Arte y artistas

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Tal vez hacer lo que estaban haciendo era tentar mucho a la suerte, como podían esperar que nadie se enterara de que eran amigos si ni siquiera habían sido discretos acerca de eso, y ahora, que se les había ocurrido hacer esto, los riesgos eran todavía mayores.

- ¿cómo deberíamos empezar? - dijo un chico rubio lleno de rulos todavía con su uniforme escolar - realmente no quiero que me pintes con el uniforme - acabo de decir mientras la otra persona en el lugar sacaba pinturas y pinceles de su mochila para dejarlos en una mesa junto a un montón de pomos con aceites de distintas calidades.
- Nacimiento de Venus de Boticcelli- dijo el otro chico mientras prendía un cigarro muggle, el chico  usaba el pantalón del colegio con un polo arrugado machado de pintura en vez de camisa, su corbata azul y plateada amarrada como un lazo alrededor de su cuello y parecia no haberse afeitado en semanas. Era un bohemio fuera de época y lugar. Él marcaba un contraste salvaje con el otro chico, de lejos podía uno pensar que era una chica por el pelo largo y ondulado y por la sinuosa figura que cargaba. además por el aire de sofisticación y elegancia que se notaba en su piel sin manchas y en su ropa impecable.
- Tu solo me quieres ver desnudo - dijo el rubio riéndose a la vez que se empezaba a quitar la camisa.
-Tu prometido me mataría, tu querido Tom me mataría, tu ejército de primos expertos en artes oscuras me matarían, los minions de tu querido Tom me matarían - dijo el chico alistando el caballete con el lienzo - pero valdría la pena, morirme con una sonrisa y una imagen - sonrió de lado el chico moreno.
- Exageras - se sacó el pantalón y las medias quedando solo en ropa interior, su ropa interior era unos shorts pequeños, muy pequeño s de seda o satén negro, con un borde de encaje de cruces, la ironía. El chico moreno estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano de no mirar y sobretodo de no pensar.
Estaban en una aula desocupada en Hogwarts, una cerca de la torre de Ravenclaw, había un hechizo de candado como protección. El chico rubio e posiciono bajo la ventana haciendo que los últimos rayos de sol le dieran a un costado de su cuerpo haciéndolo brillar y al otro oscurecerse en la sombra.
El chico moreno ya estaba listo para empezar a pintar,  cogio un grafito y se permitió mirar a su modelo, como ya era costumbre a primera vista le quitó el aliento, era el efecto veela en todos, sintió el calor que empezaba a llenar sus zonas bajas y respiró hondo, llevó su grafito al lienzo y empezó a hacer las proporciones de la cara y el cuerpo en general, era muy delgado pero tenia lo suficiente como para que no se le notaran los huesos contra su piel mas que en su clavícula. Cuando termino de marcar las proporciones su lienzo se veía como un conjunto de círculos y lineas que no insinuaban que era un ser humano el objeto de dibujo. El empezó a detallar el pelo, largo hasta la barbilla, lleno de rulos, con el grafito negro se le hacía imposible captar la belleza real del chico, tal vez mejoraría con los colores y el movimiento al terminar. Después de terminar el pelo empezó en la cara, los pómulos altos y la nariz suave y recta que señalaba lo labios más rosados del planeta, del color que chicas aprenden pociones para imitar, como pequeños almohadillones donde al pintor no le molestaría dormir. Ojos grandes y llenos de pestañas doradas de un color indescriptible, lo mas cercano que el pintor pudo determinar fue un gris plata con manchas esmeraldas, orejas graciosas entre el pelo y una frente suave, cejas delicadas y pecas, pecas suaves como constelaciones en su cara que bajaban a su cuello y se perdían en su pecho. Más adelante el pintor lo negará pero nunca ha detallado más el cuello de alguien, siguió brazos y pecho, contuvo la respiración mientras dibujaba los pezones del chico y se dedicó a detallar los dedos y las manos para distraerse de las partes mas deseables, las manos del chico empezaban a moverse impacientemente como anticipando algo.
- Cuéntame de nuevo acerca de Paris - dijo el modelo.
- Hay palacios grandes y hermosos como no has visto en ninguna par-
