– Despiértate, mocoso. No es el lugar ni el momento para dormir –dijo molesta. Kaneki la observó.– Quítate ese estúpido chaleco y la corbata, ya no estás en la cafetería.

Cuando Kaneki se levantó e hizo lo que la fémina le indicó, ambos comenzaron a caminar, él siguiéndola a ella. Kaneki se preguntaba en qué lugar estaba, recordando lo ocurrido anteriormente.

– Um...Ah...Señorita... –llamó Kaneki a la contraria. Ésta giró la cabeza, mirándolo con seriedad.

– Skully –aspiró el cigarrillo.– Soy Skully –dijo soltando el humo.

– Sí...Eh...Señorita Skully...No sé el porqué estoy aquí, pero...si pudieras, me gustaría saber... ¿Touka-chan está bien? –preguntó nervioso.

Los ojos de Tn se oscurecieron; se detuvo y se giró, pateándolo. Kaneki cayó al suelo retorciéndose levemente.

– No me hables como si fuéramos amigos, estúpido intento de ghoul –se arqueó un poco para mirarlo, con los brazos cruzados mientras fumaba.– No me importa que seas mitad ghoul o de quién demonios lleves los órganos, sigues siendo un humano asqueroso en el fondo. Ahora escúchame bien porque no lo repetiré: te dirigirás a mí como "Señorita Skully", no hablarás a menos que te lo ordene; no puedes moverte libremente, debes tener permiso; sólo puedes respirar, nada más; y no me mires a los ojos si no te lo ordeno. ¿Entiendes? Si comprendes lo que digo entonces di "sí".

– ...S...S... –balbuceó Kaneki. Tn lo pateó nuevamente.

– ¡Contesta rápido! No se te permite ser lento tampoco, ¿Oíste?

– Sí –contestó rápidamente y con temor.

– Así me gusta. Ahora levántate y camina...y mantén la boca cerrada, si escucho un solo sonido salir de tu boca te golpearé hasta que escupas sangre, ¿Entendido?

– ...Sí.

Kaneki se levantó mirando al suelo. Tn comenzó a caminar, y en el camino arrojó la colilla del cigarro. El pelinegro la seguía, con temor, mientras se preguntaba el porqué aquella fémina era tan salvaje.
Llegaron a un salón donde habían varios ghouls de túnicas rojas y extrañas máscaras, de rodillas frente a un ghoul de túnica blanca y máscara roja sentado en un sofá, y junto a éste había un ghoul de túnica negra y máscara de gran sonrisa y una ghoul vendada de pies a cabeza y con una caperuza, quien estaba sentada en el suelo. Luego de que Tatara analizara a Kaneki, el joven pelinegro fue llevado por Tn a una habitación donde se lo encerró.

Banjou visitó a Keneki minutos después de que la pelinegra se alejase del pasillo, al entrar le dijo que guardara silencio y le contó sobre un plan para escapar. Mientras caminaban por los pasillos, intentando no ser vistos, hablaban sobre el escape y sobre si Rize había muerto en realidad.

– Banjou-san...la señorita Skully... ¿Ella siempre es así de...borde? –preguntó.

– ¿Te golpeó? –preguntó el mayor. Kaneki asintió.– No sé nada de ella, la verdad. Sólo sé que es así de agresiva y borde siempre, con todos, excepto con Ayato, Jason, Tatara, Noro y Eto...A mí me ha hecho escupir sangre varias veces, ella es peor que Ayato...Supongo que habrá pasado por cosas malas antes, cosas que la han hecho volverse así de agresiva como algún tipo de autodefensa; pero no sé que pudo haberle ocurrido.

– ...Entiendo.

«¿Algo que la haya hecho volverse agresiva como autodefensa? Me pregunto que le habrá ocurrido», pensó Kaneki.

Al llegar con los demás ghouls que también planeaban escapar de Aogiri, Banjou comenzó a dar detalles del plan.

– Hay cinco líderes más además de Noro. Yamori, los hermanos Bin, Kirishima Ayato y Skully –los contó.

Banjou comenzó a explicar lo que conocía de los cinco mencionados, hasta llegar a la parte que a Kaneki, por alguna razón retorcida, más le interesaba: Skully.

– Skully. Sólo los líderes conocen su verdadero nombre. Ella es borde y agresiva con todos los que cree inferiores, por lo que me lleva a suponer que también se apega a la ideología de que "ghouls y humanos son controlados a través del poder". Nadie sabe cómo llegó a Aogiri, sólo los líderes. Ella puede ser incluso más brutal que Ayato y Jason juntos si está molesta.

Así, comenzó a explicar los días en los que los líderes salían de la guarida, diciendo que Tn salía más recurrentemente pues si no se iba con Ayato o Noro entonces lo hacía con Jason.

Mientras tanto, en otro lado de la guarida, más específicamente en la terraza del edificio, se encontraban Tn y Ayato. Ella estaba sentada al borde del tejado, con las piernas colgando al vacío, su oscuro cabello era movido levemente por la suave brisa y su mirada estaba perdida en el mismo vacío; Ayato estaba de pie tras ella, observándola.

– ¿Lo golpeaste mucho? –preguntó, refiriéndose a Kaneki.

– ...Algo –rió.– Se lo merece.

– Lo dices por el odio que le tienes a los humanos.

– ¿Ahora eres el bueno, niño?

– Tch –chasqueó la lengua.– Claro que no, baka.

Ella rió.

– Tranquilo gruñón, era una broma –rió, encendiendo un cigarrillo.

Ayato chasqueó la lengua nuevamente.

– Te ves como una suicida ahí sentada –bromeó. Ella rió.

– ¿Suicida? –volteó un poco la cabeza para mirarlo.– Ayato-kun...soy una suicida –sonrió.

Abused 🚬 Ken KanekiWhere stories live. Discover now