí y me senté a leer, me encantaba este libro... Me trae mil recuerdos. El libro se llama La luz difícil, es tan simple y tan profundo, tan perfecto y tan lleno de defectos, tan humilde y arrogante, tan ambicioso y lo mejor... Para nada conformista. Lo podía leer y leer una y otra vez y cada vez descubría algo nuevo, simplemente excepcional.

Al terminar las clases salía hacia mi sala común para hacer los deberes de mañana. En el camino me encontré por los pasillos con Malfoy y Potter, Malfoy me sonrió y levanto su semblante mientras yo le daba un asentimiento. Llegué a mi sala común e hice los deberes toda la tarde. Sexto año es un infierno pero eso no me detiene de ser la mejor de la clase y superar a la niña Weasly. Era de noche y no encontraba mi libro, ¿Donde podría estar?

Busqué y busqué con desesperación pero no aparecía, incluso mis compañeras de cierto me estaban ayudando a buscar pero no estaba en los dormitorios de Ravenclaw. Me estaba desesperando de una manera horrible, sin mi libro mi vida seria un infierno. Salí de la sala común y recorrí los pasillos buscando por donde yo había estado hasta que al final lo vi, los merodeadores 2.0 lo tenían.

—¡Potter! —lo llamé furiosa.

—Hola preciosa, ¿se te perdió algo? —dice sarcástico.

—Dame mi libro —le respondí sería.

—¿Libro? Querida te debes haber equivocado yo no leo.

—Lysander, dile que pare está estupidez porfavor.

Lysander me mira apenado, este Ravenclaw no tiene nada de valor de enfrentarse a sus amigos Gryffindors, patético.

—James, dame el libro que tiene Fred en la mano ya mismo.

—¿Y sino qué? —pregunta acercándose a mi.

—sino te parto la cara maldito —lo empujo y voy hacia Fred.

Estiro la mano para cojer el libro pero el lo tira por la ventana, ¿Cómo se atreve?

—¡Fred! —grita una voz a lo lejos del pasillo.

Me acerco a la ventana y después miro a Fred con rabia.los demás solo contiene una risa a excepción de Lysander que tiene la mirada hacia abajo. Respiro tratando de tranquilizarme pero parece algo imposible cuando ellos dejan caer sus carcajadas. Miro a Lysander enojada y de manera reprobatoria ¿Cómo un chico como el de tierno y risueño anda con estos? Me decepciona de verdad, pero supongo que nunca terminas de conocer a las personas.

—¡Hey! Lo vi todo, ¿no les da vergüenza? —dice Malfoy detrás de ellos mirándolos con rabia.

—No es asunto tuyo rubio teñido —pronuncia James

—Lo es si se meten con ella —dice Malfoy amenazante.

¿Qué? ¿Por qué dice eso? Nos conocimos está mañana y creo que es novio de la Weasly.

—¿Desde cuándo son cercanos? —pregunta Lorcan

—Pensé que tenías mejores gustos ______ —se ríe Fred.

—Ese no es el tema restrasados, van ya mismo por mi libro o les lanzó mil crucios —dije de manera autoritaria y ya perdiendo mi paciencia.

—Huy ya se molestó la águila perfecta, chicos muestre le la broma —sonrie James.

Lysander saca el libro de atrás de su espalda y me lo entrega con una cara que dice "perdón" y yo se lo arrebato de las manos con rabia.

—¿Estas bien ______? —pregunta Malfoy.

—Si, gracias por preocuparte —dije antes de coger a Lysander por el brazo y llevármelo a rastras a la sala común.

Cuando llegué a la sala común no había nadie, todos ya estaban dormidos. Senté a Lysander en una de las sillas le mire mal.

—¡Qué te pasa Lysander! —grité alterada.

—Wow ______, relájate —pronuncio algo atemorizado.

—Vamos a ver Lysander, a veces pienso que eres más un maldito Hufflepuff y no un Ravenclaw ¿Cómo no te das cuenta de que esos Gryffindors solo te usan o algo así?

—Ellos no me usan —me responde indignado.

—¿A no? Entonces explícame cómo es que siempre sacan buenas notas en sus tareas y como consiguieron mi libro que yo bien recuerdo que lo deje en mi cuarto. Porque tú les pasas los deberes y porque hiciste el trabajo sucio por ellos.

—Pues son mis amigos.

—Ellos no son tus amigos, Lysander, escúchame bien vi que estabas incomodo con toda esa broma estúpida que me hicieron. A ti no te gustó esa broma ¿verdad?

—No...

—Entonces ¿Por qué no al menos no formabas parte de eso?

—No lo sé.

Ahí fue cuando me harté de hablar con el así que me di la vuelta resignada.

—Debes saber elejir a tus amigos con la cabeza y no solo con el corazón Lysander, después terminarás llorando en una esquina sin nadie que te consuele.

Le dije y no esperé respuesta alguna para irme a dormir.

Eternidad (Scorpius Malfoy y tu) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora