Capítulo 3

3K 283 27
                                    

—Kise Ryouta—

El silbato se escuchó por todo el gimnasio, dando por finalizado el entrenamiento.

Tomé un balón mientras todos comenzaban a irse y di unos botes, hasta lanzar en dirección a la canasta de balones y suspiré. Me sentía realmente deprimido desde ese día.

Cuando llegué a la sala del club me sorprendí al ver a Kasamatsu ahí, con su ceño fruncido y un aire aterrador.

—Te demoraste—dijo mientras mantenía su mirada en mí.

—No tenias que esperarme—susurré, comencé a cambiarme y lo miré por el rabillo del ojo, haciendo que nuestras miradas se juntaran. Ladeé la cabeza.

—¿Puedes dejar de estar en la luna? —dijo.

Apreté mis labios y forcé una sonrisa, tenso.

Al terminar de cambiarme e ir por mi bolso, su mano agarró mi muñeca, parándome.

—¿Estás bien?

—Sí, ¿por qué no lo estaría? —reí sin ganas, miré su mano

—¡Ya deja de mentir! —elevó la voz, parpadeé sorprendido—. Todos notaron tu manera de actuar y también a afectado al equipo Kise.

—Lo siento—murmuré.

Un silencio inundó la sala, sentí su agarre ceder y lo miré a los ojos, dándome cuenta de su expresión. Una que desconocía.

—¡A mí también me hace mal verte así! —su voz salió como si fuera a quebrarse.

Entreabrí mis labios sin dejar de verlo a los ojos.

—¿Kasamatsu-senpai? —susurré. Traté de tomar su mano, pero dio un paso atrás, alejándose.

—He soportado miles de cosas. Que te envíen cartas, que se te confiesen todas las semanas, que te gustara Kuroko, pero el verte así es lo más doloroso de todo. No puedo soportarlo...no quiero verte más así...—vi sus ojos dilatarse y una débil lágrimas salir de ellos, alertándome.

—Ka-

—¡Al menos date cuenta de mis sentimientos, idiota! —gritó.

Un hueco se instaló en mi pecho nublando mi vista.

—¿Usted se ha enamorado de alguien?

—Sí, me he enamorado de alguien...

—¿Y quién es?

—Un idiota.

Un escalofrío recorrió mi espala y quise llorar, ¿todo este tiempo él...?

—Me gustas—dos palabras salieron de su boca, haciéndome tener un conflicto interno—. Desde el primer día, desde el principio me has gustado.

Mis ojos se humedecieron al verlo.

—Pero eres demasiado idiota como para notarlo—sonrió, una sonrisa tan triste y solitaria que me hizo sentir un dolor intenso en mi interior.

—Perdón—fue lo único que salió de mis labios, y fue lo peor que pude haber dicho, porque comenzó a llorar en silencio frente a mí.

Quise abrazarlo, pero no pude. Me quedé de pie mientras veía cómo se desmoronaba frente a mí.

—Al final soy un idiota también—susurró tomando su bolso y salió corriendo.

Apreté los labios sintiendo mis lagrimas mojar todo mi rostro, tapé mi boca para no dejar salir mi llanto.

¿Por qué no me di cuenta antes?

Soy un idiota...un verdadero idiota.


¿Por qué? | Haikyū!!Where stories live. Discover now