² moonlight ━━ s. stilinski

╰🌌: 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝𝐬𝐮𝐜𝐤𝐞𝐫

PRÓLOGO: "CHUPASANGRE"

«Chupasangre, buscador de fama
Chupándome hasta dejarme seca, como un maldito vampiro» —'VAMPIRE' OLIVIA RODRIGO

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TODO EL MUNDO ADORABA A LA GRAN BLAIR MELNYK, la joven del pequeño pueblo en California, era sensación debido a su increíble belleza y carisma. Blair era exactamente el prototipo de chica perfecta. Su cabello siempre estaba muy bien peinado, su maquillaje siempre simple disimulando un rostro sin maquillaje. Aparte de lo saludable que era gracias a sus padres quienes se encargaban de poder ayudarle a siempre seguir una dieta proporcional para una chica de su edad.

Aunque no era eso lo que hacía a Blair perfecta, además de su belleza, los ojos verdes de la chica eran bastante hipnotizantes. Siendo toda una joya para quienes se toparán con ella. Blair podía hacer que cada chico a su alrededor, cayera rendido ante sus pies. Sus piernas no tan largas, pero lo suficiente para su altura, eran adornadas por unas plataformas que le hacían juego con sus uñas perfectamente arregladas. Era como si alguien viese literalmente a un ángel frente a sus ojos.

Sin embargo, ella no era la única belleza en su familia. Sí madre y padre poseían unos rasgos únicos, lo cual al combinar su genética llegaron a crear a su primogénita Zoella. Las hermanas Melnyk eran bastante conocidas por eso mismo, por sus sólidos rasgos Ucranianos y rusos.

Todo el mundo en Beacon que llegase a conocer a Blair, podía decir mucho de ella. La chica literalmente era una estrella en todo era capitana de porristas a pesar de ser de primer año, co capitana del equipo de natación junto a su primo Jackson y estaba también en el equipo de atletismo. Esa chica era multitareas. Podía hacer todo y estar en todas las actividades extracurriculares que podía, todo para poder seguir los pasos de sus padres y estar en una grandiosa universidad que le abriría camino a el mundo de la ciencia. Aparte de ser hermosa, era bastante inteligente.

Pero... cada chica tan bonita como Blair, Yeni sus inseguridades como cualquier chica. ¿El de Blair? Era no ser suficiente para cualquiera. Estaba envuelta en tantas actividades y se enfocaba bastante en su apariencia que ni siquiera se daba cuenta de lo mucho que extrañaba simplemente no maquillarse y usar el cabello recogió. Quedarse en casa a dormir y a comer lo que sea que encontrase en su congelador. También ver películas de Star Wars con su padre, por que el era gran fan y ella solo las veía para complacerlo. Añoraba tanto una adolescencia un poco más relajada, pero ella tenía esa sensación de que si no se esforzaba, nadie la querría.

Fue entonces cuando Blair pensó todos sus problemas desaparecerían cuando Jacob Davis apareció en su vida. Alto, rubio, ojos azules y una contextura bastante fornida. Era el chico perfecto para ella, aparte de que cargaba una sonrisa increíblemente linda. Era ver a un Dios encarnado. Era un chico de segundo año, como su primo Jackson. Aparte de que era su mejor amigo, este era co capitán del equipo de lacrosse junto a su primo.

Eran la pareja perfecta, era lo que todos decían, era lo que todos pensaban... era lo que Blair pensaba.

Todo pintaba de color rosa al principio. Era amable y paciente con ella, era bastante dulce y trataba de hacerla sentir cómoda siempre que estaban juntos. Ella lo adoraba, lo apreciaba bastante y no había día en el que ella no pensara en el. Sus padres lo adoraban, su hermana lo veía como un gran chico y su sobrino Oliver, siempre estaba feliz de jugar con el. Incluso su perro Vegas lo amaba.

Jacob era conocido por es literalmente el chico dorado que todos pensaban que era y no lo decían por su cabello rubio. Era perfecto en todo. Era un gran hijo y un gran amigo. Hasta que las cosas cambiaron y Blair dejo de pensar que era el novio perfecto.

Las cosas comenzaron a cambiar para ella y para el, cuando el primer año de Blair en la preparatoria estaba terminando. Estaban a cuatro meses de acabar el segundo semestre, cuando Jason comenzó a cambiar. De repente, comenzó a ser más posesivo con Blair, obsesionado con que ella siempre estuviese cerca de él. Le gustaba recalcar que el era su novio y nadie más podría acercarse a ella. Comenzó a intervenir en sus amistades con Lydia y Angelique, sus mejores amigas. Tampoco podía hablar con Danny, el único amigo que tenía que no fuese una chica, a pesar de que el era gay.

Era como Jacob en verdad quisiera que Blair fuese una muñeca de porcelana que solamente el coleccionaba. Para Blair, comenzó a ser sofocante, lloraba cuando podía, no podía desahogarse con nadie, tampoco con sus padres. Todo por tener miedo de no ser lo que los demás esperaban. Estaba aterrada de una realidad, el darse cuenta de que Jacob no era exactamente lo que ella buscaba en un chico.

Era como si la cosas estuviesen destinadas a caer en picada, iban de mal en peor. Jacob no solo comenzó a ser bastante posesivo, también empezó a ser bastante celoso. Pero la gota que derramó el vaso, fue cuando el la golpeó por primera vez. Fue como si el tiempo se hubiese detenido y lo único que Blair podía hacer era tratar de asimilar lo que el acababa de hacer.

La había golpeado.

—¡Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento!

Repetía el una vez tras otra cuando se había dado cuenta de lo que acababa de hacer. Blair estaba en el suelo de la habitación de Jacob, estaba de rodillas sosteniendo su mejilla, justo en donde el le había soltado una cachetada. El área estaba algo enrojecida y sentía un leve ardor por el impacto. Pero lo único en lo que ella podía pensar, era en que sus padres no podían verla así.

Su respiración era una bastante pausada, era como si estuviese en shock. Estaba estática, no sabía que hacer, tampoco que pensar. Solamente pensaba en lo que tendría que inventar.

¿La razón de la pelea que llevó a un golpe? Jacob había invitado a Blair a salir, como todo buen novio haría. La cosa fue diferente cuando Blair llegó con un atuendo común en ella, una falda y una blusa. Jacob no estaba de acuerdo y comenzó a discutir por esto, ¿luego? Lo demás es bastante evidente.

—¿Acabas de golpearme?— pregunta Blair incrédula, en un hilo de voz.

Era increíble como la persona que pensabas que conocías a la perfección, era una completa mentira. Como todo lo que creías conocer no era más que una máscara ante la sociedad y que la verdadera identidad de esa persona era toda una pesadilla.

—Lo siento, en verdad lo hago. Perdóname, por favor...

Y aunque Blair creía que podía simplemente ponerse de pie e ir a casa. Jacob la observó, la vio directamente a los ojos y ella... le creyó. Fue la primera vez que Blair confío en el, en que no volvería a suceder, en qué solo sería un accidente. Pero estaba bastante equivocaba. Su pesadilla recién estaba empezando y no se había dando cuenta.

Blair Melnyk estaba perdiéndose... perdiéndose entre sus propios engaños.