-«¿Como?».

-«Confiando en mí» -aventuré sin estar realmente seguro.

-«Lo intentaré».

Los muros desaparecieron gradualmente, no hubo estruendos ni cosas rompiéndose. Simplemente se hicieron a un lado y me dieron un acceso total. La vida de Eva, su pasado, sus sensaciones actuales y sus planes a futuro estaban en algún lugar entre toda la información a la que se me había otorgado acceso, sin embargo seguí fiel a mi palabra y únicamente busque lo que sea que pudiese ser la fuente de su poder.

-«Necesito que uses tus habilidades» -comenté mientras seguía atento a cualquier cosa fuera de lo normal.

Y entonces pude percibirlo, una extraña energía. Algo que se escondía en los rincones más profundos de su mente, si tuviese que ser descrito a través de los sentidos habituales, podría considerarse un punto brillante entre una gran obscuridad. Dejé a un lado todo y me concentré en aquel resplandor, por momentos parecía querer expandirse y ocupar el lugar de las sombras, pero en el punto que emitía su mayor resplandor rápidamente se extinguía.

-«Puedes sentirlo» -afirmé-. «Tu mente quiere algo de ti, lo sientes arder en tu interior pero justo antes de conseguirlo retrocedés. Necesitas dejarlo explotar, no le temas, es parte de ti. La primera vez es algo doloroso, yo quede inconsciente como consecuencia, pero después todo se hace más sencillo».

-«No le temo en absoluto, sé lo que debo hacer, pero no puedo. Mi cuerpo no lo soporta» -respondió con pesar.

Una idea comenzó a formarse en mi mente. Podía hacer prácticamente cualquier cosa con las mentes en las cuales me adentraba. No solo era capaz de manipular sus sensaciones, podía crearlas y destruirlas a mi antojo, podía tomar un simple temor y alimentarlo hasta convertirlo en la más grande de las fobias. Aquello no tendría porque ser distinto.

De nuevo ingrese en la mente de Eva. Esta vez no me limité a observar silenciosamente sus esfuerzos sino que me concentre en el punto de energía, me apoderé de él y lo alimenté con mi propia mente. Hubo una especie de conexión, y comencé a sentirme débil conforme el punto tomaba toda la energía de la cual había sido privado. Su extensión aumentaba cada vez mas rápido. El temor hacia las consecuencias de lo que acababa de hacer comenzó a apoderarse de mí, por lo que hice un ligero intento de detenerlo. Pero fue inútil, me encontraba en el punto sin retorno. Pasaría lo que tuviese que pasar, así fuese que lo desease o no.

El sonido de Eva gritando atravesó la neblina en la que se había sumido mi mente. Lo siguiente que sentí fue una especie de golpe que me expulsó violentamente de su cabeza.

Al regresar en mí noté que las cosas se habían puesto bastante confusas en la habitación. Para empezar no me resultaba nada familiar la idea de encontrar mis pies tan alejados del suelo. «Estoy casi seguro de que al menos uno debería estarlo tocando» me dije. Además también estaba la cuestión de que me encontraba avanzando a una velocidad bastante superior a la que normalmente lleva una persona cuando está de pie, y los instrumentos, tampoco se suponía que volaran de esa forma a través de la habitación.

Una de las paredes del cuarto se interpuso en mi camino y la física hizo el resto. Me encontraba sin aliento y bastante adolorido por el golpe pero, viendo el lado bueno, al fin había conseguido escapar de mi pequeño periodo de confusión mental.

Me incorporé como pude y corrí hacia Eva. No parecía estar herida, no había ninguna duda acerca de que había perdido la consciencia, pero respiraba sin ninguna dificultad y su ritmo cardiaco se mantenía normal. Solo era cuestión de tiempo hasta que despertara de nuevo.

Mientras me mantenía a su lado, esperando que se despertase. Tomé algo de tiempo para observar detenidamente la habitación. El lugar parecía una zona de desastre, era como si alguien hubiese detonado una pequeña carga en el lugar, el epicentro de todo parecía ser Eva.

-Eso no fue una muy buena idea -comentó Eva con una voz apenas audible. Habían transcurrido varios minutos desde nuestro altercado.

-No, me temo que no fue lo más inteligente de nuestra parte -respondí aliviado por verla despierta.

Sus ojos se esforzaron por enfocar la habitación a nuestro alrededor, o lo qué quedaba de ella, y se quedaron fijos en mí, donde se abrieron de par en par.

-¡Estas sangrando! -exclamó angustiada.

Al llevarme las manos al rostro, descubrí un pequeño corte sobre mi ceja izquierda, de allí parecía provenir la sangre.

-Es lo que ocurre cuando vuelas por los aires y usas una pared solida para detenerte -comenté-. Descuida, voy a estar bien. No es mas que un pequeño corte. La que en realidad me preocupa eres tú. Físicamente pareces estar bien, pero, ¿qué tal está tu cabeza?.

- Se siente como si alguien la hubiese golpeado por varias horas con un martillo bastante grande- respondió sonriendo.

- Tal vez deberíamos dejar la practica por hoy. Además dudo que pudiera hacer algo con lo que queda en pie, creo que destruiste todos mis monitores. Me enojaría bastante de no haber sido en parte culpa mía -dije sonriendo-. Y tengo que admitir que eso fue impresionante -agregué realmente asombrado por el despliegue de fuerza de Eva.

- Sí y ya que lo mencionas, creó que te advertí lo que sucedería si tocabas algo en mi cabeza -respondió sonriendo-. Aunque probablemente esa herida que te causé deje las cosas a mano. Además ahora es probable que, si intento arrojarte un pequeña pesa, acabes bajo varios metros de escombro así que por hoy lo dejaremos pasar.

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