18: Es LeviOsa, no LeviosAR!

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En la mañana de Halloween ya caminaba dormida con el delicioso aroma de calabaza asada flotando por todos los pasillos. Pero lo mejor fue que Flitwick anunció en su clase de Encantamientos que pensaba que ya estabamos listos para empezar a hacer volar objetos, algo en que quede fascinada; desde que vi  cómo hacía volar el sapo de Neville. El profesor Flitwick puso a la clase por parejas para que practicaran. La pareja de Harry era Seamus Finnigan. La mía fue Dean Thomas y la de Ron, sin embargo, tuvo que trabajar con Hermione. Era difícil decir quién estaba más enfadado de los dos.
—Y ahora no os olvidéis de ese bonito movimiento de muñeca que hemos estado practicando —dijo con voz aguda el profesor; subido a sus libros, como de costumbre—. Agitar y golpear; recordad, agitar y golpear. Y pronunciar las palabras mágicas correctamente es muy importante también, no os olvidéis nunca del mago Baruffio, que dijo «ese» en lugar de «efe» y se encontró tirado en el suelo con un búfalo en el pecho.
Era muy difícil para Dean, estaba tan aburrida que le leí la mente a algunas personas pero nadie pensaba nada fuera de lo normal, las plumas que debían volar hasta el techo no se movía del pupitre. Dean estaba muy frustrado y movio tan brusco la varita que casi me golpea en la cabeza y después me pedía mil disculpas.
Ron, en la mesa próxima, no estaba teniendo mucha más suerte.
—¡Wingardium leviosa! —gritó, agitando sus largos brazos como un molino.
—Lo estás diciendo mal. — lo reñía Hermione—Es Win- gar-dium levi-o-sa, pronuncia gar más claro y más largo.
—Dilo, tú, entonces, si eres tan inteligente —dijo Ron con rabia.
Hermione se arremangó las mangas de su túnica, agitó la varita y dijo las palabras mágicas. La pluma se elevó del pupitre y llegó hasta más de un metro por encima de sus cabezas.
—¡Oh, bien hecho! —gritó el profesor Flitwick, aplaudiendo—. ¡Mirad, Hermione Granger lo ha conseguido!
Ron me miró malhumorado, yo suspire y le guiñe un ojo, él me miró confundido, tome mi varita y dije;
—¡Wingardium Leviosa!
La pluma se elevó poco a poco y llego hasta el techo.
—¡Excelente, Excelente! ¡La señorita Scamander lo ha logrado!
Al finalizar la clase, Ron estaba de muy mal humor.
—No es raro que nadie la aguante —nos dijo a Harry y a mí, cuando se abrían paso en el pasillo—. Laila desde ahora tienes que superarla en todo, vas a ser mejor que ella en todo. Es una pesadilla, te lo digo en serio.
Alguien chocó contra Harry. Era Hermione. No la alcance a ver, por lo que al leerle la mente supe que estaba llorando y que estaba muy dolida.
—Creo que te ha oído.
—¿Y qué? —dijo Ron, aunque parecía un poco incómodo—. Ya debe de haberse dado cuenta de que no tiene amigos.
—¡Tienes tanta sensibilidad como una piedra, Ron Weasley!-le grite enojada
Hermione no apareció en la clase siguiente y no la vi en toda la tarde. Trate de buscarla pero no la encontrada. De camino al Gran Comedor, para la fiesta de Halloween, oi que Parvati Patil le decía a su amiga Lavender algo de Hermione, por lo que me despedí de Harry y Ron y me entrometo en su conversación.
—¿Saben algo de Hermione?-pregunté preocupada
—Esta llorando en el cuarto de baño de las niñas y que desea que la dejara sola-me dijo Parvati.
—Bueno-murmuré-a Laila Scamander nunca le dicen que hacer...
🌌
De verdad, algo que odiaba mucho eran las escaleras y lo peor eran qué estas cambiaban de lugar y hasta desaparecían los escalones. Cuando llegue al baño pude escuchar débiles sollozos, abrí la puerta de un tirón y camine con mi aire de superioridad.
—¡Por Merlin!-dije jadeante-¡Sabes lo difícil que es subir 4 pisos en este lugar! ¡No se como lo haces Hermione!
—¡Déjame sola Laila! ¡Vete con Ron y Harry!-gritó desde un cubículo .
—¿Me está dando un ataque asmático para esto?-me dije con sarcasmo, al ver que no quería hablarme.
Fui hasta el cubículo de al lado y me subí al retrete viendo a Hermione que estaba agazapada, llorando. Cambie mi apariencia, mi pelo cambio a pelirrojo y mis ojos se volvieron Castaños, mientras que mis facciones más redondas y mi cara se cubría de pecas.
—Aquí no hay ninguna Laila-le dije con otro tono de voz. Hermione abrió los ojos y me vio sorprendida por unos segundos hasta que bufo y dijo;
—Ah verdad, eres metamorfomaga.
—Y no solo eso-murmuré lo suficiente alto para que Hermione me mirara con curiosidad.
—¿Qué?-preguntó.
—Vamos, sal de ahí, te lo explicaré-dije bajando del retrete y volviendo a mi aspecto normal, no era el más bonito, me podía hacer en realidad una muchacha preciosa pero no le encontraba la gracia a eso, además de que me parezco un poco a mi madre.
Cuando Hermione salió le pregunte de inmediato.
—¿Sabes que es un Legeremend?
—Por supuesto, son los magos y/o brujos que tienen el don natural de leer la mente a la gente de su alrededor-dijo como si estuvieras leyendo un libro, yo asentí y un segundo después Hermione me miró sorprendida.
—¡No! ¡No me lo puedo creer-parecía emocionada-¿De verdad?
Yo asentí, sentándome en el suelo .
—Dime en qué hechizo estoy pensando-dijo como si fuera un acertijo.
—No estás pensando en un hechizo ,estás pensando en que creo que eres una tonta que se creería que soy una Legeremend y ¡vaya! Eso sí que es ofensivo y tus padres trabajan en hacer sufrir a la gente con la boca-le respondí e hize una pausa-sabes que no comparto la opinión de Ron...es buen chico pero...
—¡Es un tonto!-dijo Hermione con lágrimas:
—Tu lo has dicho-dije, ella se sentó a mi lado e hice una mueca-por cierto que es ese olor putrefacto? Hermione dime que no fuiste al baño de verdad.
Hemrione pareció también captar el olor y cuando oímos unos enormes ruidos vimos como una criatura enorme y torpe, con un mazo se balanza a por nosotras.

Laila Scamander y La Piedra FilosofalWhere stories live. Discover now