Las decisiones de Riley [TERMINADA]

Capítulo 13

Cuando la conversación por fin había terminado y todos habían ideado un plan para mí, sin mí, era hora de conocer por fin el departamento de Charlie Larson. Nos subimos a su Jeep y con probablemente muchas medidas de seguridad que yo desconocía y quería desconocer; tomé la delantera con el rubio, por atrás se encontraba Becka, Ashley y él moreno Daniel. A medida que iban pasando los minutos y las maletas se habían empezado a completar mi mente se encontraba cada vez más lejos y distante. Me había sentido cómoda con Charlie frente al temor, pero probablemente le había dado más esperanzas de las que realmente quería ofrecerle, un inesperado malhumor comenzó a subir por mi cuerpo, de pronto no sabía lo que quería, tampoco sabía lo que estaba haciendo, me sentía perdida.

— Deberíamos colocar algo de música — dijo Becka con una amplia sonrisa para romper el hielo — ¿Riley? ¿Quieres escuchar algo?

Me giré para encontrar los ojos de la castaña y culminarla con la mirada, prefería un silencio incómodo que conversaciones y música forzada. Vaya, me estaba comenzando a comportar como una pequeña perra caprichosa ¿Pero acaso no lo merecía? Hace un mes sólo era una enfermera haciendo su trabajo, hace una semana y algo había parecido encontrar a un chico perfecto y sexy... Pero hoy, hoy mi vida era un caos. Tan sólo un par de decisiones mal elegidas y ya estaba. Apenas podía digerir tanta información. Antes era una jovencita traumatizada por los hechos naturales que impone la vida, esto era aún más traumatizante y poco natural.

— Alguien está enojada — Le susurró Daniel a Ashley.

— Es entendible, y será mejor que no la molesten. Se enoja pocas veces, pero cuando lo hace. Uf. — dijo más bajito Ashley, creyendo sus palabras estaban fuera de mi alcance. Charlie notó las palabras y temí que lo eligiera como un desafío, el provocarme.

— Ya estamos llegando — dijo Charlie con su voz grave y firme — es el edificio de la esquina.

Lo miré y allí estaba, uno de los últimos edificios más modernos que se habían construido en Boston, los vidrios en su mayoría eran polarizados y con sólo mirar el hall te podías sentir fancy. Tantas veces caminé por la calle que lo cruzaba y nunca había levantado la mirada para observar aquella majestuosa construcción, era primera vez que notaba en esplendor cada balcón y forma de aquella edificación que me protegería.

Apretó un pequeño botón en el juego de sus llaves y el portón comenzó a abrirse hacia los estacionamientos subterráneos. El elevador no se comparaba al vejestorio que se encontraba en el nuestro, este tenía botones suaves, cámaras y pantallas, para que decir su rico olor. Simplemente podría quedarme a dormir en el estúpido y elegante ascensor. Cuando este abrió sus bellas puertas en el piso 14 sentí como los bolsos y maletas que llevaban mis acompañantes comenzaron a sonar y moverse, me di cuenta que yo apenas llevaba una pequeña cartera colgada en mi hombro — lo merezco, lo merezco. — me convencí.

No había notado que Charlie Larson se había quedado atrás mientras los demás avanzaban, me observaba divertido. ¿Qué hay de divertido en todo esto? — ¿Qué miras Charlie? ¿Acaso te estás riendo?

— ¿Alguien está de malhumor? — bromeó sonriendo de una manera jodidamente sexy — Te ves linda enojada, no podría tomarte en serio.

— ¿De verdad Charlie? — tomé un respiro y una pausa, modo zen, modo zen por favor — ¿A ti no te está persiguiendo un loco y obsesivo de sonrisa grande? ¿Eres un testigo importante o algo así? Además, me deberé quedar con el policía mentiroso. Y tómame muy enserio.

Soltó unas carcajadas — Bueno, yo pondré mi trasero en peligro para atraparlo. ¿Debería estar más preocupado que tú?

Touché. Preferí guardar silencio mientras él seguía observando divertido. No me interesaba seguir poniéndome en el lugar de víctima, pero realmente todos los recientes y rápidos acontecimientos me habían afectado de una mala manera. Las palabras de Charlie sólo indican algo bueno y rescatable, la confianza que se plantean aquellos policías a sí mismos, el tiempo en las calles de Savack estaba contado y mi estancia en aquel edificio sería un mero trámite. Pronto acabará todo.