Capítulo 5: La interna & la amante

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STYLES


Scott, mi chofer, cambia de estación mientras hace un comentario sobre el clima. Esta mañana el cielo está cubierto de nubes grises y está lloviendo torrencialmente. Le entrego una respuesta corta a mi chofer porque estoy al teléfono. Es pasada las 8 de la mañana y Paige ya me está hablando energéticamente a través de la línea.

Salí con ella ayer de manera privada ya que también he quedado de ver a Sara en algún momento. No quiero que me pillen, dos son mejor que una.

La salida estuvo candente, fue como si la separación jamás hubiese ocurrido. Fue divertido pero ella no es el tipo de mujer que llevaría a mi hogar para que viéramos una película, nos acurrucáramos o para que se quedara la noche y esa mierda. En verdad no creo que ninguna chica lo sea. Desde mi divorcio sólo he mantenido salidas esporádicas con la mujer que frecuento en el momento, nunca las llevo a mi hogar. ¿Por qué querría hacerlo? Con el dinero puedo obtener lo que sea, puedo pagar por el lugar que yo desee.

Apenas escucho lo que dice Paige y ella tampoco parece notarlo ya que está enfrascada en su relato. Observo desde la ventana la lluvia y me percato que estamos a diez minutos de llegar. Entre los cuerpos protegidos por paraguas o impermeables me fijo en una muchacha que va casi trotando y que se protege la cabeza con una bolsa plástica celeste o algo así. A pesar de las gotas gruesas logro reconocer a la figura femenina y me sorprende que pueda hacerlo. Es Olivia, la chica torpe y osada, y la lluvia la está empapando. ¿Debería ayudarla?

—Tengo que irme, te llamo después—cuelgo el llamado y lanzo el móvil al bolsillo.

Cojo el paraguas que está al lado mío y le pido a Scott que se detenga. Salgo del coche abriendo el paraguas apresurándome hacia ella. Se sobresalta cuando la lluvia cesa sobre su cabeza. Gira sobre sus talones y sus ojos caramelos encuentran los míos. Parece aturdida por mi inesperada aparición pero recompone la compostura. Se ve mucho más joven y guapa con el cabello húmedo...aunque también parece un gato mojado.

—Buenos días señor Styles— saluda educadamente.

Bajo la vista durante unos segundos y su camisa blanca está húmeda en la zona de su escote pegándose a su piel y enseñando, un poco, su sujetador. Las camisetas mojadas eran mi pasatiempo de adolescente durante las fiestas de verano. Subo la vista y ella me está fulminando con la mirada. Claro que me ha pillado. Mierda. No quiero que piense que la estoy acosando o que mi comportamiento es indebido.

—Que inapropiado.

—No sé de qué hablas...Buenos días— entrego mi mejor sonrisa—. No dejaré que llegues toda empapada al trabajo. Vamos, mi auto está aquí— señalo el Hummer negro mate aparcado frente a nosotros.

—Está bien—responde ella luego de unos segundos de debate.

Avanzamos entre la gente hacia el coche. Abro la puerta para que suba y me envía otra mirada de confusión. ¿Qué? ¿No puedo ser un caballero?

Olivia se acomoda en el asiento frotándose las manos. Le pido a Scott que aumente un poco más la calefacción.

— ¿Por qué no trajiste paraguas?

Antes de que pueda responder suena mi móvil. Es Paige. Selecciono el modo silencio.

—Si es una llamada importante debería contestar.

—No es nadie. Entonces ¿por qué no trajiste paraguas?

—Suena súper tonto pero no sabía que llovería. No tengo televisión en mi cuarto y hoy en la mañana tampoco encendí la TV.

De amor y otras barreras (hs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora