Capítulo 12: Baile de Navidad |I|

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Una joven de cabellos rojos llamada Lily Evans se encontraba sentada junto a un espléndido muchacho de ojos avellana y lentes, él se llamaba James Potter. Anteriormente se encontraban dando un recorrido por los nevados alrededores del castillo, se acercan a una banca y se sentaron en ella comenzando a conversar. El joven James tenía una pequeña invitación para la jovencita, algo que ella claramente no se esperaba.

Al escuchar las últimas palabras de su compañero se quedó quieta por unos segundos como si estuviera petrificada. Apareció un sonrojo en sus pecosas mejillas y volteó hacia otro lado rápidamente. Se le había olvidado por completo la existencia de ese baile, no creía que fuera tan mala idea ir con él.

—Entonces, ¿qué te parece?— Comentó nuevamente el muchacho con una mirada tierna hacia la muchacha. La joven volteó a verlo, su corazón comenzaba a latir de prisa y sentía sus mejillas arder.

—E-esta bien.— Tartamudeó debido a la impresión, poco a poco se fue relajando hasta que sonrío con una gran ternura.

—Me alegra que hayas aceptado ir conmigo.— Se acercó peligrosamente el joven y le plantó un corto besito.

Ambos se quedaron conversando por un pequeño rato más, la oscuridad ya se estaba apoderando del todo el lugar. Decidieron que ya era hora de regresar al castillo, ambos se levantando de la banca y siguieron los mismos pasos que dieron cuando venían. Caminaron hasta la Gran Escalera y la comenzaron a subir poco a poco hasta llegar a la entrada de la sala común de Gryffindor, entraron por el hueco de la señora gorda y cada uno se dirigió a su dormitorio.

Lily subía pesadamente las escaleras hasta llegar a una pequeña puerta que tenía una insignia dorada con el nombre de sus amigas y el de ella. Tomó la perilla y la movió encontrándose con sus amigas. Estaban tendidas sobre sus camas con algunas revistas y cada cierto tiempo se burlaban de lo que decía la revista. Ambas subieron la mirada a la altura de su amiga y cerraron las revistas.

—¿Lily dónde andabas?— Preguntó Hannah curiosamente.

—Por supuesto andaba dando un paseo con Potter.— Le respondió su amiga Elizabeth, la joven de rizos volteó a ver a su amiga algo confundida.

—¿Y tú cómo sabes Lizzie?

—Porque Lily y yo estábamos en la sala común cuando aparecieron Potter y Black.

—¿Algunas buenas noticias Lily?— Preguntó la castaña moviendo sus cejas.

La pelirroja observó a sus amigas completamente muda mientras caminaba hacia su cama, se tiró y se acurrucó dentro de las almohadas. —James me invitó al baile.

—¿En serio y qué le dijiste?— Preguntaron ambas al unísono.

—Bueno le dije que sí.

—Awww que ternuritas.— Dijo Hannah formando un corazón con sus manos y en el centro de este se podía apreciar la pelirroja.

—Vámonos a dormir.— Comentó la pelirroja con cierto sonrojo mientras se levantaba para cambiarse.

Los días siguieron pasando lentamente mientras llegaba el gran día del  baile. Las asignaciones cada vez se ponían mas tediosas y les dejaban mucho trabajo para realizar durante su periodo libre. El baile comenzaría hasta en la tarde noche, después del almuerzo el director Dumbledore y la profesora McGonagall se dispusieron a acomodar el gran comedor para la ocasión. Desaparecieron las cuatro mesas de las casas porque ese espacio sería la pista de baile, pintaron mágicamente el suelo y las paredes de celeste pastel con blanco creando la perspectiva de que era hielo. También quitaron la mesa del fondo de los profesores y en su lugar pusieron un gran y ancho pino decorado de azul rey, celeste y plateado. En la copa tenía una estrella grande de color plateado que brillaba. A los lados del salón había unas pequeñas mesas rectangulares con los mismos tonos de decoración del árbol donde estarían los refrescos y ciertas cosas para picar. Por último, cerca de la entrada habían unas mesas redondas muy bien decoradas donde alrededor de ocho personas se podrían sentar por mesa.

Si Tan Solo Supieras || JilyWhere stories live. Discover now