El sueño del fin

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Respiraba agitado, sus manos temblaban mientras que sus ojos se agrandaban, en sus palmas había sangre, espesa y brillante

Quiso vomitar, llorar y gritar, se limpió aquel liquido espeso sobre su ropa, estaba a punto de estallar en pánico

"¿Qué paso?, ¿Cómo sucedió?, ¿Yo mismo hice esto? Y lo más importante ¿Por qué?" —

Todas estas preguntas rondaban su mente sin parar hasta que cayó en cuenta de algo, ¿De quién...?

¿De quién era la sangre?

Miro hacia el frente y su garganta se secó al mismo tiempo en el que un nudo se forma en su estómago con tal fuerza que juraría fue un golpe directo

Frente a él el actual padre

Su antiguo hermano

Karamatsu Matsuno yacía muerto

Su garganta estaba abierta, de su cuello brotaba aun la sangre fresca, sus iris azules tan llenos de vida ahora opacos, fríos, muertos, sus ropas rasgadas, sus brazos con millones de cortes tan superficiales como profundos

Y para completar la escena la misma arma que él siempre portaba estaba clavada en su pecho

Sus brazos cayeron a sus costados derrotado, no pudo haber sido él, ¿verdad?

Juro protegerlo, entonces ¿Por qué?¿Por qué estaba cubierto de su sangre?

Grito

Grito hasta desgarrarse la garganta y sentir su propia sangre empezar a brotar, tosió tratando de quitar unos momentos el picor que empezaba a molestarle e impidiéndole seguir dando aquel alarido

¿Por qué? ¡Yo no pude haber sido! ¡Debe haber un error! ¡Debe haberlo! –Gritaba mientras sostenía sus cabellos negros, las lágrimas empezaron a bajar mientras que las ganas de vomitar empezaban a ganar

"¿Por qué?"—

—Yo también me lo pregunto, ¿sabes? —

Una voz algo gruesa interrumpió sus pensamientos, alzo la mirada y frente a él estaba su misma sangre

Su hermano lo miraba desde arriba con desprecio, odio, uno tan puro y firme que le hizo estremecer

Esa mirada esta tan vacía que sentía que miraba su interior mientras se alzaba imponente en frente suyo

—¿Y bien? ¿Me miraras como idiota o me dirás?

—¡Yo no lo hice! ¡No pude haberlo hecho! –Exclamo con convicción pero las pruebas eran contundentes

—¿no fuiste? ¿Esperas en serio que te crea? ¡Lo mataste, lo mataste! ¿Por qué? ¿Qué te hizo? ¡Respóndeme! —

Exclamo con rabia mientras daba zancadas hasta donde estaba deteniéndose solo a unos pasos exactamente donde se encontraba el cuerpo inerte del joven de ojos azules

Mientras él trataba de buscar en sus recuerdos preguntándose realmente si el lo hizo, su hermano tomaba en brazos al joven padre, examinándolo y comprobando por su propia mano que en efecto estaba muerto

Había llegado tarde, no pudo salvarlo, no pudo protegerlo, lo apretó contra su pecho besando su frente jurando una cosa, encontrarse con él en otra vida si era posible y matar a su agresor, aún si era uno de sus amados hermanos

lo mataste —Hablo con pesar mientras dejaba el inerte cuerpo con suma delicadeza en el suelo y rasgando algo de su camisa limpio la sangre que pudo del cuello

El dolor de la perdidaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz