17. Personajes profundos (parte III)

2.7K 367 86
                                    

-----------------Regla de Oro--------------

He encontrado consejos suficientes para hacer una tercera parte de este apartado, que va a ser ubicado detrás de los otros dos. Allá vamos:


- Consejo 1: No conviene repetir la misma esencia de un personaje en otros personajes, es decir, hay que darle características propias a cada uno de ellos. ¿Por qué, si en la realidad hay personas que se parecen?

Pues primero porque aburres al lector, ya que está leyendo la misma cosa varias veces, y segundo porque en ningún momento debemos olvidar que estamos creando algo artístico, no una simple copia de la realidad, y crear la misma cosa dos veces ya no es crear, sino desaprovechar el espacio. Se supone que un libro es un escenario donde cada personaje tiene una función, así que lo ideal es que haya variedad. Por ejemplo:

No debo crear dos personajes obsesionados con el dinero o dos personajes que sean vegetarianos (a no ser que estén relacionados en la historia), porque si no acabaré explotando los mismos recursos en ambos. Y si los dos tienen la misma base, tengo que hacer que se comporten radicalmente distinto para poder explorar otros ámbitos.


- Consejo 2: A la hora de plantear una historia, crea las PERSONALIDADES que hacen falta para tirar de la trama, y luego las personalidades que hacen falta para profundizar en la obra y embellecerla. No hace falta saberlo desde le principio de la historia (puedes ir creándolos a medida que los necesites), pero si te anticipas, podrás enfocar la trama de manera óptima. Por ejemplo:

Para explotar al máximo mi temática, voy a necesitar un personaje inocente, un personaje valiente y un personaje adulto. Luego voy a necesitar un personaje miedoso para que muera y un personaje peligroso para mostrar el mundo amenazador que he ideado.


- Consejo 3: Debemos dar las claves para para que CUALQUIER lector pueda empatizar con nuestro personaje, así no tendremos que dirigir la novela a un público determinado. No hablo de edad, sino de sector, porque si dirigimos la historia hacia un sector concreto de la población estaríamos haciendo un artículo o un folletín, y se supone que queremos que todos puedan entenderla y disfrutarla. Por ejemplo:

Si quiero hablar sobre una cárcel, debería enfocar el tema para todos los públicos (como Orange is the new black), no tratarlo de forma frívola (como una noticia televisiva) para que solo consiga sentirse identificada la gente presa.

Cualquier ideal que pueda ser seguido por alguien (suicidio, drogas, religión, ideologías políticas....) es porque tiene una base con cierto sentido. Nuestro trabajo es encontrar esa base y explotar sus puntos fuertes de cara a los lectores. Por ejemplo:

Yo no soy nazi y mis lectores no son nazis (espero), pero puedo crear un personaje nazi y conseguir que se encariñen con él. Mostrar su aversión irracional hacia las personas no arias dando los motivos apropiados puede lograr poner al lector en su piel, sobre todo, mostrando su lado más humano en otros ámbitos. Porque hay que recordar que a los nazis les enseñaron de pequeños a considerar a las personas no arias como animales.

Es un juego empático, una semilla que germina a lo largo de la obra hasta el punto de que al final no veamos raro cualquier barbaridad que haga nuestro personaje, que le comprendamos aunque no lo compartamos. Funciona especialmente bien en los personajes con evolución, y el primer ejemplo que me viene a la mente es Walter White, de Breaking Bad, que tiene todo nuestro apoyo incluso convirtiéndose en un narcotraficante.


Tips para alcanzar nivel PROFESIONALWhere stories live. Discover now