- no, no, yo conozco Paris, cuéntame del movimiento, de los artistas - dijo el chico bonito mientras se estiraba después de sostener la pose tanto tiempo.
- Se llama,  Rive gauche, y esta llena de criaturas de noche, escritores y poetas que te bajarán la luna por una noche, músicos que compondrán melodías celestiales, pintores mucho mejores que yo, que pueden dibujarte como. Apolo, en acuarela, en oleo, en lápices, verás actores ser árabes, ser reyes, ser magos, verás bailarines de todas partes del mundo, y todos creen en lo mismo, en la libertad, en la belleza y y en el amor, yo te llevaría y viviríamos como muggles, tú serías un modelo y yo pintaría, no ganaríamos mucho, lo suficiente para vivir, pero estaríamos ahí, bajo el seno de nuestra madre patria.
- Que bonito! - dijo sarcásticamente una voz saliendo de las sombras, esa voz les erizó la piel a los dos, el modelo hizo un esfuerzo por taparse pero para el otro chico ya era muy tarde, había recibido un Incarcerus no verbal y estaba atado en el piso - te he estado buscando por horas - dijo enojado el recién llegado, en sus ojos había un destello rojo maniático que solo producía ganas de salir corriendo.
- tengo derecho a hacer lo que quiera con mi tiempo libre - dijo el chico rubio intentando parecer calmado, al hablar llamo la atención del amenazante hacia su falta de ropa y éste se acercó con pasos largos y lo cogio del cuello y lo jalo hacia el en un beso furioso. Con una mano presionó la unión entre su clavícula y su cuello, y con la otra su cintura. Cuando e separó por aire dijo  - Te he respetado y te he esperado, pero eso no es lo que quieres, si es que estadesnudo para este casi muggle sin consecuencia, pero el va a pagar por creerse con derecho de ver lo que es mío - dijo volteandose hacia el cuerpo amarrado en el piso - crucio - apuntó con su varita y el pobre chico empezó a retorcerse en el piso aullando de dolor.
- Déjalo en paz, el no ha hecho nada, yo se lo pedí, déjalo- pero el futuro señor oscuro seguía sosteniendo el hechizo - déjalo, te daré lo que quieras, haré lo que quieras, déjalo Tom-  rogaba el chico con lágrimas en los ojos incapaz de evitar el sufrimiento del que había sido su único amigo en los últimos tiempos.
- Tomarás la marca tenebrosa - dijo Tom Riddle pausando su tortura dando tiempo a que Cas avance y se coloque sobre el cuerpo tembalnte del pintor.
- lo haré, pero lo dejarás en paz para siempre - dijo el chico acariciando a su amigo herido.
- Lo dejaré en paz si no te vuelves a acercar a el después de hoy, nunca - termino Riddle.
- Es un trato Tom - dijo acercándose y dandole un beso en la mejilla al cuerpo débil de su amigo. El chico bonito pensó que iba a tener más tiempo, pero Tom se irguió y lo cogio del brazo izquierdo y presionó- Morsmordre- el chico rubio empezó a retorcerse de dolor mientras tinta negra empezaba a marchar su piel inmaculada hasta formar una serpiente intricada.
- Ahora eres mío, pequeño pájaro - dijo Tom viendo su trabajo sobre la piel del chico y en burla de lo que el rubio había hecho con su amigo le besó la marca nueva.
Luego de eso el Tom Riddle se saco su capa y se la puso sobre el chico casi desnudó y lo saco de la habitación.
El chico tirado en el piso liberado ya, tenía el nombre de Renard Grant, era mestizo y hubiera preferido morir a entregar la vida de su amigo, a quien había amado desde que lo vio, en esclavitud a un loco con delirios de poder.
Se levantó lentamente y vio todas sus pinturas, sus manos todavía temblaban después de la tortura, aun así pinto y pinto hasta terminar, habian pasado dias enteros donde el, débil como estaba no había parado a comer o a beber algo. Cuando salío de la habitación había acabado el fin de semana, con la ayuda de un hechizo de invisibilidad transporto la pintura hasta el lugar mas seguro que se le ocurrió.
Antes de esconderlo, le dio una última mirada y sintió una pena recorrerle el cuerpo, era una obra maestra, el chico en la pintura era algo sobrenatural, au mano temblorosa había dado un efecto de movimiento y resplandor, como si fuera un ángel que viene a bendecir la Tierra.
Renard Grant, conocido como Reny, se dedicó a beber lo que encontrara a su paso, y a dibujar serpientes con cráneos en sus pergaminos de clase.

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