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Narra Alec (Capricornio)

Todo esto es aburrido estar en la sala de las estrellas escuchando a los líderes de cada facción discutir y pelear sobre lo que les corresponde o no hacer.

Es una sala de mármol blanco muy espaciosa con una mesa circular de roble con trece sillas forradas de seda roja acolchonada cada una tiene el emblema de cada pueblo, el toro de los tauro, el león de los leo...Estoy parado en una de las columnas como observador, es lo usual todos gritando e insultando se en vez de hacer algo.

-¡Silencio a todos!- el grito de Ofiuco el mediador hizo callar a todos, cuando la sala se sumió en un silencio incómodo siguió hablando -No venimos a pelear para ver quién ha dañado al otro y quién debe pagar, estamos aquí por el torneo de los signos, cada uno elegirá a dos personas varón y mujer, los cuales representarán a toda la facción...- bla bla bla cada diez años es lo mismo, pelear a muerte para tener las alas de los Ángeles lo que le permite a esa facción o facciones aliadas dominar a las demás.

-Yo ya elegí a mis campeones serán mi hijo Alec y Lizbeth su mejor amiga- yo solo tuve que asentir sabía lo que pasaría, solamente soy una pieza más en su juego ya dejé de sentir amor hacia ese ser, además todo es parte de mi plan.

-No queríamos saberlo querido Víctor- dijo la líder de los Cáncer haciendo que todos empezaran de nuevo a gritar y de nuevo Ofiuco los callara he de decir que ese anciano conserva su fuerza de antaño, digo diez mil años de edad es mucho.

-Como decía, este torneo será algo diferente pues sus campeones vivirán juntos en una casa como jóvenes normales y corrientes, realizarán misiones para seguir en este juego, el que pierda deberá seguir viviendo con ellos hasta que un ganador o ganadores se levanten y reitero el asesinato queda estrictamente prohibido-

Eso puso fin a la reunión...Al fin...Debo ir a preparar todo para hacer la función que mi padre me dio, todos se levantaron y salieron ordenados por la gran puerta de roble con un árbol lleno de estrellas tallado, fui el último en salir, odio esto pero debo atravesar ese espejo para regresar al "mundo real". Es lo peor no se como pueden hacerlo todo el tiempo.

-Te acostumbrarás todos lo terminamos haciendo- escuché la voz de Ofiuco

-Señor Ofiuco, no quiero ser grosero pero usted lleva haciéndolo por diez mil años, yo apenas llevo dos años- dije un tanto asqueado, el sólo soltó una ligera carcajada.

-Querido amigo la edad sólo es un número, la experiencia y el conocimiento son lo que en verdad te dan sabiduría que es el poder más grande de todos...Como crees que podemos viajar entre dimensiones, hacer magia, descubrimos criaturas que nadie sabía que existía, como los grifos o los dragones- empezamos a caminar para salir a la calle, si, los doce clanes o pueblos rigen el mundo pero hay una norma la magia y sus especies deben quedar escondidas del resto de la gente.

-Lo se maestro, pero en algún momento deberemos decirle al mundo que viven en una mentira, esa norma es estúpido- dije sin medir mis palabras, sólo ví la cara mostraba tristeza.

-Sabes lo que pasa cuando rompes esa norma- lo dijo serio sin expresión mientras se alejaba, a veces puedo ser un idiota.

Y ahora me dejó solo en una concurrida calle de Chicago en fin a buscar el portal de regreso a casa, hasta que una voz bueno una voz y un choque evitan que lo haga.

-Lo siento, lo siento, lo siento- dijo esa voz dulce, yo solamente me levanté y le ofrecí mi mano para ayudarla.

-No te preocupes...Yo también tengo la culpa estaba distraído...Soy Alec- dije mientras la ayudaba a ponerse de pie

-Perdona de veras yo estaba ocupada...Estos días no han sido los mejores...Pero en fin mi nombre es Becca- dijo esa chica era castaña con unos hermosos ojos cafés.

Podíamos seguir así hasta que una tos nos rompió el momento.

-Alec tu padre nos busca debemos prepararnos para el viaje que haremos- la voz de Lizbeth nos hizo brincar a los dos pude ver un sonrojo en su rostro.

-Yo...Emm... Bueno...Debo irme...Fue un gusto conocerte Becca- dije algo apurado antes de salir corriendo a donde estaba Lizbeth.

-Mira quién está aquí el señor puedo hacer lo que quiera solo por que mi padre es el líder...Deja de ligar ya que debemos partir de inmediato...Toma tu maleta...Y quítate ese sonrojo de la cara que me das risa...¿Que la chica te robo el corazón?...Alec Von Utgoff está enamorado de una extraña...El rey de hielo al fin tiene sentimientos- dijo entre risas.

-Cállate Lizbeth...Sabes que para mí el amor es una tontería...Nadie tiene mi corazón ni nada...Sólo es una chica más que conozco y con la que probablemente me hubiera acostado así que vamonos- se lo dije irritado...Pero antes solamente sentí una bofetada en el rostro​, Lizbeth no era esta acostumbrada a mi forma de expresarme del amor...Era Becca.

-Y yo que te creí diferente, sólo eres uno más del montón hasta nunca Alec- lo último lo dijo casi llorando, genial ahora yo soy el patan.

-Wow esto es nuevo, te abofeteo una chica- la risa de Lizbeth me irritaba.

-Callate y andando que hay mucho que hacer debo ganar ese torneo y derrocar a mi padre en el proceso está será mi venganza...Así que a donde nos dirigimos- dije mientras caminaba hacia el auto que seguro debio de traer.

-Iremos a París ahí será la sede este tornero...Cálmate se que es importante tu venganza y te dije que te ayudaré pero ya sabes lo que quiero a cambio- dijo abriendo la puerta de una limosina.

-Lo se y créeme que nada evitará que logremos nuestros objetivos- eso fue lo que puso fin a la discusión y el inicio del viaje al torneo.






Hola aquí su escritor desaparecido, una disculpa por no subir capítulo en mi otra historia...Es que he estado corto de ideas y de tiempo pero aquí les dejo el primer capítulo de la historia y lanzaré un concurso...Ustedes decidirán las parejas exepto dos que ya las arme...Lo sé soy malo pero en fin espero sus comentarios.

Los quiero bye bye

Danza de AlmasWhere stories live. Discover now