Capitulo 2

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Llegue a la casa y me recibió Rob con un cordial saludo.

-Buenas noches señorita ¿Cómo estuvieron sus compras?.- dijo mientras me abría la puerta

- Muy bien Rob, buenas noches.- le dije de nuevo con una sonrisa en el rostro, no lo quería preocupar con lo que me había pasado así que decidí no contarle nada. Entre a mi casa y solo me dirigí a mi habitación, estaba a punto de acostare hasta que mi madre entro.

-Cariño, necesito que mañana te levantes temprano iremos a hablar con la directora del instituto Stanford

-Claro madre, te veré en la mañana descansa.- le di un beso en la mejilla y fui por mi pijama, mi mamá cerro la puerta de la habitación, salí de mi guardarropa con la pijama puesta y me senté un rato en la cama, en ese momento sonó mi celular.-Bueno.

-Mi pequeña Kylie apenas llevas un día lejos y ya te extraño, nada será igual sin ti aquí en Portland ya no podre ir a la casa de Marcus y fingir caminar frente a su casa solo para ir a la tuya

-Ana, yo también te extraño demasiado y definitivamente tienes que seguir pasando por la casa de Marcus- me recosté en mi cama y apague las luces. Anastasia es mi mejor amiga desde que tenia 6 años, nos conocimos en primer grado de la primaria y desde entonces éramos inseparables, hasta ahora. Ana es la típica chica que tiene miles de pretendientes, es alta, cabello güero, ojos castaños y muy bien proporcionada del cuerpo parece modelo de revista pero nunca se ha dado cuenta ya que solo se fija Marcus, lo conoció en segundo de secundaria desde que lo vio me dijo que era idéntico a Alex Pettyfer y hasta ahora esta locamente enamorada de el. Marcus es de esos chicos que les gusta tener la atención de las chicas y salir casualmente con ellas, pero nunca en una relación seria.

- ¿Qué tal California? ¿Ya consiste chicos guapos?- en ese momento paso por mi mente el chico que me había salvado de esos canallas.

-No aun no.- mentí -. pero en cuanto vea a un chico guapo que me sea atractivo serás las primera en saber

-¿Que tal esta California?.- me pregunto por segunda ocasión

-Es muy agradable, la nueva casa es de ensueño, puedes venir cuando quieras, te extraño mucho

- Yo también te extraño Ky, espero verte en vacaciones de verano.- se escucharon unos ruidos al otro lado del teléfono.- Tengo que colgar mi madre esta histérica, luego hablamos chao.

-Adiós.- colgué el celular y me acosté en mi cama para dormir.

Me encontraba en un callejón estaba lloviendo y no había nadie mas que yo comencé a caminar por esta ciudad desconocida tratando de salir de ese pequeño callejón que cada vez se hacia mas eterno, escuchaba ruidos por todos lados me puse a correr pero unos brazos me agarraron grite lo mas fuerte que pude, pero mis gritos solo eran eco nadie podía oírme de repente la escena cambio ya no estaba en ese callejón, lo único que podía ver eran esos ojos azules.

Me levante con un terrible dolor de cabeza y mi madre comenzó a gritarme para que me arreglara, camine hasta el baño me pare enfrente del espejo, mi cabello estaba hecho un desastre , el verde de mis ojos se veía mas obscuro y mi piel estaba mas pálida que de costumbre, me di una ducha lo mas rápido que pude cuando salí corrí a mi guardarropa para sacar un vestido floreado y unas zapatillas negras, me hice una trenza de lado, me puse un poco de rímel en las pestañas, baje con tranquilidad a la sala y ahí estaba mi mamá haciendo el desayuno.

-Buenos días mami.- le di un beso en la mejilla y me senté en la barra, mi mamá saco un plato hondo y me sirvió un poco de leche con cereal.

-Pero que guapa se ve mi hija.- sonríe ante su comentario.

- Basta mamá, haces que me sonroje.- termine mi cereal lo mas rápido que pude y deje mi plato en el lavaplatos.- ya nos podemos ir.

Me despedí de Rob cuando salí en el auto con mi madre, el día estaba perfecto para nadar un rato el cielo estaba despejado y el sol estaba en todo su esplendor, las calles el California estaban llenas de palmeras y de gente por todos lados, el camino al instituto stanford no era tan largo cuando llegamos mi madre estaciono el auto enfrente de la escuela, aun no podía creer lo grande que era, al parecer aquí en california les agradan los espacios muy amplios, caminamos hasta la oficina del director pero una señorita de unos treinta años nos detuvo.

-Lo siento no puede pasar a menos que tenga una cita.- voltee a ver a mi madre y ella saco un sobre de su bolso

-Aquí esta mi cita-dijo entregándole el sobre

-Lo lamento señora Brinley, puede pasar con el director.- camine detrás de mi mamá pero la señorita me detuvo.- lo siento pequeña pero tu no puedes pasar.- voltee a ver a mi madre.

-Kylie puedes ir conociendo la escuela, te llamo cuando salga.- asentí y me fui

El instituto stanford era enorme decidí ir me a los jardines para disfrutar un poco del sol, había demasiados alumnos sentados en el pasto en diversos grupos algunos estaban debajo de un árbol leyendo libros y otros estaban es la cafetería que abarcaba una cuarta parte del patio, notaba varias miradas hacia mi y eso me incomodaba, nunca fui la chica que siempre tiene las miradas de todos mas bien yo soy la chica a la cual nunca ven, me senté en una mesa de la cafetería y pedí un jugo de naranja después de un rato mi vista se quedo fija cerca del edificio principal ahí estaba el, el chico de los ojos azules que también me miraba fijamente .

Dulce pesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora