Cincuenta

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Llegué al departamento y dejé que Adam fuera a su habitación. Dejé mi bolso en el sofá y me desplome junto a él a la vez que soltaba un suspiro.

Odiaba sentirme así, tan celosa, pero no lo podía evitar. Cualquiera sentiría lo mismo si ve a su novio cerca de una tipa y que no para de coquetearle descaradamente en frente de tus narices. Y la muy fácil lo hacía apropósito.

—Estúpida —me crucé de brazos mientras apretaba mi mandíbula. Me sentía como una niña.

Encendí los parlantes y los conecté a mi celular para escuchar música y comenzar hacer la cena, por lo menos así me distraeria. La mejor solución para mi era cocinando.

Saqué lo que necesitaba para hacer una lasaña y dejé todo sobre la mesa de la cocina, iba a comenzar cortando la cebolla pero Adam vino hasta mi y tiró de mi pierna para que lo mirara, me mostró un dibujo donde habían un montón de rayas de distintos colores, el papel estaba arrugado y creo que tenía mermelada en una esquina.

—Pero que hermoso, hijo —me agache a su altura y lo miré sorprendida— ¿Es para mi? —el negó con su cabeza mostrándome sus pequeños dientes mientras sonreía— ¿Entonces para quien es?.
—Papá —me sonrisa se hizo más grande al escucharlo.

Juro que mi corazón dió un salto cuando lo dijo, era tan lindo que me moría de ternura al imaginarme que estaba haciendo ese dibujo pensando en Stephen.

—Lo dejaremos aquí —tomé su dibujo y lo deje pegado a la nevera— así cuando venga Stephen se lo damos, ¿Bien? —volví a su altura y acaricie su mejilla.

Asintió y se tiró para abrazarme unos segundos, acerqué su pequeño cuerpo al mío y besé su mejilla, luego salió corriendo nuevamente.

Me quedé en la misma posición un par de segundos, sonriendo como boba al pensar en mi hijo. Era verdad cuando me decían que no había amor mas grande que el que tiene una madre a su hijo, ese amor jamas podría compararse. Era único y especial.

Seguí con lo que estaba haciendo y comencé a picar la cebolla, la kruy maldita estaba fuerte y al primer corte ya estaba llorando como Magdalena. Cerré la puerta de la cocina para que no pasara el olor y le llegara a Adam, así que el olor en la cocina se hacía cada vez mas intenso. Sorbi mi nariz y dejé la cebolla ya picada en el sartén, le agregue la carne y algunos aliños para hacer la salsa.

Abrí la puerta otra vez y me fuí a lavar las manos al baño. Ariana Grande sonaba en los parlantes con be alright, me gustaba mucho esa canción, así que mientras iba a la cocina me pare para bailar con Adam quien chillo cuando lo agarré entre mis brazos. El se movía intentando seguir el ritmo de la música y eso me hacia mucha gracia, lo dejé en el suelo nuevamente y comenzamos a bailar los dos. Cuando tienes un hijo te conviertes en un niño tu también.

La canción terminó y Adam comenzó aplaudir emocionado, aplaudí con él y nos dimos los cinco.

Fui a la cocina y revolvi la salda que estaba en el sartén, una vez lista apague el fuego y la dejé a un lado, hice la salsa blanca y cosi un poco las laminas de pasta para que fuera más fácil que se cocinara todo en el horno.

Comencé armar la lasaña en el molde y una vez todo listo la puse en el horno unos minutos, salí de la cocina y fui a ver li que hacia Adam. Estaba sentado en la alfombra con su cuaderno para colorear sobre la mesa de centro, los lápices estaban esparcidos por casi toda la sala.

—Que bonito mi amor —acaricie su cabello mientras el estaba concentrado en colorear su dibujo de bob esponja.

En vez de ser amarillo, resultó ser un bon esponja verde y naranjo, con pantalones rojos y zapatos azules. Una vez terminada su obra de arte me la mostró sonriendo.

YOU (Terminada - EDITANDO)Where stories live. Discover now