—Hermoso —le dije con una sonrisa. El se levantó y corrió por el pasillo.

Después de unos minutos dejó en la mesa otro de sus cuaderno, me lo acercó y me pasó un par de lápices.

—¿Quieres que coloree contigo? —tomé el cuaderno y lo abrí dejándolo en un dibujo de una mariposa. El asintió y fué a buscar el resto de los lápices que estaban en suelo para ponerlos en la mesa— gracias cariño.

Bajé un poco el volúmen de la música y tal como quería mi pequeño, me puse a colorear con él.
Pasaron casi diez minutos y mi mariposa ya estaba casi lista y llena de colores en sus alas, Adam coloreaba un búho y estaba tan cincentrado como yo. Estábamos los dos tan metidos en nuestros dibujos que no sentí la puerta abrirse.

—Linda mariposa —la voz de Stephen me hizo dar un pequeño brinco en mi puesto asustando de igual manera a Adam.

—Pá —Adam se levantó rápido y se tiró a sus brazos.

Stephen se dejó caer en la alfombra mientras abrazaba a Adam. Sonreí ante la imagen que tenía frente a mis ojos, era tan linda que merecía una foto... Pero mi celular estaba muy lejos y me daba flojera levantarme.

—Huele muy bien —se sentó en el suelo sin dejar ir Adam de sus brazos— ¿Lasaña?.

Asentí mientras recogía los libros y comenzaba a guardar los lápices en el estuche.

—¿Estás enojada? —negué con la cabeza y a la vez que recogía los último lápices— amor... —tomó mi mano, cosa que me hizo mirarlo.

—¿Por qué no le dijiste que Nolan estaba en tu gimnasio? —le pregunté antes de que se me olvidara aquel tema.

—No pensé que fuera tan importante decirlo. Cuando lo vi hable con él y me disculpé, estaba todo solucionado y no quería volver al tema —miré sus ojos buscando algo malo pero no había nada. Asentí despacio sentandome otra vez en el suelo.

—¿Que hay de esa chica? —solté con desprecio mientras me acordaba de su descarada cara.

—¿Melissa? —vire los ojos ante la mención de su nombre.

—Si.

—No hay nada con ella, amor. Es una simple niña queriendo atención —ladeó su rostro y me miró con cara de niño bueno.

No Stephen, no te salvas con esa cara.

—Atención que tu le dabas al masajear su falsamente adolorido cuello, menuda estúpida y fácil —dije molesta evitando ignorar el echo de que sonaba como una estúpida. Pero él no lo ignoró.

Su risa sonó por encima de la música que sonaba, lo miré con el ceño fruncido. Encima de burlaba de mi, lo que faltaba para hacerlo todo mas bello.

—No estés celosa, mi amor —dejó a mi hijo en el sillón y se acercó más a mi acariciando mis piernas— ella no me interesa. Te quiero sólo a ti y eres a la única que tocaría con una doble intención —dejó un beso en mi mandíbula y me miró para después guiñarme uno de sus ojos— aunque te ves adorable celosa, no me gusta que te sientas así.

—No lo puedo evitar —solté rindiéndome— te rodean como pequeñas abejas a la miel y eso me desespera —miré sus ojos— odio que estén ahí sigue que sigue buscando tu atención sin importar el echo de que tengas novia.

—No me importa el resto, Kiara. Que me rodeen lo que quieran, al final del día estoy aquí contigo, amándote como un loco —sus palabras me derretian— a la mierda ésas chicas, tu eres la cosa más sexy del planeta y estoy locamente enamorado de ti.

YOU (Terminada - EDITANDO)Where stories live. Discover now