Raymond.

Maldito.

Él se acerca a nosotros y saluda, mientras Alex sin ningún tipo de expresión pasa directo al comedor, ni siquiera me mira, ni mira a Henry. Puedo ver en su expresión que está molesta ¿Será que este idiota le dijo algo? Sigo sus pasos al comedor y por detrás la tomo de la cintura.

—¿Por qué ese idiota venía contigo? —cuestiono, ella de manera brusca se suelta de mi agarre y pasa directo a la mesa esbozando una sonrisa a mi madre y mis tías.

Me desconcierta.

—Buenos días —habla, ignorándome por completo, mi madre se acerca y besa sus mejillas.

Ella toma lugar en la mesa y me siento a la par de ella, luego tenemos que hablar. Frente a nosotros está Lindsey sobre las piernas de Dmitri, ella sonríe al enfocar a Alex.

—Ella es Alex —menciona —la esposa de Oliver —Dmitri se pone de pie para saludarla.

—Es un placer, soy el general Dmitri Petrov —habla con su acento ruso, Alex también se pone de pie y ambos se estrechan la mano.

—El placer es mío general —habla, y toma su lugar nuevamente.

—Es mi prometido —habla Lindsey retomando su lugar en las piernas de él.

—Oh, ¿Enserio? Felicidades —dice Alex, sin ningún tipo de expresión tomando una rebanada de pan.

—Gracias —contestan al unísono. Mi madre se nos acerca con fruta picada,.

—Así que... tú eres la de los cuatro idiomas —habla el ruso.

—Bueno, creo que sí —contesta Alex, intentando sonreír pero sé que es más falsa que la de Brittany.

—Alex ¿Estás bien? —murmuro, pero no contesta, se queda viendo a Henry y Brittany quienes entran a la sala tomados de la mano. Luego lleva su mirada a una copa frente a ella y continúa ignorándome.

El resto de la tarde se la pasa retraída, y apenas la vi un par de veces, ni siquiera prestaba atención a lo que Henry me comentaba. Voy a la habitación, ya se estaba haciendo tarde y necesito arreglarme, ahí está ella sobre una silla giratoria viendo por la ventana, entro al baño con un bóxer en manos y salgo en menos de 15 minutos, la actitud de Alex me preocupa.

—Alex, las chicas saldrán esta noche ¿Irás con ellas? —necesito entablar conversación y averiguar qué le pasa. Alex se voltea.

—¡Oliver! ¡Vístete! —espeta, se dá la vuelta lo más rápido posible, me hace reír, ya ni siquiera me importa que me mire en bóxer.

—No, no iré —expresa, secamente.

—¿Estás bien? —me pongo el pantalón esperando su respuesta.

—Sí —ya me estoy molestando.

—Bueno, sólo estarán mis padres en la casa, te vas a aburrir, voy a salir con Henry —pongo mi camisa negra y sin abotonarla voy hacia ella al no escuchar una respuesta, la volteo en la silla giratoria hacia mí y me recargo en las manos de la silla. La observo a los ojos, me va a decir que le pasa aquí y ahora.

—¿Estás segura que estás bien? —ella me mira a los ojos por unos varios largos segundos.

—No Oliver, no lo estoy —levanta su voz y observo la furia en sus ojos y me asombra por un momento el tono con el que me ha hablado —me molesta que salgas por ahí a acostarte con tipas que ni conoces.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Cómo es que se dio cuenta de esto? ¿Alguien le dijo? ¿Alguien más lo sabe? ¿Brittany lo sabrá? ¿Porqué me importa que ya lo sepa? Ni siquiera es mi esposa real. La miro desconcertado esperando me diga cómo es que lo sabe.

—¿De dónde sacas eso Alex? —retomo mi posición de pie y me cruzo de brazos.

—¡Yo escuché a Henry, Oliver! —se levanta de la silla giratoria intentando quedar frente a frente conmigo, aunque en estatura femenina es alta, frente a mí es bastante más pequeña —En serio a mi me da vergüenza que salgas por ahí a acostarte con mujeres —frunzo el espacio entre mis cejas.

—¿Que te hace pensar que voy a acostarme con ella?

—Tú mismo me has dicho que no sales con alguien solo para hablar —¡Maldición! ¿A qué horas se me ocurrió decir eso?

—Pero ¿Por qué te molestas? Si yo lo hago tú también puedes hacerlo, ¿No deberías estar feliz? —esto me está molestando, ella tiene el pase libre para hacerlo también, se supone que es lo que habíamos acordado, pero sé que no lo hará y eso me hace sentir aliviado.

—Enserio ¿No te importaría que yo me acueste con alguien? —me mira fijamente, esos ojos verdes se clavan en los míos esperando mi respuesta. Por primera vez en la vida no sé qué contestar.

—¿Porqué me importaría? Siempre y cuando lo hagas de forma sutil y nadie se dé cuenta —nos miramos a los ojos por unos cuantos segundos.

No estoy seguro de mi respuesta.

No quiero ni imaginarme a Alex con otro hombre.

—Bien —contesta finalmente, no sé porqué siento que no es lo que ella quería escuchar —te deseo que la pases genial —sonríe, pero no de una manera alegre o tranquila, solo intenta disimular algo y se retira. La observo perderse tras la puerta de la habitación y por sus silenciosos vans no escucho sus pasos alejarse por el pasillo.

Ahora el pensativo soy yo.

Casado con mi secretaria © (Borrador de la 1era edición - 2016)Where stories live. Discover now