Capítulo 10

76.7K 5K 756
                                    

Maratón 3/3

Leina

-Leina, no seas testaruda- me habla Dereck regañándome.

-no quiero- dije negando con la cabeza.

-joder, Leina si no te comes eso por ti misma te lo daré yo como a un bebé - habló desesperado.

-no voy a comer, no quiero- me negaba rotundamente a hacer lo que él me pedía.

Desde que llegue a este castillo Dereck me obliga a comer más de los que realmente puedo.

-Leina solo has comido unas frutillas y tomado café, debes comer más - me habló enojado.

- no estoy acostumbrada a comer tanto y no me puedes obligar a hacerlo- dije firme.

No pensaba probar ni un bocado de los panqueques que tenía frente a mí. No es que no me gustarán, de hecho, me encantan, pero no estoy para nada acostumbrada a comer más de lo que mi cuerpo acepte.

-mira te propongo un trato-eso llamó mi atención de inmediato- te doy todo lo que resta del día libre para que camines por los alrededores del Castillo y yo no estaré apegado a ti- hablaba como si le costará demasiado dejarme sola.

Exagerado, ni que me fuera a tirar por un balcón.

Con la condición de que comas todo lo que yo te diga sin rabietas - finalizó, lo mire con los ojos entrecerrados y me detuve a pensarlo.

La idea de tener el día libre alejado de él era bastante tentadora, pero tampoco me apetecía comer todo lo que él digiera.

Ese chico era capaz de convertirme en una pelota humana.

-un mes- dije fría en la espera de su respuesta. Él me miro con el ceño fruncido y los puños apretados.

- no te pases Leina, máximo te doy tres días - dijo Dereck mirándome mal.

- tres semanas- dije alzando las cejas y cruzándome de brazos.

-una semana -me habló él con la rabia contenida - podrían ser dos si me das un beso.-dijo dedicándome una sonrisa traviesa.

-entonces, una semana será - dije evitando lo del beso y comiéndome uno de los panqueques.

Él rodó los ojos y me miro divertido. -debes comerte todos esos ¿entendido? - dijo apuntando el plato que tenía alrededor de unos seis panqueques, lo miré mal y seguí comiendo el que tenía en la mano.

(***)

El olor de los libros me encantaba, siempre he sido una fanática de la lectura y la gran librería que poseía el reino me tenía totalmente loca.

Es gigante al estilo de la biblioteca que había en la película de la bella y la bestia.

Había libros de toda clase desde el terror hasta libros de historia.

El área más grande de la biblioteca era utilizada por una estantería que poseía todo lo relacionado a la historia de los hombres lobo y sus Reyes. Aunque Dereck me prohibió acercarme a esa área. Dice que hasta que no sea presentada como la Luna de la manada no me puedo acercar a esas estanterías.

Esos libros sólo pueden ser leídos por la familia real. Él dice que yo siendo su mate paso a firmar parte del linaje real desde que me conoció, pero los demás lobos verían mal que yo anduviera husmeando esos libros sin tener todavía el título de Luna de manera oficial.

Aunque creo que nunca los leeré, después de todo no tengo para nada en mente ser la reina de los hombres lobo y pareja de Dereck.

Ya me había resignado a la idea de escapar, Dereck había duplicado los guardias en el castillo y cuando intenté volver a escapar hace unos días, él se enojó tanto que me encerró en la habitación sin dejándome salir por dos días y al único que podía ver era a él, quien se quedaba toda la tarde y me traía de comer.

Ese chico es exasperante, no me deja ningún momento en paz y cada vez que le mencionó el hecho de que quiero irme o salir del castillo para ir a la ciudad, él se enoja tanto que golpea las paredes y no me deja salir ni a tomar ni un poquito de aire al jardín.

Es un controlador e imbécil gilipollas que se cree mi dueño.

- que estás haciendo Leina- escucho su voz grave a mi espalda

Hablando del rey de Roma, por la puerta se asoma...

-qué quieres Dereck- le hablé sin mirarlo mientras caminaba por los pasillos de la biblioteca buscando un libro por las estanterías que me llamase la atención.

-es que acaso no puedo saber lo que está haciendo mi mujer-habló y me di vuelta para mirarlo, tenía una sonrisa burlona en el rostro mientras me miraba.

-primero que todo Dereck, no deberias estar aquí, hicimos un trato y se supone que me dejarías estar sola por una semana y yo que sepa sólo han pasado dos días. Y segundo yo no soy tu mujer ni nada tuyo. -dije fría y enojada, después me arrepentí al instante al ver su expresión de enojo.

- cuántas veces tengo que explicártelo Leina, eres mía, toda tú me pertenece, tu mundo siempre estarás amarrado a mi mundo, tu estas amarrada a mí - dijo y con eso salió furioso de la biblioteca.

Sentí mis ojos picar por las lágrimas que querían hacer acto de presencia.

Me dolía... me dolía saber que todo lo que él dijo era verdad...

-tienes razón ... Estoy Amarrada a ti. susurré en voz baja y sollocé dejando que las lagrimas se desbordaran.

Amarrada a tiWo Geschichten leben. Entdecke jetzt