Tarde. | Vikturi (Marzo 2023)

Capítulo 3: Beneficioso

Un nuevo día daba inicio y con él, la ejecución de mi plan.

Durante el transcurso en que lo seguí, busqué el momento indicado para tomarle, pues la mayoría del tiempo Yuri tenía personas cerca. No iba resultar sencillo acorralarlo, pero tampoco es como si esperase que así fuera.

A decir verdad, me gusta más así, sentir el peligro y adrenalina, en combinación de su persona, sin duda un acontecimiento digno de exquisitez.

Debido a mi divague entre posibles escenarios con el nipón, terminé por perderle el rastro; suerte sabía cuál era su destino.

Apresuré el andar para disminuir nuestra distancia y no perder ni un detalle. Observando todo el entorno, mi vista enfocó a su mejor amigo, Phichit, quien caminaba cerca mío, tan absorto en su celular que ni siquiera miraba al frente; por ello fue inevitable que lo próximo sucediera.

Paré tan pronto el semáforo indicó el pasar de los autos, pero en cambio, él siguió de largo, debido a la poca atención hacia alrededor.

Uno de los automóviles venía a toda velocidad en dicho instante. Cual cámara lenta mi mente comenzó a debatirse entre salvarle o no.

Al tratarse del mejor amigo de mi adoración, seguro si le pasara algo, él se destrozaría y yo no estaba dispuesto a presenciar aquello. Ayudarlo era lo correcto, pero el que viese mi rostro sería un problema, quizá salir corriendo podría funcionar. Bien, eso haría.

Dirigiéndome a toda prisa hacia su dirección, impulsé nuestros cuerpos al otro extremo, salvando su vida, como la mía al haberla arriesgado de ese modo. Cayendo en el frío pavimento, deje escapar un quejido a causa del brusco impacto. Sin querer perder más tiempo, me levanté con el objetivo de huir entre tanta multitud observando lo sucedido, pero no contaba con que el moreno me retuviese del brazo.

—Salvaste mi vida —murmura, mirándome con incredulidad.

Maldigo por lo bajo, genial, ahora tendría que matarle y resultaría igual que antes.

—¡Muchas gracias! —agradece, poniéndose en pie, algo tambaleante, sosteniéndose de mí para evitar caer.

—No ha sido nada —contesto, desganado, permitiendo su tacto en mi antebrazo.

—¡Oigan! ¿Se encuentran bien? —pregunta una mujer, a lo que ambos respondimos afirmativamente—. ¿Seguros? Sino podríamos ir al médico y...

—No, en verdad estamos bien —interrumpo, dando media vuelta con tal de cortar la conversación, bastantes problemas ya tenía por culpa de mi estúpida generosidad.

—¿Qué? ¡Aguarde! —grita, acortando la distancia—. ¿Cómo es que debo agradecerle? El simple "gracias" no me resulta suficiente —comunica, sonriente.

—No debes de, tan solo deja de usar tanto ese aparato —Sugiero, señalando a su celular ya hecho un desastre.

—Oh, estoy seguro que no volveré a usarlo, está descompuesto —bromea—. ¿Podría saber el nombre de mi salvador?

Me quedé pensando durante unos segundos al respecto, meditando lo que diría; llegando a la conclusión en que tal vez aquel suceso no había sido tan malo después de todo.

—Claro —Extiendo mi mano hacia él—, me llamo Viktor Nikiforov —Termino por decir al tiempo que estrechamos nuestras manos.

—Un placer.

Vaya que sí, un verdadero placer. Puede que no todo se tornó como lo ideado, pero, ¿por qué no mejor sacarle provecho a la situación?

—¿Gusta ir a tomar café? —Ofrece—. Como una manera más de agradecerle por lo anterior.

—¿No debes ir a otra parte?

—Sí, pero estoy seguro que mis amigos entenderán cuando les explique —contesta—. ¿Entonces, qué dice?

—No veo razón para rechazarlo —digo, a la par que avanzábamos.

Cada vez más cerca de ti, Yuri.